sábado, 24 de marzo de 2012

Querida Mamita (carta de un bebe abortado)

Estoy ahora en el cielo, sentada en el regazo de Cristo. El me ama y llora conmigo porque me han destrozado el corazón. ¡Quería ser yo tu niña! Todavía no comprendo lo que ha pasado.
Desde el primer momento en que me di cuenta de que existía, de que era un ser humano, me sentí muy feliz. Residía en un lugar obscuro, pero muy cómodo. Notaba que ya tenía deditos en mis manitas y en mis pies.
Estaba bien adelantada en mi desarrollo aunque todavía no estaba lista para salir de mi habitación. Empleaba la mayor parte del tiempo pensando y durmiendo. Aún desde los primeros días de mi existencia se me desarrolló un tremendo apego por ti, mamita.
A veces, cuando te oía llorar, lloraba contigo. Otras veces gritabas y luego te ponías a llorar. Oía cuando mi papaíto contestaba gritándote enfadado. Esto me ponía muy triste pero esperaba que todo pasara pronto. A veces me preguntaba por qué llorabas con frecuencia.
En una ocasión lloraste todo el día. ¡Cómo padecí yo contigo! No podía imaginar siquiera la causa de tanta infelicidad. Ese mismo día ocurrió algo terrible. Un monstruo feroz se introdujo en mi habitación donde descansaba calentita y cómoda.
Sentí pánico y comencé a gritar desesperadamente, pero mis gritos no eran escuchados. Imagino que te tenían amarrada porque no hiciste el menor esfuerzo por socorrerme. Tal vez fue que nunca oíste la voz de mi desesperación.
El monstruo se me iba acercando más y más y yo con alaridos de horror te decía: ¡”Mami, Mami, socórreme por favor! ¡Mamaíta ayúdame!” ¡Estaba tan sobrecogida de terror! Grité y grité hasta más no poder. Entonces el monstruo comenzó a desprenderme los bracitos. ¡Cuánto me dolían! Sentía un dolor tan fuerte que nunca lo podré describir. Le rogué que me dejara, pero ni caso me hizo. Grité y grité horrorizada cuando me arrancó una pierna. Aunque el dolor era muy intenso me dí cuenta de que me estaba muriendo. Me torturaba pensar que nunca ibas a ver mi carita y que nunca te oiría decirme: “Te amo”.
Yo quería secar tus lágrimas y que no lloraras más. ¡Había hecho tantos planes para hacerte feliz, mamita! Era imposible, todos mis sueños se me habían evaporado. Aunque estaba horrorizada y muy dolorida, mi quebrantado corazón era mi mayor dolor. ¡Cuánto deseaba yo ser tu hijita! Pero, ya no podía ser, me estaba muriendo por una muerte horripilante. Sólo podía imaginar las terribles cosas que te estaban haciendo.
Antes de que me tiraran a la basura quería decirte: “Te amo mamaíta”; pero no sabía cómo hacértelo entender. De todos modos no hubiera tenido aliento para pronunciarlas pues estaba ya muerta.
Entonces sentí que me elevaba. Un poderoso ángel me llevó en sus brazos a un lugar hermoso; lloraba todavía, aunque ya mi dolor había desaparecido. El ángel me llevó donde Jesús y me depositó en sus brazos. Jesús me dijo que me amaba y que era mi Padre, esto me hizo inmensamente feliz. Le pregunté al Señor qué era aquello que me había ocasionado la muerte y El me contestó suavemente: “El aborto, lo siento hija mía, sé lo que has pasado”.
Yo no sé lo que quiere decir esa palabra aborto, pero imagino que es el nombre del monstruo que me tronchó la vida. Ahora te escribo mamita, para decirte que te amo… y para decirte: “¡Cuántos deseos tenía de ser tu hijita!”. Hice todo lo imposible por sobrevivir, quería vivir. Tenía voluntad de vivir. Pero era todavía muy pequeña y el monstruo era demasiado fuerte para mí. Me succionó desprendiéndome los brazos y las piernas, y luego se tragó el resto de mi cuerpecito. En tales circunstancias era imposible sobrevivir, pero quería dejarte saber que traté y traté de quedarme contigo, pues yo no quería irme.
Mamita, también quiero decirte que te cuides mucho de ese monstruo, el aborto. Te amo y no quisiera que pasaras por el sufrimiento que pasé yo. Por favor mamita, cuídate mucho.
“Porque tu formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre.”


Al nacer...

Al nacer... Mis oídos escucharán tus quejidos; 
perdóname Mamita por tus dolores. 
Serán la mágica palpitación de la esperanza 
Y la comunicación más íntima de nuestro amor. 
¡Puja mamá, que estaré naciendo! 
¡Sentiré temor!... ¡Pero no desfallezcas! 
Puja Mamita. Puja con toda tu fuerza 
y con todo tu amor 
Puja y puja , hasta sentir mis propios latidos 
hasta que escuches el llanto de mi vida. 
Y cuando corten el cordón!... Estaré desvalido 
Me golpearán y yo no sabré porqué 
Pero, habré conocido tu natural fisonomía, 
nuestras miradas se habrán acariciado. 
Y habré de vivir mi propia experiencia 
al llegar al éxtasis de la creación 
Dios me dejará disfrutar de la vida 
Déjame tú Mamita… 
disfrutar de tus manantiales 
Sacia mi hambre 
con el néctar de tu cuerpo y de tu corazón 
Gracias mamita por darme tu sangre, 
Por hacer de tu cuerpo mi casita, 
durante estos nueve meses 
que no han sido fáciles para ninguno de los dos 
pero dime Mamita… 
¿verdad que ha sido maravilloso … 
...estar así tan unidos los dos? 
Gracias Dios por enviarme a la vida… 
Gracias Mamita, por aceptar mi llegada 
Y por haber sido TU… un instrumento de DIOS  



Sí a la Vida... 25 de marzo día del niño por nacer



"Todos tienen derecho a la vida"

Pero la vida del ser humano es un hecho, siendo un derecho su protección y defensa. Así pues, queda claro que cuando decimos "derecho a la vida", estamos diciendo que es un derecho a su protección. Y esto porque:

*La ciencia ha demostrado que "la vida humana comienza en el momento de la fecundación, en el momento de la fusión del espermatozoide con el óvulo" (Profesor Alfred Kastler, Premio Nobel de Física).

* "El hombre entero se encuentra ya en el óvulo desde el momento en que éste es fecundado: todo el hombre con todas sus potencialidades" (Jean Rostand, biólogo francés de primera línea).

* "Aceptar el hecho de que, tras la fertilización, un nuevo ser humano ha comenzado a existir no es una cuestión de opinión, es una evidencia experimental". (Jérome Lejeune. Premio Nobel. Catedrático de Genética Fundamental de la Universidad de la Sorbona).

* "Producir un aborto es matar a un ser humano". (Dr. Zamorano Sanabria. Catedrático de Embriología de la Universidad Complutense de Madrid).

* "Soy biólogo y puedo afirmar que cuando el óvulo y el espermatozoide se unen ya se ha originado una nueva vida. Molecularmente hablando, aquello no es una prolongación de la madre, no es un apéndice que pueda ser extirpado sin más. Es un individuo nuevo, y a menos que neguemos la definición misma de la humanidad y sus derechos, no podemos atentar contra él. El momento clave es pues el de la concepción. Entonces comienza la aventura humana. Y la evolución del ser humano proseguirá sin cesar hasta la muerte. Embrión, feto, recién nacido, niño, joven, adulto, anciano, todo es el mismo individuo en diferentes edades". (Profesor Botella Llusiá, Presidente de la Real Academia Nacional de Medicina, Catedrático de Ginecología y ex-Rector de la Universidad de Madrid).

* Los científicos nos dicen que en el zigoto ya hay una vida "distinta" del óvulo y del espermatozoide, que comienza su propio desarrollo La prueba la encontramos en el niño -probeta o en el zigoto insertado en el útero de una madre de alquiler. Es evidente que no es un tumor de la mujer, sino un ser humano distinto de ella, aunque en proceso de desarrollo, que necesita condiciones especiales de nidación. Su evolución progresiva, sin solución de continuidad, le llevará al nacimiento, niñez, juventud, ... hasta su muerte.


Resumen de su desarrollo en el seno materno:

De la unión del óvulo con el espermatozoide nace un nuevo ser, una célula diferente con doble herencia: 23 cromosomas del padre y 23 de la madre.

A las 6 horas después de la fecundación la célula inicial da dos, que a su vez se convierten en cuatro, éstas se dividen en ocho, dieciséis, treinta y dos... ¡una explosión de vida! hasta llegar a los 60.000 millones de células que constituyen el niño en el momento de nacer.

Hacia los 17 días el embrión comienza a diseñarse: sistema nervioso, vértebras, costillas, médula espinal, futura cabeza con rudimentario cerebro...

Hacia las 3 semanas algunas células empiezan a latir, el corazón del tamaño de un grano de trigo no dejará de hacerlo hasta la muerte.

A partir de entonces se esbozan los brazos, piernas, cara...

A los 2 meses ya tenemos completamente formada la figura.

A los 3 meses ya no se habla de embrión sino de feto. La talla alcanza casi 10 cm. y el peso 45 grs. El niño ya se mueve y comienza a esbozarse la respiración.

Al 4º mes los riñones funcionan y empiezan a salir los cabellos.

Al 5º mes mueve brazos y piernas.

El 6º mes es el de los músculos.

El 7º mes es el de los nervios.

Al 9º mes, hacia los 270 días, se prepara para salir y hacer su aparición en nuestro mundo.

La ciencia ha hablado ¿Cómo podemos negar la evidencia? La interrupción voluntaria del embarazo es un crimen, por mucho que las leyes lo permitan.

Carmen Díaz-Varela. 

martes, 6 de marzo de 2012

Estar en brazos es LA felicidad...

El bebé necesita contacto físico, es el alimento de su corazón, tan vital como el alimento o los cuidados. Para su bienestar emocional e incluso para su salud tener todo el contacto físico que soliciten es fundamental. Estar en brazos es la Felicidad, en absoluto, en mayúsculas.
Hay bebés que lloran mucho si están en su cuna. Solamente se calman cuando los tomamos en brazos y vuelven a llorar si los dejamos de nuevo. Incluso, aparentemente dormidos, se despiertan reanudando el llanto si los dejamos en la cuna para que sigan dormidos, lo que llamo el síndrome de la cuna con pinchos.
Solemos escuchar que hay que dejarlos en la cuna para que se acostumbren y que si los tomamos en brazos cuando lo piden es que nos toman el pelo. Nada más lejos de la realidad, los bebés lloran y piden brazos porque necesitan emocionalmente ese contacto físico para sentirse seguros y amados.
No hay explicaciones que les valgan, no están preparados para entender que en la cuna están seguros. Su instinto les hace llamarnos y recuperar la serenidad con nuestro contacto.

Los sentimientos de las madres

Las madres a veces se sienten agobiandas por la constante llamada del niño, pero, si escuchan sus instintos, pueden reconciliarse con esa necesidad y disfrutar de ella. Usar una bandolera o un pañuelo para llevar al niño en contacto con su cuerpo les puede ayudar a recuperar la posibilidad de moverse con mayor libertad y es de ayuda en muchos casos.
Sin embargo esa sensación que ellas puedan tener no es mala. Las madres, especialmente las mamás recientes, sienten muchas veces revolotear sobre ellas el constante juicio sobre su maternidad. Por eso quiero decir que incluso esa necesidad de espacio no es juzgable y tenemos que aceptarla, pero sin dejar que perjudique a nuestro hijo.
Entendámonos y amémonos. Las mujeres a veces nos juzgamos con más dureza que nadie. Y quiero decir con esto que recuperar la memoria de las costumbres ancestrales nos ayudará a comprender mejor nuestras necesidades y las de nuestros bebés.
Las madres de hoy están solas. En su casa, abrumadas por la maternidad de descoloca su propio concepto de si mismas, golpeadas por sentimientos contrapuestos. Eran mujeres independientes y nunca nadie las previno sobre ese amor loco y apasionado por su hijo ni sobre la necesidad permanente que el niño tiene de ellas.
Pensemos en las madres de siempre, nuestras antepasadas. Ellas no estaban solas. Sus madres, hermanas y comadres las sostenían, las acompañaban y cuidaban de ellas. Les ayudaban a cuidar de su hijo. Se turnaban para que ellas pudieran recuperarse y además les enseñaban a llevar el niño a su espalda mientras realizaban cualquier actividad.
En la medida de lo posible el reproducir esas condiciones óptimas de crianza ayudará mucho a que la madre no se sienta abrumada por ese contacto físico permanente. El padre también puede portar al bebé cuando se encuentre en casa y eso reforzará sus sentimientos de ternura, le hará sentirse más cercano a su hijo y también comprender mejor a su compañera.
El poder encontrar acompañamiento de otras madres con experiencia y deseosas de colaborar también será beneficioso para la mamá reciente. La ayuda de las amigas y familiares o de grupos de crianza ofrecen ese sostén necesario.

La importancia del contacto físico

El contacto físico constante del que el bebé manifiesta la necesidad es así más sencillo. Y si comprendemos y aceptamos que no es un capricho ni un chantaje estaremos mucho mejor dispuestos a ofrecerlo.
Cuando el bebé reclama brazos y contacto físico no nos pide algo irrazonable, nos pide algo que necesita. Para él, sentir nuestro cuerpo es bienestar. Lo más natural e instintivo es estar sostenido por su madre o por otro adulto con el que se sienta apegado, ya que no puede sentirse contenido ni protegido por nada más. No sabe que nuestras casas son seguras, sigue siendo una cría de primate incapaz de valerse por ella misma, incapaz de protegerse o ponerse a salvo.
La madre, su cuerpo, su olor, su pecho, su mirada, su voz y sus caricias son su hábitat natural. Para el bebé estar en brazos es la Felicidad.

Mireia Long en Bebés y más.

Amar al segundo hijo...


Cuando una amorosa mamá, dedicada a su primer hijo y llena de él se enfrenta a un segundo embarazo muchos temores pueden aparecer. Aunque el amor se multiplica y se amará al segundo hijo como al primero, sin duda puede haber cierto trastorno en las relaciones cuando llega el segundo bebé.
Cuando nace el primer hijo de una mujer no solamente nace un niño, también nace una madre y ella vive esta nueva dimensión de su personalidad como algo muy profundo y poderoso, que puede cambiar toda su concepción del mundo y de si misma. Entregada al vínculo se encuentra que todo puede cambiar con la llegada del segundo hijo.
Ya no podrá entregarse por completo al que ha sido hasta ahora su gran amor, y tampoco podrá tener una completa unión con el segundo que deje al primero fuera de la relación materno-filial.

Los sentimientos de la madre

Pese a que durante el embarazo y en los primeros momentos pueda haber sentimientos contradictorios hacia los dos hijos y hacia una misma, miedo a no amar suficiente o a no llegar a atender a ambos, normalmente las madres son capaces de reconstruir las relaciones de la familia de una manera que de acogida a todos en una nueva manera de entender el amor y la comunicación.
El segundo hijo llega, sea planificado o no, en un momento diferente de la vida de esa mujer y le hará relacionarse con él y sentir emociones diferentes posiblemente a las que experimentó con el primero. Tendrá menos temores pero también menos tiempo, más experiencia pero también menos disponibilidad.
En algunos casos hay una cierta culpabilidad y angustia, pero en otras el niño mayor es percibido como molesto o desarrolla comportamientos regresivos o de llamada de atención ante sus padres, dificultando la comunicación en la nueva forma que ha tomado su familia.

La edad del primer hijo influye

La forma en la que el hijo mayor reacciona ante la llegada del bebé no es siempre previsible aunque, sin duda, aspectos madurativos son importantes.
Algunos niños muy pequeños se adaptan bien en apariencia al nuevo bebé siempre que la familia cuente con apoyos para atenderlos a ambos, pero sin duda las mamás se sienten especialmente agotadas si tienen que cuidar a dos bebés que no caminan, usan pañales o tienen despertares nocturnos.
A partir de los dos añitos las cosas podrían ser más sencillas, pero muchas veces los pequeños no son capaces de expresar sus sentimientos contrapuestos hacia el hermanito que les quita atención de sus padres. Los padres, a veces, en vez de entender que su hijo se siente asustado y solo y que no está preparado para compartirlos, se enfadan con él cuando se pone más caprichoso de lo normal, tiene regresiones, pesadillas o berrinches. Algunos vuelven a hacerse pipí o se muestran agresivos, todo motivado por el deseo de recuperar más atención y no saber decirnos cuanto nos necesitan y como querrían a veces que nada hubiera cambiado.
La comprensión es fundamental para ayudarles a pasar esta crisis personal. El hermanito no es su responsabilidad e, incluso si lo “pedían” no es sorprendente que lo encuentren un poco decepcionante, ya que no sirve para jugar con él.
La pareja, la familia o los amigos cercanos tienen entonces un papel importante, acompañándolo en ratos y ayudando para que la mamá pueda también disponer de ratos en los que le dedique mimos y atención exclusiva.
Es mejor que el nacimiento del segundo no suceda a la vez que otros importantes cambios en la vida de un niño: dejar el pañal, pasar a su cuarto o entrar en la guardería, para evitar que tenga que enfrentarse a situaciones de tensión acumuladas.
Para los niños a partir de los seis años suele ser más sencillo, ya que no están tan necesitados de atención constante, tienen amigos e intereses con los que pasar el tiempo cuando su madre no puede estar con ellos. También, por supuesto, tienen una mayor maduración física, emocional e intelectual que les va a permitir entender la nueva situación. Sin embargo no podemos descartar que sientan celos, sobre todo si les empezamos ahora a exigir que cuiden del hermanito sin desearlo ellos o a que se comporten como “mayores” todo el tiempo.
No hay un momento ideal para el segundo nacimiento que pueda ser aconsejado, cada familia tiene sus ritmos, prioridades y necesidades, pero en general es conveniente planificar ese nacimiento cuando madre, padre e hijo mayor estén preparados para organizar su tiempo y sus emociones dándo cabida al nuevo miembro. Pero una cosa ese segura, amar al segundo hijo no va a ser un problema.
Mireia Long En Bebés y más

La Relación Física con su Bebé




El contacto físico no solo satisface las necesidades de cercanía y afecto para el bebe; cargar al bebe, implica brindar seguridad, estimulo y movimiento. Contrario a los consejos bien-intencionados para dejar su bebé llorando para que se aprenda, nunca debería dejar a su bebé llorando.


El contacto piel con piel, es específicamente efectivo durante la lactancia, los baños y masajes. Cargar al bebe en brazos o usar un "canguro" para salir de paseo, también satisface las necesidad de contacto físico.
Abrazos, caricias, masajes y juegos físicos, ayudan a satisfacer las necesidades de contacto de los niños mas grandes.

Los bebes nacen con una necesidad urgente e intensa de completa dependencia. El contacto físico provee seguridad, estimulación y movimiento. Los padres que brindan este tipo de acercamiento, promueven el desarrollo de fuertes lazos afectivos con sus hijos. Incluso los niños mas grandes necesitan estar conectados a través del contacto físico con sus padres y así fortalecer mas aun el vinculo.


 Necesidades y Beneficios del Contacto Físico

Para los chicos, el contacto corporal estimula la producción hormonal que participa en el crecimiento, enriquece el desarrollo intelectual y motor y ayuda a regular la temperatura corporal de los bebes, la frecuencia cardiaca y los patrones de sueño y vigilia.

Los bebes que reciben contacto corporal, ganan peso mas rápidamente, se alimentan mejor, lloran menos, son mas calmos y presentan un desarrollo motor e intelectual mas rico.

Las culturas en donde la conexión física hacia los bebes es mas frecuente, tienen menor índice de violencia física entre los adultos.


Como Proveer el Contacto Físico que Nutre

La conexión piel con piel es especialmente efectiva

Amamantar y compartir la hora del baño, brinda una buena oportunidad para las caricias

Los masajes pueden calmar a los bebes con cólicos, ayudan a los chicos a conciliar el sueño y provee también una excelente oportunidad para la interacción y el juego.

Sostener al bebe en brazos así como cargarlo en canguros para ir de paseo, satisface la necesidad de contacto físico, seguridad, movimiento y estimulación necesarios para promover el desarrollo neurológico.

Ser cauto con el sobreuso de artículos diseñados para "sostener" al bebe independientemente tales como columpios, saltadores, cochecitos y andadores de plástico.


Contacto Físico y los Chicos mas Grandes

Los abrazos frecuentes, caricias y masajes, satisfacen las necesidades de cercanía y contacto físico así como también el juego físico y las cosquillas

Las cosquillas y el juego físico deben ser orientadas en intensidad y cantidad, por el deseo del niño y nunca deberían ser forzadas por el adulto

Usar el juego como oportunidad de acercamiento físico

Todos los humanos necesitan el contacto físico para sobrevivir.

Tomado de www.attachmentparenting.org


Como Criar un Hijo Sano...A Pesar de su Médico.


Robert Mendelsohn es sin duda “uno de los grandes”.
Médico Pediatra, con más de 30 años de experiencia, fascina con su voz clara, sagaz, provocadora, crítica, explicativa y emociona con su inmensa vocación .
Busca empoderar a las madres y padres en su rol de guardianes de la salud de sus propios hijos. Plantea en su libro “Como Criar un Hijo Sano...A Pesar de su Médico”que alrededor del 90% de las visitas al pediatra podrían evitarse, y más aún...que estas pueden provocar ciertas dificultades.
Así también plantea que los mejores médicos son las madres, las abuelas y la Madre Naturaleza, quienes pueden sanar de mejor forma a sus hijos, que un médico ajeno preso de un sistema lleno de vicios.
Además de brindar información sobre crianza y nutrición infantil, muestra los riesgos de los vicios médicos y da una voz de alerta a los tratamientos y procedimientos que pueden ser no sólo innecesarios, si no también riesgosos.
En la segunda parte brinda una guía sobre las principales enfermedades infantiles, cómo abordarlas, así como también entrega criterios claros y precisos de cuándo sí es necesaria la ayuda médica.
Aborda dolores abdominales, tos, resfríos, gripes, dolores de garganta, dolores de oído, problemas oculares, problemas a la piel, problemas ortopédicos, asma y alergias, hiperactividad, vacunas, accidentes, hospitalizaciones, y finalmente entrega criterios para la elección consciente de un pediatra para nuestros hijos.
Sin lugar a dudas este es un libro imperdible!

Puede ser un libro difícil de encontrar en las librerías de nuestro país, por lo que agradecemos a ecomaternal quien brinda un link para poder DESCARGAR GRATUITAMENTE. Puedes acceder al libro haciendo clic AQUÍ

Bebé atendido, adulto feliz

dulces sueños
Los bebés atendidos serán adultos felices. Está demostrado, o al menos así lo afirman los autores de un estudio recientemente publicado en una prestigiosa publicación médica: ‘Journal of Epidemiology and Community Health” y que ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Duke, en Estados Unidos: los adultos que durante su infancia recibieron mucha atención y afecto de sus madres crecen más seguros de si mismos y con mayor capacidad de hacer frente a la angustia y las preocupaciones.
Resumiendo, los adultos que tienen una grata experiencia de la infancia y eran cuidados amorosamente por su madre son más felices que aquellos a los que se les ha limitado el afecto y el contacto.
Los autores realizaron pruebas y entrevistas psicológicas a más de 400 personas de parecido perfil y concluyen que se puede demostrar que las experiencias vitales de pequeños pueden influir en la salud emocional del adulto, siendo el afecto de la madre el aspecto que más influencia tiene y permite crecer con más seguridad, confianza, tranquilida antes las tensiones y capacidad de tener relaciones sociales sanas y enriquecedoras.
Pese a que pseudoexpertos se han pasado los últimos años aconsejando que madres e hijos mantuvieran un contacto físico y afectivo limitado y que los bebés no sean tomados en brazos, atendidos cuando lloran o no se les atienda por la noche cuando se despiertan aduciendo que, si seguimos nuestros instintos protectores, los convertiremos en seres dependientes e infelices, la ciencia poco a poco está demostrando que los niños humanos necesitan afecto y contacto fisico para crecer felices y poder ser adultos felices.
Las mamás deben ser receptivas hacia las necesidades de sus hijos, atenderlas, darles afecto y brazos. Es algo maravilloso e instintivo que además cada vez queda más claro que les beneficia ahora y en el futuro.
Toda esa palabrería tendrá que desaparecer. Los consejos de que se acostumbran, lo de que van a estar consentidos, y por supuesto, los métodos indemostrados para hacerles dormir solos y sin rechistar tienen los días contados: los bebés necesitan afecto y atención para poder ser adultos sanos emocionalmente.

Bebés en brazos, bebés felices =)


Lo bebés en brazos son bebés felices. Al menos lloran menos, se quejan menos, comen más fácilmente al tener acceso al pecho y duermen sin problemas. Hay quien hasta señala que los cólicos son menos frecuentes. En realidad es su sitio natural y en que se sienten cómodos y seguros.
Lloran menos, comen mejor, estan más relajados y duermen mejor. Sus padres también se relajan. Para hacer esto más sencillo hay muchos tipos de portabebés que pueden ayudarles. Este es el mensaje que diferentes asociaciones de todo el mundo quieren transmitir en la Semana Internacional de la Crianza en Brazos.
Los bebés humanos nacen para ser llevados en brazos y así ha sido siempre, hasta que han llegado a nosotros los cochecitos y demás artilugios de nuestro mundo capitalista y consumista, que, usados cuando son precisos pueden hacernos más sencillas algunas actividades, pero que en exceso interfieren en el contacto con el niño y a la larga, nos dan más complicaciones que facilidades.
Los bebés humanos, como parte de su desarrollo natural, pasan una fase en la que su lugar son los brazos de su madre. Y tanto para su desarrollo intelectual y físico, como para los aspectos afectivos, el mantener esta fase lo más autenticamente posible, tiene enormes beneficios.
La gran precursora de esta idea es Jean Liedloff, autora de “El concepto de Continuum”. Tras observar durante años a los bebés de una tribu sudamericana de los Yecuana, terminó de dar forma a sus impresiones previas: los bebés humanos necesitan estar en brazos y es una fase de su desarrollo imprescindible y que hay que respetar.
La Fase en Brazos comienza cuando el niño nace y repta hasta el pezón de su madre y termina cuando comienza a separarse voluntariamente de ella y su cuerpo para comenzar sus exploraciones, desplazándose por si mismo.
Los bebés humanos se siente mejor en brazos, se relajan, comen o duermen sin interferir con la vida adulta, observan, rien, interactuan con los demás. No se ponen tiesos y rígidos como los niños a los que ponemos, con tanto cuidado, en su cunita y saltan disparados como si tuviera pinchos.
Los niños, contentos en brazos, nos demuestran que les estamos dando lo que necesitan: contacto físico, seguridad, apego, alimento y calor. Todo en nosotros, los humanos, está diseñado para que nuestros bebés sobrevivan si los tomamos en brazos y mueran si los dejamos en el suelo.
recien nacido en brazos
Ellos lo sienten así, y se sienten seguros si seguimos su instinto y el nuestro en vez de escuchar esa sarta de consejos absurdos que nos impelen a dejar a los bebés sin brazos y sin cuerpo al que abrazar a todas horas, como desean y necesitan para sentirse bien. Los bebés desean estar en brazos porque lo necesitan.
Como decía, a lo largo de la Historia de la Humanidad, y también hoy en día, hay muchas culturas que han diseñado ayudas para portar al bebé de forma más cómoda y que, además, permiten que la mujer se integre en la vida normal del hogar, la calle y hasta el trabajo (al menos donde se lo permitan). Pueden jugar con otro hijo y dar un paseo por el campo, al menos eso, sin tener que acarrear un pesado cochecito.
Para el papá también son muy útiles. El niño, en el portabebé, si no tiene hambre, se quedará dormido mientras paseas o bailas, muy cerca de tu cuerpo, oliéndote y mirándote, lo que hace que el vínculo emocional entre ambos se fortalezca.
El modelo más sencillo es un largo trozo de tela que se anuda en diferentes posiciones. Hay también telas que se ponen en forma de bandolera ayudadas por anillas que permiten cambiar de tamaño y posición. Hay diseños con forma de mochila que combinan belleza y comodidad. Y actualmente tenemos modernas mochilas ergonómicas.
Cada familia puede encontrar el que mejor se adapte a sus necesidades. 
La Semana Mundial de la Crianza en Brazos trata de llevar a la sociedad este mensaje que tanto bien puede hacer para la felicidad de los pequeños y sus familias, y que, a la larga, incidirá posiblemente en la salud emocional de todos nosotros.
Bebés en brazos, bebés felices. Es tan sencillo darles lo que nos piden, es tan sencillo darles lo que necesitan.


domingo, 4 de marzo de 2012

De niños a adultos


Desde el momento en que una pareja se entera de que en pocos meses serán padres, algo cambia para siempre.
No dejarán de ser hijos, pero dejarán de ser niños. 
Y al niño que dejarán de ser lo guardarán en su interior en un lugar más o menos amable (según como sean capaces de amar a ese niño que fueron) y bajo la piel que se quiten amanecerá otra piel más robusta, caliente y viva: la piel de padre y la piel de madre.
A su vez, sus propios padres no dejarán de serlo, pero desde ese momento su función cambiará inevitablemente y serán abuelos.

Con la llegada del bebé, como veis, todos se quitan una piel para ponerse otra (hasta el bebé, que hasta entonces “no es”, se pone la piel del que “es”).

Pero no siempre sucede de esta manera. Es muy común (más de lo que pensamos) que a los nuevos padres no se les permita dejar de ser niños. Durante el embarazo, instituciones, familiares y conocidos les considerarán incapaces de tomar sus propias decisiones de forma adecuada y les invitarán a “dejarlo en manos de los que saben”.

A la mujer, concretamente, se la recordará de mil y una maneras que es una niña: se la vestirá con camisones rosas de encaje y se la rodeará de un halo específicamente asexual que limpie cualquier aroma a sexo, a sudor o a hembra encinta. Ahora, más que nunca y pese a la evidencia creciente de su sexualidad vibrante y fértil, se la infantilizará hasta el extremo y se le informará de que durante la gestación (precisamente uno de los  momentos de mayor plenitud y creatividad en la vida de una mujer) tan sólo ha de ocuparse de “contener” al hijo que crece en su interior,  pero sin ejercer su pensamiento crítico o su deseo en modo alguno. También puede pasar que  ,en vez de esto, se la masculinice, aplaudiendo su capacidad de negación de la barriga en forma de trabajo impenitente y conexión con demandas externas y apremiantes como reuniones, emails e informes.  

Más de lo mismo sucede en el transcurso de la mayoría de los partos, en los que personas adultas y competentes son tratadas como auténticos incautos y, de este modo, pasan por el aro del abuso de poder como corderitos temerosos. No les culpo: la amenaza por lo general es perder a su cría si no obedecen.

Recién nacido el bebé acudirán raudos y veloces los mismos que todavía le siguen hablando a ese niño que llevamos dentro como si fueran incapaces de ver delante de sí a un hombre y una mujer hechos y derechos, y se instruirá a los nuevos padres sobre todo lo relativo al cuidado y atención de su cría, deslegitimando cualquier intento de espontaneidad, instinto y naturalidad que los nuevos padres puedan mostrar.

 Al hombre se le relegará a un segundo plano y se le negará la posibilidad de ejercer su paternidad más allá de trabajar más duro si cabe para alimentar a su mujer inoperante y al bebé que esta transporta.  Mientras haga “lo que debe hacer” será aplaudido y aceptado, pero ay de él como se le ocurra reclamar su derecho a sentir en las entrañas algo más que aplomo y seguridad en sí mismo.

Lo que familiares, conocidos e instituciones hacen con el nacimiento, la paternidad y la maternidad no tiene perdón,porque efectivamente invalida e inhabilita a los nuevos padres poder hacer un ejercicio competente de su parentalidad y deja a los bebés absolutamente desprotegidos y en manos de personas incapaces de darles lo que los éstos necesitan: conexión y comunicación profundas.

En algunos casos, este fenómeno se limita a los momentos que rodean al nacimiento y con fortuna los nuevos padres se rebelan contra este papel y (por lo general a escondidas) buscan un espacio que les pertenece y lo hacen valer de la mejor forma que pueden, consiguiendo así que nazca de una vez por todas la familia, su familia, y que sus hijos puedan tener por fin unos padres adultos, no unos niños.

Sin embargo en otros muchos casos los nuevos padres nunca llegan a serlo. Nunca llegan a crecer, a quitarse la piel del niño, a hacer valer su palabra frente a la palabra de los que, por sus propias dificultades personales, no quieren o no pueden dejar el lugar que tantos años ocuparon y dejar de ejercer la función que tantos años ejercieron.

Crecer es un proceso complejo y casi siempre doloroso. Y cuando sentimos que para poder crecer necesitamos el permiso de aquellos que han de dejarnos su sitio, subordinamos todas las posibilidades a la mirada y la decisión vital del otro (decisión que puede hacerse esperar años). Quizá cuando fuimos niños no teníamos otra elección, pero no nos equivoquemos: ahora sí la tenemos. 
Nuestro sitio como padres y madres no debería pretender necesariamente imitar ni ocupar el sitio de aquellos que un día nos criaron y educaron, aunque ese niño que llevamos dentro no conozca otra manera de hacer las cosas. Desde el adulto que hoy somos, podemos elegir tomar nuestras propias decisiones, ocupar nuestros propios espacios, ejercer nuestras funciones a nuestra manera, por lo que no es necesario esperar a que los demás legitimen ese derecho que nos es propio. Podemos hacerlo ya, desde este momento. 
Como mujeres y hombres podemos hablar lo que callamos como niños.

Vuestro embarazo es vuestro.
Vuestro parto es vuestro.
Vuestro puerperio es vuestro.
Vuestra maternidad y paternidad son vuestras.
Que nadie os arrebate esos derechos.

Violeta Alcocer.

En tu regazo...

"En el regazo de la madre empieza todo... la primera palabra, la primera melodía, y el primer beso (...) es tarea básica de la maternidad enseñar a disfrutar de esos primeros contactos, porque los niños contruyen todas sus relaciones afectivas a partir de lo 
que aprenden en estos primeros segundos, meses, años de vida."




Texto: Cira Crespo
Ilustración: Mónica Calvo



Diez curiosidades acerca de los bebés


Es mucha la información que tenemos a nuestro alcance acerca de los bebés, cada día más y cada día más certera, para conocerles en profundidad antes de que lleguen.
Existen libros, revistas, blogs y profesionales que se dedican (nos dedicamos) a tratar de explicar, casi al milímetro, algunos aspectos de los recién nacidos, con la intención de ayudar a los futuros padres a saber qué es normal, qué no lo es y ofrecer algunos consejos y recomendaciones sobre algo para lo que nadie nos prepara en el día a día de nuestra vida: cuidar a un bebé.
A pesar de toda la información ofrecida siempre quedan algunas pequeñas cosas relacionadas con los bebés de esas que podrían empezar con un “¿Sabías que…?”, que por sí solas no dan para hablar demasiado, pero que seguro que os parecen curiosas de conocer. Vamos a conocer diez de esas curiosidades:
  • Durante los nueves meses que pasan desde la concepción hasta que nacen el peso de un bebé se multiplica por 3.000 millones. Incluso en los últimos meses de gestación el ritmo de crecimiento y engorde será el mayor de toda la vida de un bebé (si contamos como vida los últimos meses o semanas de embarazo).
  • Entre el nacimiento y el año de vida un niño triplica su peso. A los dos años pesará cuatro veces más que cuando nació. Entre el nacimiento y el año de vida crecerá unos 25 cm. Para crecer 25 cm. más y llegar al metro de altura tendrán que pasar unos cinco años más tras su primer cumpleaños.
  • El cerebro de un recién nacido supone el 10% total de su peso, mientras que en los adultos supone tan sólo el 2%. A pesar de ello, cuando nacen, tienen un cerebro que supone, únicamente, el 25% del que tendrán en la edad adulta.
  • El corazón de un bebé late entre 130 y 160 veces por minuto. En el caso de un adulto la frecuencia cardíaca normal, en reposo, ronda las 60 a 80 pulsaciones por minuto, signo de que a medida que un bebé crece y con él su corazón, el latido va disminuyendo poco a poco.
  • El pie de un recién nacido es la tercera parte del pie que tendrá cuando sea adulto. Cuando tenga ya un año el tamaño será de casi la mitad. No sé hasta qué punto se pueden hacer cálculos para determinar el pie que tendrá un bebé de mayor, porque si nace con un 14, una medida razonable, el triple es un 42. Si nace con un 15, sería un 45. Digamos entonces que es casi la tercera parte del pie que tendrá.
  • Los recién nacidos humanos son los únicos seres vivos que sonríen intencionadamente a sus padres. Es una característica que innata de los humanos que los bebés necesitan para asegurar que van a “caer bien” a sus padres y cuidadores. Si no fueran capaces de mirarnos a los ojos y sonreír, su cuidado, basado en demandas casi continuas, quejidos y llantos podría verse comprometido en algunos casos.
  • Durante los primeros días de vida los bebés no suelen producir lágrimas porque los conductos lagrimales están aún cerrados, sin embargo algunos bebés si tienen lágrimas, para asombro de muchos adultos.
  • Los recién nacidos estornudan a menudo y no suele ser signo de resfriado. El estornudo, como sucede con los adultos, es un mecanismo que ayuda a limpiar las vías respiratorias.
  • El sentido más desarrollado de los bebés es el del olfato. Como ya hemos visto en otras ocasiones la vista no está del todo desarrollada, así que como mejor reconocen a su madre es por el olor.
  • Sea cual sea el día en que haya nacido tu hijo o hija, el día de su cumpleaños será también el día del cumpleaños de 9 millones de personas más en todo el planeta. Aunque sea nuestro día especial, no somos únicos, está claro. El día de mi cumpleaños se soplarán millones de velas.


De: Bebés y más