miércoles, 24 de septiembre de 2008

¿Niño o niña? Ahora puedes elegir


¿Has tenido un niño y ahora quieres ir a por la parejita? ¿Estás cansados de tener niños y más niños y querés que tu próximo hijo sea por fin una nena? Sin necesidad de acudir a técnicas médicas de separación in vitro, puedes recurrir a alguno de los métodos que te proponemos a continuación. Sus descubridores aseguran que funcionan. Controla tu alimentación y tu período de ovulación y elige si quieres comprar ropita de niño o de niña durante tu futuro embarazo.


Método Baretta

Aunque parezca una broma, lo cierto es que la alimentación sí influye en el sexo del bebé. Según un estudio de la bioquímica Adriana Baretta, se puede inclinar la balanza a favor de uno u otro sexo simplemente con una dieta y un seguimiento de la ovulación. Este método se basa en la mayor o menor presencia en la dieta de 4 minerales: la relación sodio-potasio sobre calcio-magnesio. Según los alimentos que coma una mujer antes de quedarse embarazada contengan mayor o menor proporción de estas sustancias, el bebé tendrá mayor probabilidades (98%), de ser niño o niña.

La bioquímica partió de los estudios de los investigadores Stolkowsky, Lorrain y Gagnón (Labro y Papa, 1983) quienes observaron la influencia que tienen los minerales en el metabolismo femenino a la hora de seleccionarse el sexo de la descendencia. Luego de una serie de experiencias, precisaron que una proporción elevada de potasio y sodio en la dieta, concomitante con una disminución de calcio y magnesio, favorecía al espermatozoide Y, mientras que la relación contraria favorecía al espermatozoide X.

Siguiendo con datos de esta investigación, se realizó un estudio retrospectivo sobre 99 mujeres con, por lo menos, dos hijos del mismo sexo y se estableció un coeficiente mineral estudiando las dietas de dichas mujeres:

Coeficiente Mineral (CM) Sodio + Potasio / Calcio + Magnesio

Los resultados de este estudio fueron: en el 84,4% de las mujeres que tenían sólo varones, su Coeficiente Mineral era superior a 4, lo que indica una presencia muy alta de potasio y sodio, y en el 84% de las mujeres que tenían solamente niñas, su CM era inferior a 2, por lo tanto un nivel bajo de estos dos minerales.

De esta manera, Adriana Baretta diseñó un método probado ya en 120 mujeres con un éxito del 98%. Las mujeres que recurren a esta práctica hacen una dieta progresiva, durante tres meses, previa al momento de la concepción. En ese tiempo se identifican los períodos más fértiles y el momento exacto de la ovulación. Se hacen análisis de sangre y si todo marcha bien, se da vía libre para intentar el embarazo. Es importante cumplir con el tiempo de preparación, tres meses, puesto que según Baretta “es el tiempo necesario para que el organismo asimile los cambios alimentarios y comience a actuar como filtro a favor del espermatozoide que se desea favorecer. Además necesitamos tres ciclos para que la mujer aprenda por el método sintotérmico a comprobar con exactitud su ovulación, y esto además lo confirmamos con análisis hormonal”.

Por lo tanto, durante ese periodo es tan importante lo que se come como lo que no se come. Si hay un bajo coeficiente sodio-potasio y un alto índice calcio-magnesio, la tendencia es a tener varones. Y para tener niñas, lo inverso. Si una pareja desea seleccionar el sexo de su futuro bebé, el primer paso que debe seguir es realizar una medición del Coeficiente Mineral de la alimentación femenina, a fin de conocer en cuál de los cuatro rangos establecidos (de acuerdo al Coeficiente Mineral) se encuentra previamente la futura madre, con respecto a su hábito alimenticio histórico. Así, por ejemplo, alimentos como las legumbres, los frutos secos, los fiambres, el pescado y la fruta favorecen la procreación de niños; frente a los productos lácteos, acelgas o copos de avena que ayudan a la gestación de niñas. "Aunque debe tenerse en cuenta un equilibrio determinado entre lo que se come y no se come, ya que no basta sólo con ingerir un determinado producto", precisa la autora del libro.

Un ejemplo de algunos alimentos que se deben evitar o tomar sería:



Pero el método se basa también en el periodo de ovulación. "Hay diferencias en el moco cervical de acuerdo al momento del ciclo, la alcalinidad y la acidez son diferentes y favorecen la permeabilidad de los X o los Y. Está demostrado que las parejas que conciben en el pico más alto de la ovulación tienen mayor probabilidad de tener nenes" –explica Baretta. “Los espermatozoides X sobreviven más tiempo, y cuando los fluidos son más alcalinos, los Y nadan más rápidamente y mejor cuando los fluidos son más ácidos”.

Para lograr éxito en la predeterminación, es esencial combinar la alimentación con los períodos de ovulación. Ya lo advierte Baretta: “la falta de complementariedad entre ambos puede producir dificultades o demoras en la concepción o pseudo esterilidad”.



Método Shettles

Con un éxito del 75%, los doctores Landrum Shettles y David Rorvik, autores del libro Cómo elegir el sexo de tu bebé, se basan en las diferencias entre los espermatozoides X y los espermatozoides Y. De acuerdo a los estudios del Dr. Shettles, los espermatozoides con el cromosoma Y (hombre) son más pequeños, más rápidos y más débiles, requieren condiciones de mínima adversidad -acogedoras, alcalinas-; llegan primero y mueren rápidamente; el espermatozoide debe llegar a las trompas casi simultáneamente con el óvulo. Mientras que los que llevan el cromosoma X (mujer) son más grandes, más fuertes y más lentos, más resistentes en condiciones moderadamente adversas o ácidas. Son más duraderos y pueden esperar unos días al óvulo.

Este método busca combinar el momento de la relación sexual con el del ciclo menstrual de la mujer. La relación sexual más cercana al momento de la ovulación, tendrá mas oportunidades de concebir una mujer y si la pareja tiene relaciones 2 días antes de la ovulación, o 2 días después de la ovulación, las probabilidades de concebir un varón aumentarán. Estos datos son de acuerdo a la velocidad y fortaleza de los espermatozoides X o Y que llegarán a fecundar al óvulo.

La mujer debe estar segura del momento de la ovulación, y para llegar a este punto, deberá “estudiar” su útero, anotando la temperatura basal todos los días, y llevando el control de los días exactos que dura su ciclo, así como el momento en que ovula (cambios de la secreción vaginal-moco cervical y temperatura basal).

Para tener un varón

Abstenerse del sexo o utilizar condón, hasta 4 días antes de la ovulación. Después de este punto, abstenerse hasta 12 horas antes de la ovulación. El Dr. Shettles asegura que el hombre tendrá mejor cantidad de espermatozoides y favorecerá la concepción de un varón. Durante las 12 horas de la ovulación, la pareja deberá tener relaciones, preferiblemente sólo una vez y si mantienen relaciones de nuevo, deberán utilizar preservativo. Durante la ovulación, los fluidos vaginales y del cérvix (cuello del útero) son alcalinos, condición que hace más favorable la llegada de espermatozoides (X o Y) pero especialmente favorable para los Y (hombre).

Para tener una niña

La pareja debe de suspender las relaciones sexuales 2 días antes de la ovulación, para que más espermatozoides X (mujer) estén presentes. Este método recomienda a la pareja tener relaciones después de terminado el periodo menstrual, por lo menos 1 día después, hasta 2 días antes de la ovulación. Antes de ésta, las secreciones vaginales son más ácidas y el espermatozoide X (mujer) tendrá más posibilidades de sobrevivir y fecundar al óvulo que el espermatozoide Y.

Algunos truquitos…

Para lograr un fluido más o menos alcalino, la mujer puede hacerse una serie de lavados vaginales: con agua y bicarbonato de sodio (un litro de agua por cada cucharada de bicarbonato de sodio), para lograr el medio alcalino que tanto favorece a los espermatozoides Y; y con agua y una cucharadita de ácido acético (vinagre), para lograr así el medio ácido.

También se recomienda que la pareja mantenga una dieta basada en proteínas para tener un niño, y una dieta rica en lácteos y no ingerir carne para tener una niña.


Método de la Tabla China

Este método, aunque carece de una base científica que demuestre su fiabilidad, se basa en una tabla elaborada hace miles de años según las antiguas leyendas chinas, que dicen que el sexo del bebé se determina mediante la edad materna y el mes de concepción del futuro hijo. De esta manera se podría elegir el sexo del bebé. Sólo hay que intentar concebir en el mes correspondiente al sexo que desees de acuerdo a esta tabla. Y si ya estás embarazada esta tabla también te sirve para conocer el sexo del bebé que llevas dentro.

A continuación te mostramos la tabla china de la concepción. Sólo debes buscar en el casillero tu edad actual, o la edad a la que quieres concebir, y mirar en qué meses es más posible concebir una niña o un niño de acuerdo a los colores de la tabla (azul indica niño y rosa, niña). Según las personas que la han llevado a cabo, la tabla tiene un éxito del 70%.




miércoles, 10 de septiembre de 2008

La alimentación durante el embarazo

El embarazo es un momento único y especial en la vida de dos personas: la madre y el bebé. Son realmente uno solo durante nueve meses. Todo aquello que la madre consume o deja de consumir tendrá efecto directo sobre la salud y el futuro del hijo.


La alimentación durante el embarazo constituye un factor de vital importancia para la correcta formación y crecimiento del bebé. Numerosos estudios demuestran la relación existente entre la alimentación materna durante la gestación y la salud y crecimiento de su niño.

Además de los nutrientes necesarios, un problema importante y frecuente es el sobrepeso que se asocia a diversos problemas como hipertensión arterial, diabetes gestacional y obesidad persistente.

El aumento total de peso durante el embarazo debe ser entre 10 Kg. y 12 Kg. Sin embargo, este depende del peso inicial de la madre. Si tienen exceso de peso, solo 7kg, sin poseen peso normal, 10-12 y en caso de comenzar con bajo peso deberán incrementar por lo menos 15kg durante la gestación.


Algunas recomendaciones prácticas:


• Consumir alimentos que realmente alimenten. Las calorías ingresadas valdrán la pena para la madre y el bebé.

• No ayunar ni eliminar comidas y realizar por lo menos cuatro por día.

• Consumir alimentos ricos en proteínas y bajos en grasas.

• Consumir alimentos naturales frescos y en lo posible caseros en lugar de los procesados, envasados o comida basura.

• No eliminar de la dieta las harinas, los cereales, los panes y las pastas. Sólo reducir los azúcares o los alimentos que contengan elevada cantidad de ella.

• Particularmente durante el primer trimestre, es importante intentar comer algún hidrato antes de dormir, antes de cerrar los ojos (fruta, barrita de cereal o yogurt con frutas, 20gr. de buen chocolate)

• Si durante este periodo no puede comer de forma balanceada, no hay que preocuparse: el bebe obtendrá igualmente todo lo necesario, pues no requiere mucha cantidad de nutrientes debido a su pequeño tamaño. Comer lo que pueda si siente nauseas.

• A partir del segundo trimestre se deben incrementar las proteínas (carnes y huevos) y los lácteos, así como las calorías mínimas necesarias por su actividad, edad y estado clínico. Además, el médico seguramente prescribirá suplementos con calcio y hierro.

martes, 2 de septiembre de 2008

Cólicos


Mi bebé llora todo el tiempo. ¿Podría tener cólico?
Es posible. La palabra cólico es un término que se usa para describir el llanto incontrolable de un bebé, que por lo demás goza de buena salud. Si tu bebé tiene menos de 5 meses y llora durante más de tres horas consecutivas, durante tres o más días a la semana, por lo menos por tres semanas, y no hay ninguna explicación médica para su estado de nerviosismo, es probable que se trate de cólico. El cólico no es una enfermedad y no le hará daño a tu bebé a largo plazo, pero resulta difícil de sobrelevar, tanto para los bebés como para los papás.


¿Cuáles son las señales que indican que mi bebé podría tener cólico?
El cólico suele manifestarse cuando un bebé tiene entre 2 y 3 semanas de edad (o entre 2 y 3 semanas después de la fecha prevista para el parto, si es un bebé prematuro). Mientras que los bebés normalmente lloran cuando están mojados, hambrientos, asustados o cansados, un bebé que padece cólico llora inconsolable y excesivamente, a menudo a la misma hora cada día, que suele ser con frecuencia hacia el final de la tarde o por la noche. Si tu bebé tiene cólico, su pancita puede verse hinchada. Quizás notes que parece estar incómodo, y estira o levanta las piernas y suelta gases mientras llora.

¿Cuánto durará?
Por suerte, después de la tempestad viene la calma. El cólico suele intensificarse alrededor de las 6 semanas, y mejora notablemente entre los 3 y los 4 meses. Para cuando cumpla los 5 meses, tu bebé debería haberlo superado. Eso implica que quizás tengas por delante bastantes meses de "tempestad". Durante este tiempo, trata de consolar a tu bebé lo mejor que puedas y pide ayuda si la necesitas. Cuidar de un bebé que padece cólico es muy estresante, y necesitas descansar de vez en cuando para mantenerte en tu sano juicio. Pídele a tu pareja, a un familiar o a una amiga que te cuide al niño mientras vas a dar un paseo, o desahógate con un buen llanto si es que eso te ayuda a disminuir la tensión.


¿Por qué algunos bebés tienen cólico?
El cólico es uno de los grandes misterios de la vida de un bebé. Alrededor del 20 por ciento de los bebés sufren de cólico. Puede ocurrir independientemente de si son o no primogénitos, de si son niños o niñas y de si se los alimenta con leche materna o con leche de fórmula. Nadie sabe por qué algunos bebés son más propensos que otros, pero las teorías abundan, y es muy posible que esta propensión se deba a más de una causa. Tu bebé puede tener cólico porque su sistema digestivo es un poco inmaduro o sensible. (De hecho, la palabra cólico proviene del griego, kolikos, cuya traducción aproximada sería "colon".) El aparato digestivo de un recién nacido contiene muy pocas de las enzimas o jugos digestivos que se necesitan para digerir los alimentos, por eso el procesamiento de las proteínas de la leche materna o de la leche de fórmula puede dar lugar a gases molestos. El hecho en sí de llorar desconsoladamente puede hacer que tu bebé trague mucho aire, lo cual también puede producirle gases. Si tu bebé padece cólico debido a problemas de estómago, quizás notes que sus síntomas empeoran después de comer o de antes de ir de vientre. Algunos especialistas creen que los episodios largos de llanto debido al cólico, constituyen una liberación física para los bebés que se sienten demasiado tensos. Quizás tu bebé se siente abrumado con facilidad si es sensible por naturaleza, por ejemplo, o si se está recuperando de un parto difícil, o si nació antes de tiempo y su sistema nervioso aún se está desarrollando. Cuando llega la noche, estos bebés están agotados de tanto mirar, escuchar o experimentar sensaciones nuevas y comienzan a llorar para desahogarse. Si fumaste durante el embarazo o fumas ahora, tu bebé tiene el doble de posibilidades padecer cólico (aunque este riesgo se reduce si lo estás amamantando).


¿Debo llevar a mi bebé al doctor si creo que padece cólico?
Sí, es una buena idea hablar con el doctor sobre el llanto de tu bebé. Puede descartar otras posibles causas, como una infección urinaria o intestinal, y ayudarte a decidir la mejor forma de afrontar el cólico. Y si tu bebé tiene otros síntomas, como fiebre, vómitos o sangre en las heces, llama al doctor inmediatamente. Esto síntomas no se deben al cólico.


Dicen que la dieta de la mamá puede producir cólicos si el bebé se alimenta con leche materna. ¿Es cierto?
De vez en cuando, los bebés que toman leche materna parecen sufrir de cólico a causa de algún alimento en la dieta de la madre. Hay mucha controversia sobre qué alimentos resultan problemáticos, pero los productos lácteos son uno de los principales sospechosos. Si estás amamantando, trata de reducir la leche, el queso y el yogur durante un par de semanas para ver si hay algún cambio (la proteína de la leche de vaca puede permanecer en la leche materna hasta dos semanas, así que este experimento dietético requiere un poco de paciencia). Algunos lactantes se ven afectados si la mamá come alimentos muy condimentados, productos elaborados con trigo, frutas secas, fresas, verduras crucíferas (tales como col o repollo, brócoli y coliflor), ajo, cafeína y alcohol. Para detectar si alguno de estos alimentos está afectando a tu bebé, evítalos todos durante algunos días. Si tu bebé se pone mejor, reincorpora un alimento solamente y después de unos días incorpora otro, hasta volver a incorporarlos todos en tu dieta. Si tu bebé empieza a mostrarse molesto nuevamente después de que empieces a comer un determinado alimento, habrás descubierto la causa del cólico. Deberás abstenerte de dicho alimento hasta que el bebé supere su sensibilidad, lo cual probablemente ocurra alrededor de los 3 meses. Eliminar el café o cualquier otro alimento por algunos meses es un pequeño precio a pagar a cambio de un bebé contento.


¿Puede una determinada leche de fórmula causar cólico?
Normalmente no. Pero si alimentas a tu bebé con leche de fórmula y padece cólico, puede preguntarle a tu doctor si deberías cambiarla por una fórmula que no contenga la proteína de la leche de vaca, por si acaso


Si tu bebé padece cólico y necesitas ayuda, encontrarás 21 estrategias para calmarle:

21 estrategias para calmar a un bebé que padece cólico

Puede llevarte un tiempo descubrir la mejor forma de calmar a tu bebé, porque lo que funciona con un niño no funciona con otro. Pero hay algunas estrategias que te serán útiles. Unas te funcionarán mejor si tu bebé tiene problemas digestivos, y las otras son más efectivas si lo que necesita es relajarse y sentirse seguro.

Revisa su biberón

Si alimentas a tu bebé con un biberón, es importante que te asegures de que el biberón que usa no está contribuyendo a que trague demasiado aire. Cuanto más aire trague mientras se alimenta, más probable es que tenga problemas estomacales.

El agujero de la tetina no debe ser demasiado pequeño, porque esto podría frustrarle y hacerle tragar con más ansiedad, ni demasiado grande, porque el líquido podría bajar en cantidades excesivas.

Algunos biberones están especialmente diseñados para reducir la toma de aire. Unos tienen una forma curvada, mientras que otros tienen unos filtros o forros interiores, que previenen la formación de burbujas de aire en el líquido y hacen que la tetina no se colapse.

Mantén a tu bebé erguido mientras lo alimentas.

Trata de mantener a tu bebé más derechito cuando lo alimentes para que la fórmula o la leche materna bajen más directamente a su pancita. Si está acurrucado o doblado hacia delante, hay más posibilidades de que se cuele algo de aire junto a la leche.

Elimina las comidas ansiosas.

Dale de comer a tu bebé antes de que tenga mucha hambre. Si está llorando a gritos porque está muy hambriento, es más probable que trague aire junto con la leche. Trata de darle de comer en un ambiente tranquilo: baja las luces, pon música relajada y pídele a sus hermanos que no hagan mucho ruido (la esperanza es lo último que se pierde).

Hazle eructar a menudo.

Los eructos eliminan las burbujas de aire que están atrapadas en la pancita de tu bebé. No esperes hasta que haya terminado de comer para sacarle el aire. Trata de hacerlo eructar cuando cambies de pecho si lo estás amamantando, o cada pocos minutos si lo alimentas con biberón.

Adapta tu dieta si estás amamantando.

Si crees que tu bebé puede ser sensible a algo que tú comes y que pasa a tu leche, prueba a eliminar los productos lácteos (leche, queso, yogur) durante un par de semanas, que es el tiempo que tarda la proteína de la leche de vaca en desaparecer de tu leche.

Si esto no te da resultado, puedes comprobar si las comidas picantes, los productos elaborados con trigo, las frutas secas, fresas, verduras tales como col o repollo, brócoli y coliflor, ajo, cafeína y alcohol tienen algún efecto. Para detectar si alguno de estos alimentos está afectando a tu bebé, evítalos todos durante algunos días. Si tu bebé se pone mejor, reincorpora un alimento solamente y después de unos días incorpora otro. Si tu bebé empieza a mostrarse molesto nuevamente después de que empieces a comer un determinado alimento, habrás descubierto la causa del cólico. Este proceso puede llevar algún tiempo, pero si elimina los episodios de llanto prolongado de tu bebé, merece la pena.
Pregunta si puedes cambiar la fórmula.

La leche de fórmula no suele causar cólico, pero si tu bebé lo padece, vale la pena probar con un cambio de marca. Pregúntale a tu doctor si puedes usar una fórmula que no contenga la proteína presente en la leche de vaca.

Prepara un remedio natural.

Los padres han tratado el cólico de sus bebés durante generaciones con remedios naturales como tés de hierbas suaves (especialmente, hinojo, eneldo, anís, menta, y manzanilla). Tienes que tener mucho cuidado con las dosis, así que consulta primero con un herborista de confianza y habla siempre con el doctor de tu bebé. Algunas mamás aseguran que cuando ellas beben estos tés, su bebé se mejora.

Prueba un medicamento de venta sin receta

Muchos padres han tenido suerte dando a sus bebés gripe water (que es una agua medicinal preparada con hierbas y bicarbonato). O quizás quieras probar gotas contra los gases, si es que los gases son lo que están molestando a tu bebé. Asegúrate de comprar gotas específicamente preparadas para bebés y, como hay que hacer siempre, habla con tu doctor antes de usar cualquiera de estas dos cosas.

Dale un masaje a tu bebé

Un masaje suave en la pancita puede ayudar a que salga el gas o, por lo menos, puede hacer que el estómago de su bebé y su estado de ánimo mejoren. También puedes poner a tu bebé boca abajo sobre tus rodillas y frotarle la espalda. A veces esto ayuda a relajar la presión excesiva que siente en el estómago.

Usa una bolsa (tibia) de agua caliente.

A algunos bebés les gusta la sensación de una bolsa de agua tibia sobre el estómago. Llena una bolsa de agua caliente con agua tibia y envuélvela en una toalla. Ponla sobre tu estómago y echa a tu bebé encima tuyo. Ten mucho cuidado de que el agua no esté demasiado caliente. Lo que a ti te parece tibio puede ser demasiado caliente para la sensible piel de un bebé.

Haz ruido.

A los bebés les gustan los sonidos que les recuerdan el rítmico latido de tu corazón y los ruidos que oían en tu vientre. A lo mejor tu bebé se siente mejor si pones su sillita cerca de la secadora en funcionamiento o metido en una mochila frontal mientras tú pasas la aspiradora. O quizás se calme si enciendes el extractor de aire de la cocina.

Haz música.

Cántale a tu bebé o pon un disco de canciones de cuna o de música suave. Incluso puedes encontrar discos que reproducen los relajantes sonidos de un útero materno. ¡Por otra parte, algunos padres dicen que sus bebés prefieren el rock!

Muévelo.

A los bebés les tranquiliza moverse suavemente, así que usa una mecedora, un columpio de bebé o un asiento vibrador. También le puede gustar pasear por la casa metido en una mochila frontal o una cangurera. Posiblemente prefiera estar bastante alto, cerca de tu pecho y del latido de tu corazón. Da suaves rebotes arriba y abajo en esta posición, mientras mantienes a tu bebé bien agarrado.

Pasea en auto.

Muchos padres cuentan que un paseo en auto, con su movimiento, ruido y vibración, es santo remedio para el cólico. Pon a tu bebé en su asiento del auto y sal a manejar para ver si el paseo alivia tu bebé.

Prueba a cambiar de ambiente.

Si estás adentro, sal a dar un paseo, sea con tu bebé en la carreola (cochecito), la cangurera o una mochila frontal. Ver, oler y oír cosas nuevas puede distraer a tu bebé y quizás se quede dormido. Por otro lado, si has estado toda la mañana afuera con tu bebé, quizás necesita un rato tranquilo en casa.

¡Silencio!

Aunque a algunos bebés les reconforta el movimiento, el ruido y la actividad, otros necesitan menos estímulos y responden mejor al silencio, la quietud y la oscuridad.

Envuélvelo.

Piensa en lo apretadito que estaba tu bebé en el útero antes de nacer, y te harás a la idea de lo grande que el mundo puede parecerle ahora. Envolver a un bebé apretadito en una manta ligera o una sábana, puede hacerle sentir más seguro. Puedes envolverlo durante las comidas si le cuesta concentrarse en comer, o justo antes de que empiece su periodo habitual de cólico y llantos, o antes de ponerlo a dormir.

No solamente puede ayudarlo a dormirse, sino también a permanecer dormido. Los investigadores han descubierto que los bebés que están envueltos duermen más profundamente que los que no los están. Esto es porque como los bebés se estremecen y menean durante el sueño, sus propios movimientos pueden despertarlos.

Es fácil aprender a envolver a un bebé así, pero si no te sale, puedes invertir en una mantita especial para hacerlo.

Aromatiza el ambiente.

Algunos bebés responden bien a los olores. La aromaterapia cuenta con fómulas especificas de aceites esenciales para una variedad de problemas y condiciones, desde dolores de cabeza hasta cansancio, ansiedad y miedo.

Puedes probar un aroma desarrollado para calmar los nervios (algunos se han creado específicamente para bebés). Un baño perfumado con lavanda o rociar la habitación con un aspersor de manzanilla puede ayudar también (si no a tu bebé, al menos a ti).

Baña a tu bebé.

Un baño tibio en mitad de un episodio de cólico puede distraerlo y relajarlo. A algunos bebés les encanta que los sostengan bajo la ducha, con un chorro suave cayendo sobre su espalda. A tu bebé le puede tranquilizar el golpear rítmico del agua, además del sonido.

Ofrécele un chupón.

Cualquier cosa que calme a tu bebé vale la pena. Para algunos bebés, succionar es el relajante ideal. Ofrécele un chupón o chupete, incluso si bajo otras circunstancias no lo harías. O anima a tu bebé a chuparse el dedo llevándoselo suavemente a la boca.

Mantén una rutina.

Es importante alimentar a tu bebé siempre que tiene hambre, pero aparte de esto, una rutina fija puede ser muy reconfortante para él: mantén los baños, paseos y siestas a horas regulares. Tu bebé no está pendiente del reloj, claro está, pero nota el ritmo de sus días.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Por qué lloran los bebés?


Los bebés lloran. No hay manera de evitarlo; es una de las pocas formas que tienen de comunicarse. Dado que tu bebé no puede expresarse con palabras, tal vez te preocupes y te preguntes: "¿Cómo puedo saber lo que quiere?". Puede resultarte difícil al comienzo, pero gran parte de la crianza de los hijos se basa en probar y equivocarse, y pronto aprenderás a adivinar sus necesidades, leer sus señales de aviso y secar sus lágrimas. Incluimos las razones más comunes por las que lloran los bebés. Si tu pequeño está llorando, consulta la siguiente lista y seguramente encontrarás algo que lo alivie.


¿Cómo puedo saber por qué está llorando mi bebé?

Tiene hambre
Una vez que aprendas a reconocer las señales de que tu bebé tiene hambre — está inquieto, hace ruidos y busca tus pechos si lo alzas — lograrás darle de comer antes de que comience a llorar. Hasta entonces, comprobar si tiene hambre es lo primero que debes hacer cuando llore. Darle de comer podría no calmarlo de inmediato pero déjalo que coma si es que tiene ganas. Dejará de llorar una vez que su estómago esté lleno.

Necesita que le cambies el pañal
Algunos bebés hacen notar de inmediato cuando necesitan que les cambien el pañal. Otros no se sienten molestos cuando su pañal está sucio; les resulta cálido y confortable. (Los padres se suelen sorprender cuando alzan a su bebé y se dan cuenta de que ha estado con el pañal sucio sin quejarse.) De cualquier forma, esto es fácil de observar y sencillo de solucionar.

Tiene demasiado frío o demasiado calor
A los recién nacidos les gusta estar abrigados y calentitos. (Como regla general, necesitan tener una prenda de abrigo más que tú necesitas para sentirte cómoda.) Por eso cuando tu bebé sienta frío, por ejemplo, cuando le quites la ropa para cambiarlo, te expresará a través del llanto que se siente incómodo. Aprenderás cómo cambiarle rápido los pañales y volver a vestirlo. Ten cuidado de no abrigarlo en exceso, ya que es menos probable que se queje de tener demasiado calor que de tener demasiado frío y tampoco llorará de manera tan enérgica.

Quiere que lo tengas en brazos
Los bebés necesitan muchos cariños. Les gusta ver las caras de sus padres, escuchar sus voces y sentir sus latidos, y pueden incluso detectar su olor particular (¡especialmente el de la leche de mamá!). Después de darles de comer, hacerlos eructar y cambiarles el pañal, muchos bebés necesitan tan sólo que los alcen. Quizás te preguntes si lo estás "malcriando" teniéndolo en tus brazos tanto tiempo, pero durante los primeros meses de vida es totalmente aceptable. Los bebés suelen diferenciarse mucho en el tiempo que desean estar en brazos. Algunos exigen mucha atención mientras otros pueden pasarse largos periodos de tiempo entreteniéndose solos. Si a tu bebé le gusta que le presten atención, álzalo, llévalo en una mochila delantera portabebés o en un rebozo o tenlo a tu lado.

No puede más de cansancio
Si bien por lo general los recién nacidos necesitan mucha atención, puede fácilmente ocurrir que reciban demasiados estímulos y tengan una crisis. Tal vez notes que tu bebé llora más de lo habitual después de pasar unas vacaciones con muchos miembros de la familia que lo mimaron, o tiene periodos al final del día en los que parece llorar sin ningún motivo. Los recién nacidos tienen dificultad para procesar toda la estimulación que reciben — las luces, el ruido, el ser pasado de mano en mano — y pueden sentirse abrumados cuando hay demasiada actividad. El llanto es su forma de expresar que "ya ha sido suficiente por hoy". Esto por lo general sucede cuando tu bebé está cansado. Llévalo a algún lugar tranquilo, consuélalo miesntras se desahoga por un rato y luego intenta hacerlo dormir.

No se siente bien
Si acabas de alimentar a tu bebé y de cerciorarte de que está cómodo (puede que esté incómodo por algo tan ínfimo como un cabello enredado en el dedo del pie o por una etiqueta de la ropa que lo esté molestando) pero todavía sigue llorando, procede a tomarle la temperatura para estar segura de que no está enfermo. El llanto de un bebé enfermo suele diferenciarse del llanto de un bebé que tiene hambre o no puede hacerse entender, y pronto aprenderás a diferenciar cuándo el llanto de tu bebé "no suena bien" y necesita que lo lleves al médico.

Nada de lo mencionado arriba
Algunas veces es posible que no puedas entender qué le está ocurriendo a tu bebé. Muchos recién nacidos atraviesan periodos de nerviosismo durante los cuales no logran calmarse fácilmente. Estos periodos pueden durar desde unos minutos de llanto hasta transformarse en un auténtico cólico. Cólico es el término que se utiliza para explicar el llanto inconsolable de un bebé durante por lo menos tres horas durante el día y como mínimo tres días a la semana. Aun si tu bebé no llorase durante todo este tiempo, estos episodios pueden ser difíciles para ti. Cuando nada te dé resultado, prueba con los siguientes consejos prácticos


No puedo entender por qué está llorando. ¿Qué debería hacer?

Envuélvelo y acurrúcalo
A los recién nacidos les gusta sentirse tan abrigados y protegidos como lo estaban en el útero, por eso intenta envolver a tu bebé con una cobijita, tenerlo junto a ti en la mochila delantera o sostenerlo contra tu hombro. Pero ten presente que algunos bebés sienten que sus movimientos se vuelven muy restringidos cuando los envuelves o alzas y responden mejor a otras maneras de calmarlo, tales como un movimiento rítmico o un chupón (chupete).

Deja que escuche sonidos rítmicos
Los bebés están acostumbrados al sonido de los latidos del corazón de la madre; por eso a tu pequeño le encanta que lo pongas contra tu pecho. También puedes hacerlo escuchar música suave, cantarle una canción de cuna o incluso ponerlo cerca del sonido rítmico de un ventilador eléctrico o el ruido de fondo de una aspiradora.

Ponlo en movimiento
Algunas veces el simple movimiento de llevar a tu bebé de un sitio a otro será suficiente para calmarlo. Otras veces, puede ser útil que lo muevas acompasadamente en una mecedora o un columpio, lo coloques en su sillita vibradora o lo pongas en su sillita para el auto encima de la secadora mientras esté encendida (las vibraciones de la secadora pueden hacer que su asiento se mueva lo suficiente como para caerse, por eso, ¡asegúrate de permanecer a su lado mientras lo estés haciendo!). También podrías sacarlo a dar vueltas en su carreola (cochecito), o llevarlo a dar un paseo en auto.

Dale masajes
A la mayoría de los bebés les encanta que los toquen, de manera que un masaje podría ser lo que tu bebé necesita para calmarse. No te preocupes si no conoces los movimientos perfectos; mientras que sean suaves y lentos, deberían reconfortarlo. Además, trata de frotarle la espalda o su pancita. Esto lo aliviará si es que está teniendo dolores producidos por gases; éste suele ser el problema en algunos bebés con cólicos.

Déjalo succionar algo
Incluso cuando no tenga hambre, succionar algo puede hacer estabilizar el ritmo cardiaco de un bebé, relajar su estómago y calmar sus agitados brazos y piernas. Ofrécele un chupón o un dedo para que chupe y déjalo que se tranquilice.

Cuídate tú misma
Si bien nunca se murió un bebé de tanto llorar, una criatura que llora puede resultar muy estresante para los nuevos padres. Estás permanentemente privada de dormir y tal vez ya tengas inseguridades acerca de cómo cuidar a este bebé. Las mamás deben lidiar con una mezcla de emociones a causa de los cambios hormonales que están atravesando. El papá quizás no esté seguro del rol que debería cumplir para cuidar al recién nacido o de si alguna vez recuperará la atención de la mamá nuevamente. Si a este escenario se añade un bebé llorando, es normal que muchos padres se sientan abrumados o frustrados.

Si las necesidades de tu bebé ya han sido satisfechas y has tratado de calmarlo pero todavía sigue llorando, es momento de que te ocupes de ti misma para que no te exasperes demasiado:

Pon a tu bebé en un lugar seguro, como su cuna, y déjalo llorar unos minutos.

• Llama a una amiga o familiar y pídele consejo.

• Tómate un tiempo de descanso y pídele a alguien que lo cuide un rato.

• Escucha música tranquila para distraerte.

• Respira hondo varias veces.

• Recuerda que no le pasa nada a tu bebé y que llorar no le hará daño; tal vez simplemente necesite desahogarse.

• Repítete a ti misma: " Esta fase pasará pronto".

• Hagas lo que hagas, no transmitas tu frustración al bebé sacudiéndolo.

Afortunadamente, los bebés (y sus papás) son fuertes y de algún modo logran superar incluso los episodios de llanto más difíciles. No te desanimes y piensa que cuando tu bebé tenga entre 8 y 12 semanas, podrá calmarse más fácilmente y gran parte del llanto cesará.