Lic. Rosina Duarte
Psicóloga Infanto-Juvenil. UBA
Coordinadora del Primer Programa Argentino de Formación en Primera Infancia y Crianza
La primera infancia es una etapa caracterizada por la indefensión de los niños o bebés pequeños, donde prima la necesidad. Es necesario que los adultos sean los encargados de satisfacer esas necesidades básicas del niño de manera correcta e inmediata para establecer en él sentimientos de seguridad y confianza en sí mismo y respecto al entorno. Teniendo en cuenta que la capacidad de formar y mantener relaciones que tienen los seres humanos es una de las herramientas más importantes para su vida, es que los padres deben acompañar y ser protagonistas en esta etapa vital de sus hijos para lograr su desarrollo psico-emocional sano.
Cuando se habla de vínculo se refiere necesariamente al encuentro de dos personas como condición necesaria para vivir, y en esta etapa de la primera infancia el bebé necesita de sus padres, de los otros responsables que vayan al encuentro con él para otorgarle un marco de contención y apego vital para el futuro.
Durante el desarrollo infantil, se denomina apego al vínculo específico y especial que se forma entre los padres y el niño, y que le otorga a éste la seguridad emocional necesaria para sus futuras relaciones y su personalidad.
Algunas características del vínculo de apego son:
- Es una relación emocional perdurable con una persona específica.
- Produce seguridad, tranquilidad, confianza y placer.
- Cuando existe la pérdida o la amenaza de una posible pérdida de la persona, aparece un alto monto de ansiedad.
El estado de seguridad, ansiedad o temor que tenga un niño está determinado por la accesibilidad y capacidad de respuesta de sus padres (o figuras de apego). Entonces, cuando un niño tuvo una relación sólida y saludable con los padres durante la infancia, en el futuro presentará una alta probabilidad de vincularse a través de relaciones saludables con otros. Sin embargo, si un niño tuvo un apego pobre podría presentarse de adulto con problemas emocionales y vinculares. Resulta necesario indicar que el vínculo temprano se instala en los primeros años de vida y continúa reflejándose en todos los vínculos a lo largo de la existencia.
Sugerencias para afianzar el vínculo
- Mirada: Mirar detenidamente al bebé, reconocerlo, buscar su mirada. A través de la mirada del otro y según cómo es esa mirada –cálida, constante- el bebé irá forjando parte de su personalidad, sintiéndose seguro y confiando en sí mismo.
- Sostén: Las caricias, abrazos y mimos hacen que el bebé se sienta sostenido y contenido, que es sumamente necesario para ordenar y estructurar el entorno del bebé pequeño. Necesita de un otro que lo sostenga para brindarle apoyo.
- Contacto: Besar, mecer, bañar y alimentar son modos de trasmitir nuestro calor corporal. El contacto corporal le trasmite al niño tranquilidad y seguridad para manejarse con su entorno.
- Sonrisa y los movimientos rítmicos. Reír y sonreírle, cantarle, bailar. Los padres funcionan como espejos para los niños. Entonces, lo que ellos le otorgan a través del cuerpo el bebé puede aprenderlo y copiarlo e ir internalizando esas sensaciones que siente al momento de la interacción con sus padres.
- Comunicación: Hablar con el bebé, trasmitirle nuestro amor y afecto. Es muy importante decodificar las señales del bebé. Es otorgando sentido a esos “sonidos” que el bebé emite que se ratifica y se le brinda un lugar especial, ya que es su modo de comunicarse con los padres. Son los adultos quienes tienen que ejercer la función de decodificadora para con el recién nacido.
En los bebés lactantes:
- Este vínculo ya comienza durante el embarazo, primero el vínculo con la madre en su vida intrauterina y también con el padre a través de las palabras y atenciones recibidas. Luego, continúa con la madre mediante el acto de amamantar; en el encuentro entre el pecho materno y el bebé se irá produciendo un vínculo que será la base de la estructuración psíquica del niño y de sus relaciones futuras. En el aprendizaje mutuo que implica amamantar, el bebé y la madre se vinculan, reconocen y encuentran.
- Las necesidades básicas de los recién nacidos que deben ser satisfechas de inmediato por los padres o adultos responsables están relacionadas con el sostén, cariño, mirada, atención y alimentación. Resulta fundamental que el adulto pueda acompañar y sostener a los bebés para permitirles un adecuado desarrollo psico-emocional.
Es muy importante destacar que en determinados casos, la observación de este vínculo temprano por parte de un profesional permitirá la prevención, anticipación e intervención precoz ante la evidencia de un trastorno. Por ello, se destaca la importancia de este período de la vida que resulta tan sensible y fundamental para el desarrollo y la evolución del niño.
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