sábado, 31 de diciembre de 2011

Que tu cuerpo valga la pena...

Que los PIES te lleven por el camino más largo hacia la felicidad, porque la felicidad son solo puntos en el mapa de la vida, y el verdadero disfrute está en buscarlos.

Que los OJOS reconozcan la diferencia entre un colibrí y el vuelo que lo sostiene. Aunque se detenga seguirá siendo un colibrí y es conveniente que lo sepas, para que no confundas el sol con la luz.

Que las MANOS se tiendan generosas en el dar y agradecidas en el recibir, y que su gesto más frecuente sea la caricia para reconfortar a los que te rodean.

Que el OÍDO sea tan fiel a la hora del reproche, como debe serlo a la hora del halago, para que puedas mantener el equilibrio en cualquier circunstancia.

Que las RODILLAS te sostengan con firmeza a la altura de tus sueños y se aflojen mansamente cuando llegue el tiempo de descanso.

Que la ESPALDA sea tu mejor soporte y no la carga más pesada.

Que la BOCA refleje la sonrisa que hay adentro, para que sea una ventana del alma y no la vidriera de los dientes.

Que los DIENTES te sirvan para aprovechar mejor el alimento, y no para conseguir la tajada más grande en desmedro de los otros.

Que la LENGUA encuentre las palabras más exactas para expresarte sin que te mal interpreten.

Que las UÑAS crezcan lo suficiente para protegerte, sin lastimar a nadie.

Que la PIEL te sirva de puente y no de valla.

Que el PELO le de abrigo a tus ideas, que siempre adornan más que un buen peinado.

Que los BRAZOS sean la cuna de los abrazos y no camisa de fuerza para nadie.

Que el CORAZÓN toque su música con amor, para que tu vida sea un paso del universo hacia delante.

Que tus PIES nunca se cansen de caminar aún cuando los obstáculos sean difíciles de saltar y te lastimes…

Que tus OJOS puedan descubrir el lado bello de la vida: el positivo y que no te detengas en el lado oscuro de la vida…

Que tus MANOS se abran para dar, para acariciar, para acercar, y que sean puentes de unión cargadas de energía que vaya de
mano en mano, de hombre en hombre, de paía en país…

Que tus OÍDOS puedan reconocer el sonido del llanto de un bebé y el grito desesperado de quien pide ayuda…

Que tus RODILLAS sean el mejor apoyo cuando supliques a Dios o sólo le hables desde tu corazón…

Que tu ESPALDA sea tan fuerte para poder cargar tu mochila llena de sueños, de esperanzas y de nuevos proyectos…

Que tu BOCA se vista con una sonrisa todos los días, que nazca en el alma y vibre en todo tu cuerpo…

Que tus DIENTES te permitan disfrutar de los mejores platos pero que al estar dormido trituren todo lo desagradable que viviste en el día y que no permitan que ese alimento envenene tu interior…

Que la LENGUA encuentre las palabras que pueden transformar y no aquellas que pueden destruir…

Que tus UÑAS no sean garras en actitud defensiva…

Que tu PIEL sea la que te acerque a los demás y que sin importar el color sientas que sos igual a ellos…

Que tu PELO sea tu mejor sombrero y proteja una mente lúcida y gestadora de bellas ideas que ayuden a otros a cambiar…

Que tus BRAZOS sean tan fuertes para cobijar al débil , tan suaves para mecer a un recién nacido, y tan firmes para contener la ira, la bronca y las injusticias…Pero que sean sumamente cálidos para dar amor a través de un abrazo…

Y que tu CORAZÓN con cada latido componga la más bella sinfonía que te haga sentir que vale la pena escuchar esa música, y que por sobre todo vale la pena estar VIVO.

(autor desconocido)

Dolor y anestesia en el parto

El Parto y Nacimiento es la experiencia más profunda, vital, intensa y emotiva en la vida de la mujer. No hay otra experiencia tan fuerte, emocionante y de unidad con alguien, como la relación entre madre e hijo. Sin embargo muchas veces esta experiencia es dañada por el miedo, la ansiedad y la tremenda presión de todos los que rodean a la mujer durante el proceso del Parto y Nacimiento. El Parto y Nacimiento determina gran parte de lo que somos, estamos anclados a nuestro Parto y Nacimiento. Este documento pretende entregar fundamentos elementales para aprovechar esta oportunidad única de ser Padres.

DOLOR EN EL PARTO:

El dolor es parte de la fisiología del parto y el nacimiento . Tiene una función y un sentido que beneficia a la madre y al hijo. El dolor más intenso se produce durante las contracciones, las que son provocadas por una hormona llamada ocitocina. La ocitocina tiene también otros efectos, y es conocida como la hormona del amor, porque actúa sobre el cerebro ayudando a sentirse en unión con otros, y ayuda a liberar otras hormonas que hacen sentirse bien y disminuyen el dolor (produciéndose “analgesia” en forma natural), como las endorfinas.Madre e hijo viven juntos las contracciones y sus molestias, y en
respuesta buscan las mejores posiciones y movimientos, y liberan varias sustancias y hormonas (adrenalina, prostaglandinas, endorfinas, ocitocina, etc.). Estas sustancias apuran, demoran o intensifican las contracciones, de manera que ambos participan en el mecanismo del dolor, y en el avance del trabajo de parto, de acuerdo con lo que están sintiendoEl dolor físico de las contracciones se asocia con el dolor emocional de la separación que ocurrirá con el hijo al nacer. Sentirlo, asumirlo, darle un sentido y acogerlo, ayuda a culminar esta separación y aceptar plenamente el momento después, disminuyendo las depresiones post parto, aumentando la fuerza personal, y dándose una oportunidad única de curar traumas anteriores. El dolor del trabajo de parto estimula también la energía sexual, y bien conducido puede ayudar a alcanzar una sexualidad más madura.

Durante las contracciones….

El trabajo de parto es un trabajo de dos: madre e hijo. La ocitocina (la hormona del amor) liberada en cada contracción les ayuda a sentirse unidos y mancomunados. Ambos responden juntos. La mujer que se siente en unión con su hijo por nacer, se abre emocionalmente. Deja fluir la sabiduría de su cuerpo, confiando en la energía biológica, y descubre el ritmo íntimo en comunicación interior con su hijo(a). El dolor adquiere sentido y se puede tolerar. El trabajo conjunto, en coordinación y armonía, prepara el nacimiento, cuando todas las sustancias liberadas en la sangre de ambos (ocitocina, adrenalina, ACTH, prolactina: hormona de la ternura y lactancia, etc.) alcancen las dosis y mezclas adecuadas que favorecen el apego entre la madre y el niño.

Al nacer….

El niño respira, siente por primera vez frío, luz intensa, ruidos y que lo tocan. Es un momento de tensión y exigencia para él. Al contacto con su madre, se siente acogido y protegido con el calor del cuerpo, el olor y la voz que reconoce, y se calma. Con sus padres se miran, se hablan, se tocan y se mueven, en una danza de gestos, sensaciones, emociones y sentimientos, difíciles de describir. Bajo el efecto de las condiciones del medio ambiente y las hormonas generadas durante las contracciones, se favorece un encuentro de Éxtasis, Alegría y Amor, sentimientos y vivencias sobre las cuales se establece el apego, clave para las relaciones futuras de afecto que desarrolla el individuo en el transcurso de la vida. Los niños que tienen la oportunidad de vivir plenamente el apego al nacer, se adaptan mejor, tienen menos problemas en los primeros días (como regulación de temperatura, hipoglicemia, ictericia, etc.), y una mejor lactancia, la que se inicia más precozmente y será más prolongada. En los meses siguientes tendrán menos enfermedades, y un mejor desarrollo sicomotor. En el área sicológica desarrolla una autoestima positiva, identidad integrada, mejor rendimiento educacional, mayor empatía, capacidad para enfrentar el estrés y un adecuado desarrollo social.

¿Y qué es el apego?

Apego es la unión de cariño, amor que un bebé crea con su madre y su padre en el período inmediatamente posterior al nacimiento. Es un vínculo afectivo primario y privilegiado que los impulsa a permanecer juntos para siempre.

¿Por qué es tan importante el apego?

Hay mucha información científica que demuestra que la necesidad de apego es una urgencia para el recién nacido. Al nacer, el bebé permanece despierto, calmado buscando ser acogido en el ambiente externo para continuar su desarrollo. El recién nacido dispone de capacidades sensoriales e interactivas para vincularse con sus padres, que además promueven conductas de maternaje.

¿Que capacidades tiene un recién nacido?  

  1. Vista: El bebé es capaz de ver. Puede enfocar a 30 cms de distancia. Tiene preferencia por el rostro, por algunos colores, por objetos con movimiento.
  2. Oído: Es capaz de oír. Tiene preferencia por sonidos agudos, melodiosos. Por ejemplo las canciones que le canta su madre.
  3. Olfato: Es capaz de reconocer el olor materno de otros olores a las 48 hrs.
  4. Tacto: Al bebé le gusta sentirse contenido. Que le hagan cariño, que lo acunen, que le hagan masajes.
  5. Gusto: El bebé tiene preferencia por sabores dulces.
¿Cuándo se crea el apego?

El apego empieza a crearse durante la gestación cada vez que los padres se contactan con el niño intrauterino. Por ejemplo, cuando piensan el él o ella, cuando imaginan como será, o a quien se irá a parecer. Qué nombre le pondrán o que arreglos hay que hacer para preparar su llegada. Cuando la madre le canta canciones o se toca la guatita. Cuando adopta hábitos saludables pensando en cuidar de su bebé, etc.

El Parto.

El parto es muy importante en el proceso de vincularse o apegarse al bebé. Científicos mostraron que igual como en otros mamíferos, la activación de las conductas maternales en el ser humano, se facilitan si se establece contacto piel a piel inmediatamente después del parto.

El dolor es fisiológico (normal), el sufrimiento no lo es.

Muchas veces durante el parto, el dolor pierde su sentido y se transforma en una tortura sin utilidad ninguna. Esto ocurre especialmente cuando la mujer no puede reaccionar al dolor, como cuando no se puede mover, o se siente sola y sin apoyo, o siente la presión de su pareja o familiares, no encuentra su propio ritmo entre contracción y pausa, o no consigue conectarse con su hijo en ambientes desfavorables (ruido, gritos, exceso de gente, etc.) que hacen aparecer miedos y angustias. Las intervenciones médicas como tactos vaginales, amniotomías (romper la bolsa), inducciones o aceleraciones del parto (sueros), agregan dolores que descontrolan el proceso.

Frente al dolor….

Para que el dolor no se transforme en sufrimiento se debe favorecer las condiciones que permiten a la mujer y su hijo vivir su parto y nacimiento respetando la fisiología (la naturaleza) de la mujer. Un ambiente positivo de Acogida, Protección y Seguridad, en un lugar agradable y conocido, sin interrupciones, con las personas adecuadas, hace disminuir el dolor, tolerarlo mejor y hacerlo un aliado. Debe permitirse el libre movimiento y expresión de la mujer, sin alterar el ritmo personal, diferente en cada mujer. Debe estar presente la ayuda, el apoyo y el calor humano en cada momento, tanto del equipo de salud como de la pareja. Debe considerarse la privacidad como un elemento muy importante. Debe evitarse todo estímulo que distraiga a la mujer del delicado proceso que está viviendo (música, conversaciones, ruidos no deseados, etc.).

Preferir medios no farmacológicos para tolerar el dolor

Hay diversos medios no farmacológicos, que son recomendados por la OMS (Organización Mundial de la Salud ) y la evidencia científica para tolerar el dolor, entre ellos tenemos, caminar, posturas de la madre que disminuyen el dolor, el balón kinésico, masajes y el agua caliente. El proceso es trascendental para la mujer, las alteraciones llevan a experiencias traumáticas.

ANESTESIA EN EL PARTO NORMAL.

Por diferentes motivos muchas madres y sus familiares solicitan anestesia para el dolor del parto.La anestesia daña la fisiología del parto y daña el apego . Todos los medicamentos para el dolor (analgésico o anestésico) tienen un potencial riesgo para la madre o el feto, alteran la fisiología normal del parto o nacimiento, y aumentan los partos operatorios (cesáreas y fórceps). La anestesia más usada es la anestesia peridural que adormece el cuerpo desde la cintura hacia abajo y hace desaparecer el dolor. Al colocar anestesia peridural la mujer no puede caminar o moverse y deberán controlarse los latidos del niño(a) con un monitor (con unas correas que se amarran a la “guatita” de la madre). Debe además ponerse un suero en una vena, para administrar ocitocina artificial para producir contracciones. Al dejar de sentir las contracciones, la mujer pierde conexión con su cuerpo y con su hijo. La ocitocina artificial no produce efectos sobre el cerebro como la ocitocina natural, por lo que también se pierde parte del estimulo para mantenerse en unión permanente con el hijo o la sensación de bienestar que producen las hormonas naturales como son las endorfinas. El parto será necesario tenerlo acostada en la camilla, y al no sentir el pujo, es la matrona o el médico (y no la mujer) quien decide cuando se puja. Al nacer, madre e hijo no estarán tan bien preparados y en sintonía para iniciar el apego y la lactancia. Las madres que han usado peridural tienen más problemas para dar pecho a sus hijos, ya que con la anestesia se bloquea el proceso natural del parto, por lo tanto se interrumpe la producción natural de hormonas, y éstas se encuentran en niveles más bajos que en un parto sin anestesia lo que hace que el apego y lactancia sean de mala calidad.

CESÁREA

La cesárea tiene mucho mayor riesgo que un parto normal para la mujer y su hijo. Hay riesgos propios de la anestesia, de los diversos medicamentos necesarios, y del procedimiento quirúrgico, como sangrados, infecciones y lesiones de otros órganos. Al no haber contracciones, no se alcanzan los niveles de ocitocina y las demás sustancias y hormonas que favorecen el apego y disminución del dolor. El recién nacido “sufre” al salir y el encuentro con su madre es de menor calidad. Ella está acostada e inmovilizada, y a veces con efectos secundarios de la anestesia como náuseas, vómitos y malestar, o adormecida. El recién nacido entonces, es separado de su madre, perdiéndose este momento de especiales características para el desarrollo del apego. Se agregan otras alteraciones de conocimiento más reciente, como alteraciones motoras en el desarrollo de los niños, aumento de estrés y enfermedades ligadas a él, problemas de orientación, aumento de pérdida de calor, daño de órganos como riñón y pulmón al ligar el cordón inmediatamente, fallas visuales con alteraciones de enfoque y risa. Después de una operación cesárea es necesario meses, hasta años para recuperar lo que las hormonas entregan fisiológicamente, en el parto natural.” Un porcentaje muy alto de cesáreas no tiene una indicación que permita justificar el aumento de los riesgos y la pérdida de los beneficios de un parto normal para la madre y el hijo.

CONCLUSIONES.

La mujer tiene este secreto sagrado de la Tierra de generar vida, de parir y de amar a sus hijos. La mujer puede y es capaz. Por lo tanto: “Humanicemos el nacimiento en nuestras Maternidades, démosle a la mujer la oportunidad de ser la protagonista de su parto y nacimiento, vivirlo en un ambiente rodeado de amor y ternura; y démosle la oportunidad de nacer en un ambiente con amor a todo ser humano del cual su madre nos confía el cuidado de su nacimiento, ya que de ello depende el bienestar de la sociedad en la cual vivirán nuestros hijos, porque queremos para ellos un mundo mejor”

“ Para cambiar es preciso cambiar primero la forma de nacer

*Humanización del Nacimiento. Red de Villarrica (CHILE)  
Elaboraron este Documento: - Ida Cisternas G. Matrona, Hospital Villarrica. •  Raúl Ortega W. Neonatólogo Hospital El Pino Santiago, USACH. •  Hernán Santander M. Gíneco Obstetra, Hospital Villarrica. •  Verónica Trucco S. Psiquiatra, Santiago. Otoño, 2007. 

10 mandamientos del bebé



1. Mis manos son pequeñas, por favor no esperes perfección cuando tiendo la cama, hago un dibujo o lanzo la pelota. Mis piernas son pequeñas, por favor camina más lento para que pueda ir junto a ti.

2. Mis ojos no han visto el mundo como tú has visto, por favor, déjame explorarlo, no me limites innecesariamente.

3. El trabajo siempre esta allí. Yo seré pequeño solo por un corto tiempo, por favor, tomate un tiempo para explicarme las cosas maravillosas de este mundo hazlo con alegría.

4. Mis sentimientos son frágiles, por favor esta pendiente de mis necesidades. No me retes todo el día (a ti no te gustaría ser retado por ser tan duro). Trátame como te gustaría a ti ser tratado.

5. Soy un regalo especial de Dios, por favor atesórame como Dios quiso que lo hicieras, respetando mis acciones, dándome principios y valores con los cuales vivir y enseñándome amorosamente.

6. Necesito tu apoyo y tu entusiasmo, no criticas, para crecer. Por favor, no seas tan estricto, recuerda, puedes criticar las cosas que hago sin criticarme a mí.

7. Por favor, dame libertad para tomar decisiones propias. Permíteme que me equivoque, para que pueda aprender de mis errores. Así algún día estaré preparando para tomar las decisiones que la vida requiere de mí.

8. Por favor no hagas todo por mi de alguna forma eso me hace sentir que mis esfuerzos no cumplieron con tus expectativas. Yo se que es difícil, pero deja de compararme con mi hermano o hermana.

9. No temas alejarte de mí por un tiempito. Los niños necesitamos vacaciones de los padres, así como los padres necesitan vacaciones de sus hijos.

10. Llévame a la iglesia o dame ejemplos de vida espiritual. Yo disfruto y Aprendo.

Nacer...

Cada vez que un niño nace es impulsado a romper el cálido entorno del útero en que hasta entonces ha vivido.
A medida que va desarrollándose y creciendo, aquello que constituyó su hogar se hace estrecho, aprieta, tensa y la corriente de vida pujará por abandonarlo y salir a espacios más amplios donde podrá seguir su proceso.

Podríamos decir que nacer es la primera gran crisis de la vida y en ella podemos leer en forma de metáforas las dinámicas que estarán presentes en todos los nacimientos, o apertura a nuevas etapas en nuestra vida.
Nacer es también morir, dejar atrás el cascarón en que estábamos viviendo para abrirnos a espacios más amplios; viene, por tanto, precedido de un trance complejo en que sentimos y sabemos que aquella situación, ideas, creencias, acomodaciones en que hemos vivido deben ser dejadas atrás, y eso no es fácil, pues aunque nos constriñan y limiten, es lo que conocemos, lo que nos ha acomodado, el mundo donde hasta el momento hemos sabido desenvolvernos.

Nacer a algo nuevo implica despedirse de lo anterior, ojalá valorando y agradeciendo, sabiendo que esa experiencia nos aportó cosas que llevaremos con nosotros por siempre, así como cada niño lleva en su inconsciente la experiencia de haber sido cálida e incondicionalmente aceptado, nutrido y amado por el útero que lo cobijó.

Nacer tiene su tiempo y éste sólo puede ser sentido por nosotros mismos; si dejamos el cascarón cuando aún no estamos preparados, entraremos inmaduros en la nueva etapa, sin contar con los recursos para desenvolvernos; esto suele ocurrirnos por impulsividad, por falta de paciencia. En la situación opuesta, si no nos atrevemos a dejar atrás cuando ya es tiempo, cuando todo nos indica que debemos abandonar la cáscara que nos aprisiona, cuando sentimos el pujo que nos expulsa, comenzará un proceso de riesgo vital y putrefacción, condicionado por nuestros temores e inseguridades.

Nacer implica tener la valentía de pasar por el canal de parto, por una tensión extrema, sobreponiéndose al miedo, la desconfianza, así como el polluelo no sabe con qué se encontrará cuando rompa el cascarón, es más, no sabe si habrá algo más allá de su limitado hogar; así, cada nacimiento es un paso hacia lo desconocido, un salto al vacío en que sólo nos queda apoyarnos en la certeza de que es tiempo de dejar atrás, que es lo que la vida nos está pidiendo y no nos queda otra posibilidad que responder a ese impulso, aun cuando nadie nos asegure nada respecto de lo que vendrá; por ello nacer es un acto de confianza supremo, radical, de entrega total a la dinámica de la vida.

Cuando la niña o el niño nace se encuentra con algo nuevo, inimaginable; allí tomará profundo su primer aliento vinculándose con el mundo, iniciando una nueva aventura donde la única certeza es que para nacer es preciso morir.

La otra cara del embarazo

Nos venden (y vendemos) una visión edulcorada de la maternidad y la paternidad: pensamos que un embarazo es ese estado ideal de deseo cumplido en el que no hay que preocuparse de nada más que de su buena marcha; un estado en el que la mamá embarazada se sienta en una mecedora a tejer patucos de lana mientras los meses pasan y el papá acaricia la barriga coon interés.O en el mejor de los casos, un estado en el que la mamá podrá continuar con su vida "normal" y "seguir siendo la misma" pese a todo.
Pero no es cierto, por lo menos, no lo segundo, como tampoco es cierto que para criar hijos baste el cariño. 

En un embarazo normal va a haber  dificultades personales y momentos de tensión y ajuste de los que nadie nos habló hasta ahora.Tanto el embarazo como el parto y la crianza de un hijo son caminos llenos de responsabilidad y nos exigen una capacidad de adaptación y superación constantes, tanto a nivel individual como a nivel de pareja: por eso las personas que somos padres solemos decir que es lo mejor que nos ha pasado en la vida, porque realmente se trata de una oportunidad casi única de crecimiento personal y la gratificación a tanto esfuerzo suele ser igualmente grande. 

No es raro que los padres primerizos aterricen antes de lo que esperaban y sin demasiada preparación, en una maternidad y paternidad que se les revela compleja angustiosa, incierta y dura. 

Y es que desde el momento del “positivo” comienza un proceso en el cual la madre y el padre, para poder seguir adelante, han de aceptar hechos  (físicos y psicológicos) inherentes a su nuevo estado que a veces no les resultan para nada compatibles con la idea previa que tenían de “recibir” al bebé : recibir la barriguita, recibir la sensación de un hijo creciendo dentro de una, ser los protagonistas de un hecho único… sin poner más a cambio que los controles médicos pertinentes, algo de paciencia y mucha ilusión.

¿Y qué se encuentran los papás en vez de eso? Se encuentran con que no sólo no reciben de su futuro hijo, sino que tienen que dar y poner mucho de su parte. Que es el embrión que crece el que tira para sí, el que pide, el que se lleva, el que toma prestado el cuerpo materno para poder llegar a ser  y el que exige, desde ya, unos padres preparados para todo, fuertes y capaces. 

La primera vivencia cuando una aterriza en esta realidad puede ser de alienación, extrañeza, culpabilidad e incluso rechazo. Y no es raro sentir una profunda tristeza durante los primeros meses del embarazo, porque nada es como una pensaba y los días, en vez de envueltos en ecos primaverales, se pasan vomitando, mareada, insomne, llorosa y atrapada en el propio deseo que se hizo realidad. 

Así atraviesan muchos padres su primer embarazo (entre risas y lágrimas) y así van aprendiendo las primeras lecciones de la paternidad. Aprendiendo lo que es la tolerancia al malestar físico. Aprendiendo lo que es dejar de ser uno mismo lo más importante y a convivir con la presencia interna de un “otro” , su hijo, para siempre. Adaptándose a manejar lo imprevisible, lo nuevo.. a bucear en lo totalmente desconocido. 

Y es que para recibir sonrisas, muslos regordetes, dientecitos que asoman y manitas que abrazan nuestro dedo.. primero hay que dar, aceptar y cambiar nuestra antigua piel por una nueva piel: más resistente, más generosa, más animal.  Y es que si no hay transformación no hay vida, no hay maternidad ni paternidad reales, no hay posibilidad de incluir un hijo en nuestras vidas y no hay posibilidad de desarrollo para el niño que vamos a criar.

No prentendo dar una visión negativa del embarazo, sino una visión realista y adulta. Una visión madura y sin pausa para la publicidad. Y una visión también serena, porque no pretendo alarmar a nadie sino más bien poner las cosas en su sitio: el embarazo, parto y postparto son procesos intensos, mágicos y maravillosos, pero no siempre amables. Tampoco quiero culpabilizar: practicamente todos los que somos padres y madres hemos pasado por algo igual o parecido en algún momento, porque paternidad y cambio son dos palabras intrínsecamente relacionadas y nadie nace (ni trae al mundo) sabiendo. 

Por eso, ahora y durante el resto de nuestra vida como padres, es necesario hacer un ajuste constante entre las expectativas personales  y la realidad. Y digo que es necesario porque precisamente en ese ajuste de expectativas reside la posibilidad de disfrutar con lo que uno está viviendo, aunque a estas alturas ya podemos imaginar que disfrutar no debe siempre tomarse en sentido literal, sino más bien como la satisfacción de fondo que obtenemos cuando nos involucramos profundamente con lo que vivimos. A eso es a lo que llaman plenitud.

Violeta Alcocer.

Tus manos son para proteger

COLECHO: Diez razones para Dormir Junto a tu Bebé

1. El colecho familiar favorece y facilita la lactancia materna, ya que no hay necesidad de ir a otro cuarto para tomar al bebé. Una madre que amamanta en la "cama familiar" puede fácilmente alimentar a su hijo sin despertarse completamente, y puede continuar con el importante descanso que necesita. Así el colecho promueve que la madre continúe amamantando y todos sus numerosos beneficios hasta que el niño decida destetarse.

2. De acuerdo al investigador James McKenna, el colecho incrementa las posibilidades de que los padres pueden intervenir exitosamente en la prevención de la muerte de cuna, ya sea que se deba una condición fisiológica o accidente físico. El investigador recuerda a los padres que "el colecho da a los padres la mejor oportunidad de oír a un bebé en crisis y responder". Añade que "ya que la protección contra el síndrome de muerte súbita SIDS, puede estar relacionado a la frecuencia y duración de la lactancia, y debido a que los bebés amamantan más cuando duermen con sus padres, esta práctica puede ayudar a proteger a los infantes amamantados".

3. Durante los primeres meses de edad es normal que los niños tengan periodos sin respirar, y es probable que la madre provea importantes señales a su bebé, recordándole respirar después de una exhalación, previniendo que se desarrolle un síndrome de muerte súbita. Aún si este sistema recordatorio falla, la madre estaría cerca para despertar al bebé. Una madre y un bebé que amamantan, tienden a tener ciclos de sueño coordinados, haciendo a la madre extremadamente sensible a su bebé. Si ella está durmiendo cerca, despertará si su bebé está teniendo dificultades. Pero si el bebé está solo, este tipo de intervenciones salva-vidas no pueden realizarse.

4. Si un adulto está cerca, se reduce cualquier peligro nocturno. Los bebés y los niños han perecido en incendios, han sido abusados sexualmente por parientes que están de visita, han sido robados de su cama, han sido atacados por mascotas, se han asfixiado después de vomitar y han muerto o resultado heridos en formas que se pudieron prevenir si un padre hubiera estado cerca para ayudar.

5. La asfixia es frecuentemente puesto en la lista como un peligro del colecho. Sin embargo, este es un peligro real sólo en dos situaciones: un bebé pequeño durmiendo en un colchón de agua que es incapaz de levantarse cuando lo necesita, o un padre incapaz de atender las necesidades de los bebés por estar muy intoxicado con alcohol o drogas. Obviamente un niño que se esté asfixiando por cualquier razón (una cinta o ropa de dormir alrededor de su cuello, vomitar mientras duerme, ataques de asma) es más probable que despierte a un padre que está durmiendo cerca que a uno que duerme en un cuarto diferente.

6. El colecho familiar es frecuentemente malentendido como un promotor de abuso sexual al niño por parte de los padres. Sin embargo, la verdad es lo contrario. Los padres que desarrollan profundos vínculos emocionales con sus niños por permanecer cerca y responder a sus necesidades tanto en la noche como en el día, es mucho menos probable que tengan una conducta abusiva de cualquier tipo hacia el niño que aman y cuidan.Contrariamente, el hecho de que un niño duerma solo nunca ha sido adecuada protección contra un padre que intenta abusar sexualmente de él, y quizá sea aún más fácil mantener esta actividad en secreto del otro padre.

7. El sueño compartido ayuda a toda la familia a tener el descanso que necesitan, especialmente si el niño está amamantando. El niño no tiene que sentirse necesitado o llorar para atraer a su madre, y la madre puede amamantar semidormida. La familia entera despierta fresca, sin resentimientos hacia el bebé por haber disturbado su sueño la noche anterior. Un padre exhausto es más probable que abuse del niño que una madre descansada o padre que ha disfrutado de la presencia de un bebé felizmente descansado durante la noche.

8. El llanto es una señal provista por la naturaleza cuyo significado es disturbar a los padres para asegurar que el bebé reciba lo que necesita. Pero el llanto prolongado es estresante para todos los miembros de la familia. Entre más pronto de satisfagan las necesidades de los bebés, más descansa el bebé y la familia, y más energía tendrán al siguiente día. Una madre que duerme junto al bebé puede utilizar su respuesta instintiva que toda nueva madre tiene al primer gemido del bebé, previniendo así la necesidad de un llanto fuerte que es estresante pata el bebé y para todos los miembros de la familia.

9. Un sentimiento profundo de amor y confianza se desarrolla entre hermanos que duermen juntos, disminuyendo la rivalidad durante las horas en las que están despiertos. Los hermanos que comparten la noche así como el día tienen una gran oportunidad de desarrollar una relación profunda y duradera. Los bebés y los niños que están separados de otros miembros de la familia durante el día (padres trabajando, hermanos en la escuela) pueden reponerse parcialmente de esas ausencias y restablecer importantes lazos emocionales pasando tiempo juntos en la noche, y disfrutar de la delicia del tiempo con la familia en la mañana, que no existe de otra manera. Claro que el negocio en la casa y la no escolarización puede minimizar las separaciones y profundizar los vínculos familiares durante el día, tanto como el colecho lo hace en la noche.

10. Estudios de adultos en coma han demostrado que la presencia de otra persona en el cuarto,mejora significativamente la frecuencia cardiaca, ritmo cardiaco, y la presión sanguínea. Parece razonable asumir que los niños y los bebés tienen beneficios de salud similares por tener a alguien más en el mismo cuarto.

Un niño que es cuidado en la noche tan bien como en el día, recibe constante certeza de amor y apoyo, en lugar de tener que lidiar con sentimientos de miedo, enojo y abandono noche tras noche. Los niños que se han sentido seguros tanto en la noche como en el día con unos padres amorosos cerca, son adultos que soportan mejor el inevitable estrés que la vida trae. Como John Holt dijo elocuentemente, tener sentimientos de amor y seguridad en la vida temprana, lejos de "echar a perder" a un niño, es como "dinero en el banco": un fondo de confianza, autoestima y seguridad interna con las cuales el niño puede manejar los retos de la vida.

Por: Jan Hunt en el sitio :www.naturalchild.org
Traducido por Marcela Araiza en el sitio www.mamasol.com
Foto: Gioia Albano

Te doy mi cuerpo...

Te doy mi cuerpo infinito y redondo de mujer-abrazo, mi cuerpo desnudo, sin tallas ni complejos … todo tuyo.

Te doy mi cuerpo sangre, mi cuerpo leche, mi cuerpo carne, mi vientre sagrado que te dio cobijo, su memoria abultada que te honra, sin tirantez, sin tiranías…

Te doy mi cuerpo hermoso de madre cercana a los cuarenta, de madre consciente, de madre instintiva, de madre deseante y saciada, d ...e madre- vida

Te doy mi cuerpo de mujer cíclica con todas sus hormonas, mis subidones sin ascensor, mis altibajos sin escaleras, mis lunas ancestrales, mi menstruación roja y sagrada … me costó aprender a amarla, te enseñaré.

Te doy mi cuerpo amado, por papá, por mí misma, mi cuerpo placentero, mi cuerpo recolector de historias, mi cuerpo guardián de secretos, mi-tu morada.

Te doy mi cuerpo sabio con todos sus idiomas, con sus cartografías, sus recovecos… ningún hombre llegó donde tú llegas, ya no hay corazas.

Te doy mi cuerpo rebelde, mi cuerpo salvaje, mi cuerpo politizado, mi cuerpo insumiso, mi cuerpo que cuestiona el sistema capitalista y patriarcal, mi cuerpo orgulloso de mujer en lucha, aquí y ahora.

Te doy mi cuerpo-mente de adicta a la literatura, mi hermoso baúl de mujer culta, mis idiomas, mi música, mis libros, mis poemas… tanto que creía que sabía, hija mía, y sin embargo todo es nuevo.

Te doy mi cuerpo sin relojes, mis horas vivas, mi hermoso trabajo no remunerado, mis sonrisas sin límite, mi cercanía… te doy mis seis sentidos.

Te doy mi cuerpo cuando está sano, mi cuerpo cuando enferma, mis límites sobrepasados, mis deseos cumplidos, mis lágrimas, mis miedos, mi paciencia infinita, mis pequeñas victorias cotidianas… soy yo: tu madre, la que tan bien conoces, imperfecta y humana, con matices.

Te doy mi cuerpo Zambra, te lo presto, para que lo conviertas en campamento base y vayas, vengas, vuelvas…

tuyo, mientras tú quieras, ya lo sabes.

Myriam Moya
http://enminusculas-lilith.blogspot.com/

Prácticas que Favorecen una Lactancia Óptima

Se pueden resumir así:

  • Comenzar a amamantar lo más pronto posible después del alumbramiento, de preferencia después de parto.
  • Amamantar frecuentemente, día y noche, cada vez que el bebé o al niño que ya gatea, tenga hambre y según su deseo (a libre demanda). La succión frecuente estimula la producción de leche y tiene efecto sobre el espaciamiento de los embarazos
  • Amamantar exclusivamente los primeros seis primeros meses de vida del bebé, (es decir sin agua, ni jugos, etc. )
  • Después de este período de seis meses, se introducen los alimentos complementarios poco a poco.
  • La amamantada debe preceder a los nuevos alimentos.
  • Continuar amamantado aún si la mamá o el bebé están enfermos
  • Continuar amamantando al menos dos años. La leche materna continúa siendo una excelente fuente de calorías y proteínas, a la vez que proporciona protección inmunológica al niño pequeño.
  • Evitar dar biberones o chupetes: su utilización puede reducir en el bebé el deseo y la capacidad de amamantar. En la medida que se da al bebé un alimento o un líquido, es preferible utilizar una cuchara o un vaso, para evitar que confunda la succión del seno con la que se hace en un biberón, especialmente los primeros meses
  • Ingerir líquidos y alimentos en cantidad suficiente
  • Importancia de las lactadas nocturnas: La cantidad de prolactina producida después de una lactada entre medianoche y las cinco de la madrugada es más elevada que la producida después de una lactada durante el día. Es por eso, que generalmente, para mantener una buena producción de leche y para permanecer infértil, las lactadas nocturnas son muy importantes.



Por Tatjana Barras-Kubski
Médica General y Homeópata
Könz, Suiza

10 Principios de Cuidado Perinatal Recomendados por la OMS


La Oficina Regional de la OMS para Europa desarrolló en el año 2001 un Taller de Cuidado Perinatal en el cual se propusieron 10 principios que deberían ser considerados en el cuidado perinatal . Estos principios fueron ratificados luego en una reunión de la Oficina Regional de la OMS para Europa y sus estados miembros (Segunda Reunión de Puntos Focales para la Salud Reproductiva/Salud de las Mujeres y los Niños en la Región Europea).



Los diez principios del Cuidado Perinatal que la OMS señaló en la reunión fueron:

El cuidado del embarazo y parto normales debe:

 1. Ser no medicalizado, lo que significa que el cuidado fundamental debe ser provisto utlizando un set mínimo de intervenciones que sean necesarias y se debe aplicar la menor tecnología posible.
2. Ser basado en el uso de tecnología apropiada, lo que se define como un conjunto de acciones que incluye métodos, procedimientos, tecnología, equipamiento y otras herramientas, todas aplicadas a resolver un problema específico. Este principio está dirigido a reducir el uso excesivo de tecnología o la aplicación de tecnología sofisticada o compleja cuando procedimientos más simples pueden ser suficientes o aún ser superiores.
3. Ser basado en las evidencias, lo que significa avalado por la mejor evidencia científica disponible, y por estudios controlados aleatorizados cuando sea posible y apropiado.
4. Ser regionalizado y basado en un sistema eficiente de referencia de centros de cuidado primario a niveles de cuidado terciarios.
5. Ser multidisplinario, con la participación de profesionales de la salud como parteras, obstetras, neonatólogos, enfermeras, educadores del parto y de la maternidad, y cientistas sociales.
6. Ser integral y debe tener en cuenta las necesidades intelectuales, emocionales, sociales y culturales de las mujeres, sus niños y familias y no solamente un cuidado biológico.
7. Estar centrado en las familias y debe ser dirigido hacia las necesidades no solo de la mujer y su hijo sino de su pareja.
8. Ser apropiado teniendo en cuenta las diferentes pautas culturales para permitir y lograr sus objetivos.
9. Tener en cuenta la toma de decisión de las mujeres.
10. Respetar la privacidad, la dignidad y la confidencialidad de las mujeres.

Estos principios aseguran fuertemente la protección, la promoción y el soporte necesario para lograr un cuidado perinatal efectivo. 

Formas de cuidado que deberían ser abandonadas:

o No permitir a las mujeres que tomen decisiones acerca de su cuidado
o Participar a los médicos en la atención de todas las mujeres.
o Insistir en el confinamiento institucional universal
o Dejar a las madres sin atención durante el trabajo de parto.
o Rasurado de rutina.
o Enema rutinario.
o Monitoreo fetal electrónico rutinario sin determinación de pH en cuero
cabelludo
o Restricción de la posición materna durante el trabajo de parto
o Episiotomía rutinaria
o Repetir la cesárea en forma rutinaria luego de cesárea anterior.
o Inducción del parto en forma rutinaria antes de las 42 semanas.
o Uso de sedantes /tranquilizantes de rutina
o Uso rutinario de guantes y mascarillas en las unidades de cuidados del recién
nacido
o Separar a las madres de sus hijos cuando estos se encuentran en buen estado de salud.
o Administración de agua/glucosa en forma rutinaria a los niños amamantados.
o Lactancia con restricciones.
o Distribución sin cargo de muestras de fórmulas lácteas.
o Prohibir las visitas de los familiares.

Formas de cuidado que reducen los resultados adversos del nacimiento

- Proveer apoyo sicosocial a las mujeres.
- Contacto madre-hijo irrestricto.
- Escaso beneficio de una tasa de cesárea superior al 7%.
-Posición levantada durante el trabajo de parto.

*Tomado de: Chalmers B, Mangiaterra V, Porter R. WHO principles of perinatal care: the essential antenatal, perinatal, and postpartum care course. Birth 2001; 28: 202-207.

Extracción manual de leche materna


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(extraído del blog LactArte)

Lactancia materna exclusiva: evidencia científica


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(extraído del blog LactArte)

Mitos de la lactancia materna


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(del blog LactArte)

¿Cómo se produce la leche materna?

Durante la gestación, muchas mujeres nos preguntamos si podremos amamantar a nuestr@sbebés. Nos angustia que no tengamos leche o que tengamos muy poca leche.  La industria de alimentos para niños tiene muchos años socavando la confianza de las mujeres en su propio cuerpo y en su capacidad de dar vida y salud a sus hijos, a través de la leche materna. 

La mejor manera de despejar gran parte de las falsas creencias alrededor de la lactancia materna es conociendo el mecanismo de producción de la leche materna.

1.- Estímulo: Cuando nuestro bebé succiona la mama, los receptores sensoriales ubicados en la boca de nuestro bebé y en la mama se comunican y envían información al cerebro indicándole que hay que producir leche.

2.- Liberación de hormonas: en el hipotálamo, la glándula hipófisis, segrega las hormonas Prolactina y Oxitocina, que viajan por el torrente sanguineo hasta la glándula mamaria.

3.- Producción Láctea: la Prolactina llega a los alveólos y estimula las células secretoras responsables de producir la leche.

4.- Reflejo de Eyección: La Oxitocina contrae las células que recubren los alveólos, obligando a la leche a salir y viajar a través de los conductos hacia los orificios del pezón.

5.- Vaciado de la mama: las bolsitas que almacenan la leche (senos lactíferos) se vacían gracias a la succión del bebé. La producción de leche está determinada por la frecuencia de la succión y el vaciado de la mama.

Composición de la leche materna


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(del blog Lactarte)

viernes, 30 de diciembre de 2011

10 cosas que tu hijo necesita hacer


Cuando tenemos un hijo pequeño nos abruman mensajes contradictorios sobre las cosas que debemos ofrecer a los niños, las experiencias, recursos educativos y logros en su autonomía que parece que hay prisa para que logren antes de los seis años: dormir solo de un tirón, leer o dejar los pañales.
Sin embargo, a veces nos olvidamos de lo importante que es la experiencia real con la naturaleza y los materiales. Vamos a hablar de eso y os voy a proponer 10 cosas que creo que todos los niños necesitan poder hacer en su infancia.

Ensuciarse

Ensuciarse a conciencia: con barro, agua, arena, hojas secas, hierba mojada, polvo de los caminos, lluvia en el pelo, paja del establo. Mancharse lo que necesiten, sin miedo a la suciedad, ni a que se estropee la ropa, ni tan siquiera el resfriado. Mancharse sin preocupación, sintiendo la experiencia de la materia natural.
Revolcarse por un prado, pisar las boñigas de una vaca, acariciar un animal, tener las manos llenas de barro y de musgo de un arbol. Terminar con los zapatos empapados del limo de un riachuelo.

Comer alimentos que recolecte de la Naturaleza con sus propias manos

Seguramente muchos, cuando eráis niños, descubrísteis el placer de comer algo cogido con vuestras propias manos. Yo comí peras y manzanas verdes de un árbol en el que trepe, moras del zarzal en el camino, setas de otoño (con la supervisión de un experto), espárragos e hinojo silvestres, nueces y piñones caídos, frambuesas, flores de acacia, trigo verde, néctar de campanilla, el dulce jugo de una hoja de hierba, higos maduros, huevos de las gallinas recién puestos, leche ordeñada con mis propias manos.
En lo posible ofrecer esta experiencia maravillosa a los niños, en paseos por el campo, vale la pena.
Y si tenemos la oportunidad de cultivarlos nosotros mismos en casa o en el jardín, es otra experiencia maravillosa el plantar, regar y cuidar los vegetales para luego disfrutarlos frescos y llenos de sabor.

Construir un refugio

Nosotros hemos construido muchos refugios. En el bosque, con ramas caídas; en la playa, con los troncos que arrastra el mar; en el desierto, con hojas de palma, piedras y cañas. Inventando un lugar donde escondernos, una aventura de naúfragos u hombres prehistóricos.

Sentir los elementos

Sentir directamente la fuerza y la diversidad de los elementos de la Naturaleza es emocionante, divertido y educativo. No privemos a los niños del viento en la cara, la lluvia en el pelo.
Meter los pies en el río, chapotear en los charcos, tocar con la mano el hielo en invierno, arrancar un carámbano. Revolcarse en la hierba y en la nieve. Lanzarse pellas de barro. Dejar que te rodee una tormenta. Patear las hojas otoñales. Oler las flores de la primavera. Explorar un bosque, una cueva (pequeña), caminar sin rumbo en un paraje natural. Subir una montaña hasta que puedas ver el horizonte y oler el aire de las alturas.

Descubrir animales en libertad

Mirar en una charca los renacuajos, los peces en un riachuelo, observar aves en libertad, perderte en el vuelo de los flamencos. Sentarte en mitad el bosque, en silencio, tumbado sobre la hierba mientras miras los insectos que se mueven. La sorpresa de un conejo que corre. Y, si puede ser, delfines saltando en torno a tu barco o corzos asomando, tímidos, entre los árboles. Escuchar el canto de los pájaros sin hablar. Seguir el curso de un rio hasta ver patos o nutrias.

Hacer sus propios juguetes

Otra de las actividades que olvidamos, cuando pueden ser muy sencillas, es enseñarles a construir sus propios juguetes.
Hacer una cometa y luego, esperar ansioso un día de viento para hacerla volar es algo maravilloso. Hacer una flauta o un palo de agua. Inventar una presa en el riachuelo con palitos y piedras, dejando luego que el agua vuelva a correr libre.

Trepar

Trepar por el simple placer de trepar. Con seguridad, pero sin miedo, y acompañados si es necesario. A un árbol, una tapia, una piedra enorme o una montaña. Sintiendo el peso del propio cuerpo, la gravedad que empuja hacia abajo, descubriendo los lugares donde apoyar los pies y asegurar las manos. Arañándose las rodillas, gritando al llegar a la cima, saltando como locos al rememorar la hazaña.

Encender una hoguera

Encender una hoguera. Por supuesto, con todas las normas de seguridad y la supervisión de un adulto, pero encenderla. Recogiendo ramas secas, con carbones, en un espacio asegurado o en una chimenea. Dando aire con un fuelle o abanicano con lo que tengamos a mano. Viendo como las llamas se alzan, sintiendo el calor en la cara, observando como se consume y, al final, apagando las brasas.

Comer con las manos

Pues si. Comer con las manos es un placer que no deberíamos prohibir, siempre dentro de las normas y adaptándonos al lugar y el alimento. Pero comerte unas chuletas, un pescado asado en el espetón, lo que sea, pero sin necesitar platos ni cubiertos, con los dedos calientes y la grasa por la barbilla. Es divertido, exitante y reconfortante.

Ir descalzo

Por casa les encanta seguramente ir descalzos. Y os lo digo aunque a mi me cueste horrores no ser una pesada de las zapatillas.
Y además, con cuidado, deberíamos dejarles sentir la sensación de los pies desnudos sobre la hierba y las hojas húmedas, la arena caliente, las piedras del camino, la nieve y el agua del un río o el mar aunque estén fríos. Luego, te limpias y te calzas, pero un rato de pies desnudos, con el barro colandose entre los deditos, es un placer y una experiencia sensorial que merecen tener.
Estas diez cosas que los niños necesitan experimentar en su infancia son propuestas a las que deberíamos acercarles, en vez de prohibirlas o evitarlas, pues son una fuente de aprendizaje, libertad y diversión maravillosa.
Mireia Long