Palpita en mi vientre la vida,...flotan, celebran y danzan a mi alrededor la pureza, la protección, la transmutación, la magia, la alquimia, la luz máxima de la existencia, así como también los ecos profundos de las sombras, dudas, miedos y juicios del inconsciente ancestral que también comienzan a aflorar como venidos de otros y antiquísimos tiempos...se elevan como espesas nubes para ser vistos, liberados y transmutados....
Se abren los portales de la vida y de la muerte como unidad, asoman los velos del Gran Misterio...y todo muy enraizado, sentido y encarnado desde el cuerpo, que va acompañando los cambios día a día.
Se torna difícil poder expresar la profundidad de este mágico proceso iniciático que se nos regala a las mujeres al ser como una diosa creadora de vida y representar a la gran madre aquí en la Tierra...tener la posibilidad de gestar vida desde dentro....transitar por este transformador camino de la maternidad.
Infinitas emociones y sensaciones se entremezclan en este viaje, tal como una oruga que se transformará en mariposa, como una doncella que se transforma en reina, como una lunita creciente que se hace llena, plena y resplandeciente...
El ser mamífera se hace una realidad, el olfato se exacerba enormemente, el instinto se hace fuerte, el recuerdo de lo salvaje de nuestra especie aflora por los poros... la fuerza de lo indómito aparece como rayos en la piel....El sentido de lo humano danza con lo animal, el corazón palpita con fuerza yel recuerdo de dónde venimos comienza a revelar la sutil y elevada vibración de este proceso degracia divina y espiritual al sentir un alma nueva anidando en este cuerpo. La Tierra y el Cielo se hacen uno dentro del vientre...
Es realmente exquisita la sensación de vida y el poder disfrutar en paz, amor, contención y compañía de este profundo estado de gracia... una real bendición, ante la cual rendirse con infinita gratitud...
(Escrito por Mahi en MaMatríztica)
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