viernes, 27 de julio de 2012
viernes, 25 de mayo de 2012
miércoles, 9 de mayo de 2012
Hermanos que se quieren...
La relación entre los hermanos se cimenta en las relaciones que establezcan en la infancia y dependerá, en buena parte, de la forma en la que los atendamos y tratemos. Creo la actitud correcta para que los hermanos crezcan queriéndose merece una larga explicación.
Todos deseamos que nuestros hijos crezcan queriéndose entre ellos tanto como nosotros los queremos por igual, pero ¿hacemos lo correcto para conseguirlo?
No dar falsas espectativas
La llegada de un hermano supone un cambio enorme en la vida de un niño. Normalmente lo esperan con alegría, ilusionados, y se van a derretir de ternura con el bebé. Pero también son normales los celos, cierta desilusión si esperaban que el pequeño se uniera a sus juegos y algunos desajusten en las emociones.
Quizá el error mayor que podamos cometer es alentar en el niño falsas espectativas: decirle que tendrá alguien con quien jugar y a quien querer puede ser falso según su punto de vista cuando llega el bebé. Digamos la verdad, amaremos a su hermano tanto e igual que a él, serán diferentes y crecerán juntos, y, cuando pasen unos años, podrán compartir más juegos. Pero explicarle lo que es un bebé, la atención que necesita, que será la misma que él recibió cuando lo era y que seguiremos queriéndolo siempre aunque nuestro amor se duplique.
Elegir el momento de la llegada del hermano también es importante, además de por la diferencia de edad que vayan a tener, sobre todo por la capacidad que nosotros tengamos para cubrir las necesidades de ambos.
La llegada del bebé
Los momentos de la llegada del bebé son especialmente delicados. La mamá estará agotada y pendiente del pequeño, el mayor necesitará su atención en los ratos de descanso, pero también sería conveniente haber alentado una relación de apego con otra figura, su padre o un familiar cercano, que pueda hacerse cargo de él, llevarlo a jugar y atenderlo cuando la mamá no puede. Lo principal es que no sienta que ella lo ha abandonado, sino que empatice con ella y con el pequeño, pero para hacerlo, no podemos privarlo de sentirse seguro y acompañado como hasta ahora. Y que la madre también pueda dedicarle algún ratito para él solo.
Tanto si vamos a ir a parir a un hospital como si su hermano nacerá en casa hay que tener bien cubierto al niño mayor y que él sepa con quien va a quedarse. Si es un parto en casa es conveniente haber previsto si queremos que esté el niño en casa y siempre tener organizado que pueda irse a casa de un familiar si no se siente cómodo con lo que está sucediendo. Los más pequeños se pueden asustar aunque se lo hayamos explicado.
No es aconsejable dejar para los últimos meses de embarazo o los primeros del hermano para que el mayor tenga que asumir más cambios en su vida. Es decir, si vamos a destetar, a cambiarlo de habitación o a llevarlo a la guardería o al cole por primera vez, es mejor hacerlo unos meses antes o unos meses después. Creo que es entendible si nos ponemos en su piel.
Madurar, pero sin presiones
Los niños suelen madurar cuando llega un hermanito, pero debemos dejarles su tiempo y su espacio, nunca exigirles que se hagan mayores de repente o asuman tareas repentinamente. Pueden ayudarnos, pero no están obligados a ayudarnos. Es decir, dejemos que nos sorprendan, pero no los presionemos.
Sucede a veces que los padres, agobiados con las tareas del pequeño, se enfurecen con el mayor si sigue dándoles tanto trabajo como antes, o peor, si sufre una regresión y trata de llamar la atención haciendo cosas inadecuadas. Algunos vuelven a hacerse pipí encima, o se enrabietan. Si esto sucede, más que regañar, desesperarnos porque nuestro dulce niño ha cambiado, lo que debemos hacer es empatizar con él y entender lo que nos está diciendo: que tiene miedo y necesita atención.
Crecer con una etiqueta
A veces nos salen solas las comparaciones: uno es más inquieto, otro más cariñoso, uno es más travieso y el otro más responsable. Los niños son ellos mismos, no son en comparación de su hermano y sobre todo, sobre todo, no merecen crecer con una etiqueta. Una etiqueta te marca y te conduce. Si el niño se cree, y es que se lo creen, que es más travieso o menos aplicado que el hermano será lo que le hemos dicho que es y no cambiará, remarcará su individualidad en la diferencia y la oposición, aunque sea comportándose “mal”.
Vamos a animarlos, abrazarlos y aplaudir sus logros, pero siempre debemos ser conscientes de que debemos ser equitativos. Además, cada niño es especial, habrá algo en lo que ponga el alma y que ame hacer, y, nos parezca más o menos interesante que lo que hace su hermano, no debemos marcar diferencias y saber apreciar los logros de cada uno según su personalidad y capacidades.
Tenemos que estar atentos, además, a que las comparaciones y etiquetas no les caigan encima de familiares y amigos, pues les hacen también mucho daño.
He estado hablando con otras madres sobre este tema y todas resaltaban la importancia de dar a cada niño su lugar propio y no forzarlos. Me ha encantado como lo explicaba una de nuestras lectoras,Azucena Caballero, que es madre de tres hijos de edades muy diferentes y los educa en casa.
Dedica cada día de tu vida unos minutos a cada niño por separado, que sepan que cada uno es especial y amado, que tienes tiempo para cada uno de ellos de forma individual, y que te interesan cada uno de ellos. Comparte mimos con todos a la vez, mételos en tu cama a todos juntos, juega con ellos, escúchalos, permite que cada uno de ellos dé su versión en un conflicto entre ellos, que ninguno se quede sin hablar o explicar como se siente. Valora a cada uno por ser quien es, fomenta la colaboración y cooperación en casa, jamás les compares, y muestra tu alegría y orgullo por cada una de las muestras de cariño que entre ellos tienen.
Jamás exijas que se quieran por que sí, ese amor incondicional te corresponde a ti, ellos se quieren, pero es diferente. El amor forzado no resulta, el amor que surge de la complicidad y el respeto permanece. Deja claro a tus hijos que les amas por encima de todo, incluso cuando se pelean entre ellos, ya que no deseas que eso se enquiste, deseas que su relación fluya como un río, bravo a veces, con recodos difíciles, pero también suave, fresco, cristalino en muchos tramos, y siempre en una misma dirección. Tengo tres hijos, les adoro y lo que más me gusta es ver cómo ellos se quieren entre sí, la alegría que sienten cada uno con los logros del otro hace que se me caiga la baba, y creo que el mejor regale que le hice a cada uno fue proporcionarle dos hermanos con los que convivir.
El amor no se impone
En realidad no tenemos que hacer nada especial para que los hermanos se quieran, más bien tenemos que no hacer cosas para no separarlos. No alentemos la competitividad.
Habrá conflictos, como es normal, y en ocasiones puede que nos sorprendan peleándose. Habría que dejar que soluciones sus problemas pero podemos evitarlos si no fomentamos precisamente el que tengan que competir por nuestra atención, aceptación, ánimos y amor.
Y tampoco tendrían que verse obligados a competir por las cosas o los espacios, aunque eso es complicado, si es bueno procurar que tengan sus cosas, su sitio para jugar solos si quieren y hasta que puedan hacer actividades en las que estén si su hermano, para que sean solamente ellos mismos y no el hermano de alguien.
Los hermanos que se quieren lo hacen por propia elección y porque sus padres han sabido darles a cada uno lo que necesita y merece sin quitarle, para hacerlo, lo que merece y necesita su hermano.
Mireia Long
sábado, 24 de marzo de 2012
Querida Mamita (carta de un bebe abortado)
Estoy ahora en el cielo, sentada en el regazo de Cristo. El me ama y llora conmigo porque me han destrozado el corazón. ¡Quería ser yo tu niña! Todavía no comprendo lo que ha pasado.
Desde el primer momento en que me di cuenta de que existía, de que era un ser humano, me sentí muy feliz. Residía en un lugar obscuro, pero muy cómodo. Notaba que ya tenía deditos en mis manitas y en mis pies.
Desde el primer momento en que me di cuenta de que existía, de que era un ser humano, me sentí muy feliz. Residía en un lugar obscuro, pero muy cómodo. Notaba que ya tenía deditos en mis manitas y en mis pies.
Estaba bien adelantada en mi desarrollo aunque todavía no estaba lista para salir de mi habitación. Empleaba la mayor parte del tiempo pensando y durmiendo. Aún desde los primeros días de mi existencia se me desarrolló un tremendo apego por ti, mamita.
A veces, cuando te oía llorar, lloraba contigo. Otras veces gritabas y luego te ponías a llorar. Oía cuando mi papaíto contestaba gritándote enfadado. Esto me ponía muy triste pero esperaba que todo pasara pronto. A veces me preguntaba por qué llorabas con frecuencia.
En una ocasión lloraste todo el día. ¡Cómo padecí yo contigo! No podía imaginar siquiera la causa de tanta infelicidad. Ese mismo día ocurrió algo terrible. Un monstruo feroz se introdujo en mi habitación donde descansaba calentita y cómoda.
Sentí pánico y comencé a gritar desesperadamente, pero mis gritos no eran escuchados. Imagino que te tenían amarrada porque no hiciste el menor esfuerzo por socorrerme. Tal vez fue que nunca oíste la voz de mi desesperación.
El monstruo se me iba acercando más y más y yo con alaridos de horror te decía: ¡”Mami, Mami, socórreme por favor! ¡Mamaíta ayúdame!” ¡Estaba tan sobrecogida de terror! Grité y grité hasta más no poder. Entonces el monstruo comenzó a desprenderme los bracitos. ¡Cuánto me dolían! Sentía un dolor tan fuerte que nunca lo podré describir. Le rogué que me dejara, pero ni caso me hizo. Grité y grité horrorizada cuando me arrancó una pierna. Aunque el dolor era muy intenso me dí cuenta de que me estaba muriendo. Me torturaba pensar que nunca ibas a ver mi carita y que nunca te oiría decirme: “Te amo”.
Sentí pánico y comencé a gritar desesperadamente, pero mis gritos no eran escuchados. Imagino que te tenían amarrada porque no hiciste el menor esfuerzo por socorrerme. Tal vez fue que nunca oíste la voz de mi desesperación.
El monstruo se me iba acercando más y más y yo con alaridos de horror te decía: ¡”Mami, Mami, socórreme por favor! ¡Mamaíta ayúdame!” ¡Estaba tan sobrecogida de terror! Grité y grité hasta más no poder. Entonces el monstruo comenzó a desprenderme los bracitos. ¡Cuánto me dolían! Sentía un dolor tan fuerte que nunca lo podré describir. Le rogué que me dejara, pero ni caso me hizo. Grité y grité horrorizada cuando me arrancó una pierna. Aunque el dolor era muy intenso me dí cuenta de que me estaba muriendo. Me torturaba pensar que nunca ibas a ver mi carita y que nunca te oiría decirme: “Te amo”.
Yo quería secar tus lágrimas y que no lloraras más. ¡Había hecho tantos planes para hacerte feliz, mamita! Era imposible, todos mis sueños se me habían evaporado. Aunque estaba horrorizada y muy dolorida, mi quebrantado corazón era mi mayor dolor. ¡Cuánto deseaba yo ser tu hijita! Pero, ya no podía ser, me estaba muriendo por una muerte horripilante. Sólo podía imaginar las terribles cosas que te estaban haciendo.
Antes de que me tiraran a la basura quería decirte: “Te amo mamaíta”; pero no sabía cómo hacértelo entender. De todos modos no hubiera tenido aliento para pronunciarlas pues estaba ya muerta.
Entonces sentí que me elevaba. Un poderoso ángel me llevó en sus brazos a un lugar hermoso; lloraba todavía, aunque ya mi dolor había desaparecido. El ángel me llevó donde Jesús y me depositó en sus brazos. Jesús me dijo que me amaba y que era mi Padre, esto me hizo inmensamente feliz. Le pregunté al Señor qué era aquello que me había ocasionado la muerte y El me contestó suavemente: “El aborto, lo siento hija mía, sé lo que has pasado”.
Yo no sé lo que quiere decir esa palabra aborto, pero imagino que es el nombre del monstruo que me tronchó la vida. Ahora te escribo mamita, para decirte que te amo… y para decirte: “¡Cuántos deseos tenía de ser tu hijita!”. Hice todo lo imposible por sobrevivir, quería vivir. Tenía voluntad de vivir. Pero era todavía muy pequeña y el monstruo era demasiado fuerte para mí. Me succionó desprendiéndome los brazos y las piernas, y luego se tragó el resto de mi cuerpecito. En tales circunstancias era imposible sobrevivir, pero quería dejarte saber que traté y traté de quedarme contigo, pues yo no quería irme.
Mamita, también quiero decirte que te cuides mucho de ese monstruo, el aborto. Te amo y no quisiera que pasaras por el sufrimiento que pasé yo. Por favor mamita, cuídate mucho.
“Porque tu formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre.”
Al nacer...
Al nacer... Mis oídos escucharán tus quejidos;
perdóname Mamita por tus dolores.
Serán la mágica palpitación de la esperanza
Y la comunicación más íntima de nuestro amor.
¡Puja mamá, que estaré naciendo!
¡Sentiré temor!... ¡Pero no desfallezcas!
Puja Mamita. Puja con toda tu fuerza
y con todo tu amor
Puja y puja , hasta sentir mis propios latidos
hasta que escuches el llanto de mi vida.
Y cuando corten el cordón!... Estaré desvalido
Me golpearán y yo no sabré porqué
Pero, habré conocido tu natural fisonomía,
nuestras miradas se habrán acariciado.
Y habré de vivir mi propia experiencia
al llegar al éxtasis de la creación
Dios me dejará disfrutar de la vida
Déjame tú Mamita…
disfrutar de tus manantiales
Sacia mi hambre
con el néctar de tu cuerpo y de tu corazón
Gracias mamita por darme tu sangre,
Por hacer de tu cuerpo mi casita,
durante estos nueve meses
que no han sido fáciles para ninguno de los dos
pero dime Mamita…
¿verdad que ha sido maravilloso …
...estar así tan unidos los dos?
Gracias Dios por enviarme a la vida…
Gracias Mamita, por aceptar mi llegada
Y por haber sido TU… un instrumento de DIOS
perdóname Mamita por tus dolores.
Serán la mágica palpitación de la esperanza
Y la comunicación más íntima de nuestro amor.
¡Puja mamá, que estaré naciendo!
¡Sentiré temor!... ¡Pero no desfallezcas!
Puja Mamita. Puja con toda tu fuerza
y con todo tu amor
Puja y puja , hasta sentir mis propios latidos
hasta que escuches el llanto de mi vida.
Y cuando corten el cordón!... Estaré desvalido
Me golpearán y yo no sabré porqué
Pero, habré conocido tu natural fisonomía,
nuestras miradas se habrán acariciado.
Y habré de vivir mi propia experiencia
al llegar al éxtasis de la creación
Dios me dejará disfrutar de la vida
Déjame tú Mamita…
disfrutar de tus manantiales
Sacia mi hambre
con el néctar de tu cuerpo y de tu corazón
Gracias mamita por darme tu sangre,
Por hacer de tu cuerpo mi casita,
durante estos nueve meses
que no han sido fáciles para ninguno de los dos
pero dime Mamita…
¿verdad que ha sido maravilloso …
...estar así tan unidos los dos?
Gracias Dios por enviarme a la vida…
Gracias Mamita, por aceptar mi llegada
Y por haber sido TU… un instrumento de DIOS
Sí a la Vida... 25 de marzo día del niño por nacer
"Todos tienen derecho a la vida"
Pero la vida del ser humano es un hecho, siendo un derecho su protección y defensa. Así pues, queda claro que cuando decimos "derecho a la vida", estamos diciendo que es un derecho a su protección. Y esto porque:
*La ciencia ha demostrado que "la vida humana comienza en el momento de la fecundación, en el momento de la fusión del espermatozoide con el óvulo" (Profesor Alfred Kastler, Premio Nobel de Física).
* "El hombre entero se encuentra ya en el óvulo desde el momento en que éste es fecundado: todo el hombre con todas sus potencialidades" (Jean Rostand, biólogo francés de primera línea).
* "Aceptar el hecho de que, tras la fertilización, un nuevo ser humano ha comenzado a existir no es una cuestión de opinión, es una evidencia experimental". (Jérome Lejeune. Premio Nobel. Catedrático de Genética Fundamental de la Universidad de la Sorbona).
* "Producir un aborto es matar a un ser humano". (Dr. Zamorano Sanabria. Catedrático de Embriología de la Universidad Complutense de Madrid).
* "Soy biólogo y puedo afirmar que cuando el óvulo y el espermatozoide se unen ya se ha originado una nueva vida. Molecularmente hablando, aquello no es una prolongación de la madre, no es un apéndice que pueda ser extirpado sin más. Es un individuo nuevo, y a menos que neguemos la definición misma de la humanidad y sus derechos, no podemos atentar contra él. El momento clave es pues el de la concepción. Entonces comienza la aventura humana. Y la evolución del ser humano proseguirá sin cesar hasta la muerte. Embrión, feto, recién nacido, niño, joven, adulto, anciano, todo es el mismo individuo en diferentes edades". (Profesor Botella Llusiá, Presidente de la Real Academia Nacional de Medicina, Catedrático de Ginecología y ex-Rector de la Universidad de Madrid).
* Los científicos nos dicen que en el zigoto ya hay una vida "distinta" del óvulo y del espermatozoide, que comienza su propio desarrollo La prueba la encontramos en el niño -probeta o en el zigoto insertado en el útero de una madre de alquiler. Es evidente que no es un tumor de la mujer, sino un ser humano distinto de ella, aunque en proceso de desarrollo, que necesita condiciones especiales de nidación. Su evolución progresiva, sin solución de continuidad, le llevará al nacimiento, niñez, juventud, ... hasta su muerte.
Resumen de su desarrollo en el seno materno:
De la unión del óvulo con el espermatozoide nace un nuevo ser, una célula diferente con doble herencia: 23 cromosomas del padre y 23 de la madre.
A las 6 horas después de la fecundación la célula inicial da dos, que a su vez se convierten en cuatro, éstas se dividen en ocho, dieciséis, treinta y dos... ¡una explosión de vida! hasta llegar a los 60.000 millones de células que constituyen el niño en el momento de nacer.
Hacia los 17 días el embrión comienza a diseñarse: sistema nervioso, vértebras, costillas, médula espinal, futura cabeza con rudimentario cerebro...
Hacia las 3 semanas algunas células empiezan a latir, el corazón del tamaño de un grano de trigo no dejará de hacerlo hasta la muerte.
A partir de entonces se esbozan los brazos, piernas, cara...
A los 2 meses ya tenemos completamente formada la figura.
A los 3 meses ya no se habla de embrión sino de feto. La talla alcanza casi 10 cm. y el peso 45 grs. El niño ya se mueve y comienza a esbozarse la respiración.
Al 4º mes los riñones funcionan y empiezan a salir los cabellos.
Al 5º mes mueve brazos y piernas.
El 6º mes es el de los músculos.
El 7º mes es el de los nervios.
Al 9º mes, hacia los 270 días, se prepara para salir y hacer su aparición en nuestro mundo.
La ciencia ha hablado ¿Cómo podemos negar la evidencia? La interrupción voluntaria del embarazo es un crimen, por mucho que las leyes lo permitan.
Carmen Díaz-Varela.
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