Los bebés atendidos serán adultos felices. Está demostrado, o al menos así lo afirman los autores de un estudio recientemente publicado en una prestigiosa publicación médica: ‘Journal of Epidemiology and Community Health” y que ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Duke, en Estados Unidos: los adultos que durante su infancia recibieron mucha atención y afecto de sus madres crecen más seguros de si mismos y con mayor capacidad de hacer frente a la angustia y las preocupaciones.
Resumiendo, los adultos que tienen una grata experiencia de la infancia y eran cuidados amorosamente por su madre son más felices que aquellos a los que se les ha limitado el afecto y el contacto.
Los autores realizaron pruebas y entrevistas psicológicas a más de 400 personas de parecido perfil y concluyen que se puede demostrar que las experiencias vitales de pequeños pueden influir en la salud emocional del adulto, siendo el afecto de la madre el aspecto que más influencia tiene y permite crecer con más seguridad, confianza, tranquilida antes las tensiones y capacidad de tener relaciones sociales sanas y enriquecedoras.
Pese a que pseudoexpertos se han pasado los últimos años aconsejando que madres e hijos mantuvieran un contacto físico y afectivo limitado y que los bebés no sean tomados en brazos, atendidos cuando lloran o no se les atienda por la noche cuando se despiertan aduciendo que, si seguimos nuestros instintos protectores, los convertiremos en seres dependientes e infelices, la ciencia poco a poco está demostrando que los niños humanos necesitan afecto y contacto fisico para crecer felices y poder ser adultos felices.
Las mamás deben ser receptivas hacia las necesidades de sus hijos, atenderlas, darles afecto y brazos. Es algo maravilloso e instintivo que además cada vez queda más claro que les beneficia ahora y en el futuro.
Toda esa palabrería tendrá que desaparecer. Los consejos de que se acostumbran, lo de que van a estar consentidos, y por supuesto, los métodos indemostrados para hacerles dormir solos y sin rechistar tienen los días contados: los bebés necesitan afecto y atención para poder ser adultos sanos emocionalmente.
Via | Journal of Epidemiology and Community Health
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