domingo, 31 de agosto de 2008

Tu primer trimestre de embarazo




Si todo va bien a partir de aquí, esta podría ser tu última semana de espera. ¡Buena suerte! Como la mayoría de las mujeres, probablemente serás más fértil en la mitad de tu ciclo menstrual, más o menos dos semanas después de que te viniera el periodo.

Desde este momento tienes 3 o 4 días en los que te será más fácil concebir.Durante este tiempo, el óvulo maduro baja hasta la trompa de Falopio en espera de que llegue el esperma. Para aumentar las posibilidades de quedarte embarazada, determina la duración de tu ciclo y aprende cómo trabaja la temperatura basal de tu cuerpo y el moco cervical. Ambos pueden ayudarte a detectar el momento ideal para la concepción.

Así que lo fundamental de esta primera semana desde la que se empieza a contar es justamente eso: el momento en el que se produce el embarazo. Aún no sabrás si estás esperando un bebé hasta dos semanas después, y ni siquiera se puede saber con exactitud, en la mayoría de los casos, cuándo se produjo la concepción. Por eso se toma como punto de partida esta semana, porque es en la que más probabilidades hay de que se iniciara la gestación.

Cómo cambia tu vida
Ahora que habéis tomado la gran decisión de ser padres, un montón de sentimientos y pensamientos nuevos aparecen en tu mente. Las futuras mamás deberán hacer una lista de las cosas que van a necesitar y prepararse para los cambios que van a sufrir, para llevar un embarazo lo más relajante y tranquilo posible. Pero los papás también tendrán que aprender y leer sobre el embarazo y el parto, estar listos ante cualquier acontecimiento.

Antes de que te des cuenta de que estás embarazada, el embrión empezará a crecer, sus células se dividirán rápidamente y pasará a ser una masa constituida por más de 100 células llamada cigoto. El huevo continúa dividiéndose a medida que es arrastrado por las trompas de Falopio hacia el útero.

El óvulo fecundado experimenta un proceso de división a medida que baja al útero por las Trompas de Falopio. La célula se divide en 2 durante las primeras 24 horas y al cuarto día es una masa constituida por más de 100 células llamada cigoto. El huevo continúa dividiéndose a medida que es arrastrado por las trompas de Falopio hacia el útero. Cuando llega al útero se llama mórula.

Mientras baja, el útero se ha ido preparando gracias al aumento de los estrógenos y de la progesterona.

Al final de esta semana ya se determina el sexo del bebé. Biológicamente es el hombre quien determina su sexo ya que es el espermatozoide el que tiene en sus cromosomas los genes X (femenino) o Y (masculino), la madre sólo dona el cromosoma X en sus óvulos. Si el padre otorga un cromosoma X, (XX) tendrás una niña; si el espermatozoide tiene un cromosoma Y (XY), tu bebé será un hombrecito.

En este momento tu bebé es un conjunto de células denominado blastocito con una masa de células en el interior que es el embrión en si mismo, rodeada de una cavidad llena de fluido que se convertirá en el líquido amniótico y otro conjunto de células externo que se transformará en la placenta (el órgano a través del cual llega el oxígeno y el alimento al feto)
Cambios en la madre
Si eres regular, durante esta semana te encuentras en el punto medio de tu ciclo menstrual, o sea en la ovulación. Si estás buscando quedarte embarazada trata de comportarte como si lo estuvieras apenas dejes tu método anticonceptivo. Cuida tu alimentación aportándole a tu cuerpo un equilibrado balance de nutrientes, vitaminas y minerales.Deja de fumar y consume ácido fólico todos los días para ayudar a evitar una serie de malformaciones a tu futuro bebé.
Aunque tú todavía no sepas que estás embarazada, tu bebé cumple 1 semana de vida y sigue creciendo y desarrollándose.

El blastocito se implanta en el endometrio y se forma la placenta y el líquido amniótico comienza a juntarse formando el saco. Una vez que se desarrolla la placenta, comienza a producirse la hormona del embarazo hCG (gonadotropina coriónica) cuya función es detener la ovulación y aumentar la producción de estrógeno y progesterona (para impedir que se desprenda el blastocito del útero). Esta hormona es la que reacciona en los tests de embarazo, hacia el final de esta semana ya podrás saber si estás embarazada.

Mientras tanto, el líquido amniótico comienza a juntarse formando la bolsa amniótica, que amortiguará y protegerá al bebé las semanas siguientes. Ahora mismo, el blastocito recibe el oxígeno y sustancias nutritivas (y desecha residuos) por un sistema de circulación primitivo a través de los vasos sanguíneos en su pared uterina. La placenta no estará suficientemente desarrollada para asumir esta tarea hasta el final de próxima semana.

Tu bebé mide 0,1 centímetro y se sigue multiplicando como un loco.

Cambios en la madre
Hacia el final de esta semana puedes manchar un poco, creyéndote que es el comienzo de la regla. En realidad, este sangrado estará producido por el blastocito al rozar en la pared del útero. Es muy ligero y sólo una minoría de mujeres lo sufre.Es posible también que sientas pequeñas molestias abdominales similares a las premenstruales, lo que seguramente te hará pensar que tu período está por llegar, pero no… esta molestia es la que indica que el útero está creciendo. Además, puede que notes sensibilidad en los pechos y más sueño que lo habitual.

Esta semana marca el principio del periodo embrionario. Durante las próximas 6 semanas, los órganos del bebé comenzarán a desarrollarse y funcionar. Por lo tanto, es el tiempo en el que el feto es más vulnerable a cualquier interferencia en su desarrollo.

El embrión está formado como un disco con tres capas de células que originarán posteriormente los diferentes tejidos del cuerpo humano. El disco interno (endodermo), se convertirá en los pulmones, el hígado y el sistema digestivo. El disco medio (mesodermo), constituirá los huesos, músculos, riñones, órganos sexuales y el corazón del bebé. Por último, el disco externo (ectodermo) formará la piel, el cabello, los ojos y el sistema nervioso.

La placenta primitiva también se transforma. Sus células crean túneles para que la sangra fluya a través de ellos llevando las sustancias nutritivas y el oxígeno y expulsando los residuos.

Tu hijo mide aproximadamente 3 milímetros y está completamente adherido a su placenta.

Cómo cambia tu vida
En esta semana ya podrás comprobar con seguridad si estás embarazada o no. Las hormonas que tu bebé está secretando podrían hacerte sentir los primeros síntomas de embarazo esta semana.Fatiga, hormigueo, dolor en los pechos o náuseas, podrían llevarte a creer que tu período comenzará en cualquier momento, porque los primeros síntomas del embarazo se asemejan mucho al síndrome premenstrual.Si tomas cualquier medicación, consulta a tu médico si puedes seguir tomándola y pregúntale todas las dudas que tengas.
Es un buen momento para empezar a tomar vitaminas, ya que las 6 semanas próximas son claves en el desarrollo del feto.
Tu bebé ya está expuesto a lo que ingieres, así que cuida tu alimentación. Debes continuar consumiendo ácido fólico (para evitar malformaciones como espina bífida), proteínas (50% más de las que consumías antes de embarazarte), calcio (interviene en el desarrollo de dientes y huesos del bebé 1.000 mg) y hierro (para evitar anemias).
Poco a poco empezarás a tener síntomas del embarazo, aunque al principio los puedes confundir con las molestias de la menstruación; tus senos se hinchan, tienes dolores abdominales… Hazte un análisis de sangre para asegurarte de si estás embarazada o no.

El embrión crece aun ritmo frenético. Ahora mide como una semilla de sésamo, unos 6 mm de largo, y ya es visible en una ecografía.
En esta semana se empiezan a formar los riñones, el hígado y el sistema nervioso.
También la espina dorsal, la cabeza y el tronco.
Una protuberancia en el centro del embrión se convertirá en el corazón del bebé.
Empieza a tomar forma y se parece a un caballito de mar.
Cambios en la madre
Tus senos empiezan a crecer y pueden estar más sensibles. Puedes tener también un leve dolor de espalda o alguna molestia abdominal, parecida al dolor de ovarios.
Si aún no te has hecho una prueba de embarazo, es tiempo de que te la hagas. Si optas por un test de embarazo casero te recomendamos que lo realices en la mañana, ya que en la primera orina están más concentrados los niveles de la gonadotropina coriónica (hormona del embarazo). Si quieres estar más segura hazte un examen de sangre. Éste no falla y te dirá exactamente de cuántas semanas estás embarazada.
Si aún no has consultado algún profesional te recomendamos que lo hagas cuanto antes, ya que él te mandará hacerte exámenes de sangre para ver que todo esté en orden. Es conveniente hacerlo, para comprobar que no existan posibles infecciones como rubéola, hepatitis B o varicela, que pueden afectar al bebé.
Además te recetará algún suplemento de vitaminas y ácido fólico, fundamentales en esta
primera etapa.Aparte de cuidar tu alimentación, es un buen momento para comenzar una rutina de ejercicios que te ayudarán a desarrollar el tono muscular, la fuerza y la resistencia necesarias para soportar el peso y aguantar los rigores físicos del embarazo y el parto.
El paseo o la natación son las actividades más recomendadas para una embarazada.
Enterarte que estás embarazada es una noticia que te puede llenar de alegría pero al mismo tiempo es probable que tengas dudas y angustias relacionadas con cómo cambiará tu vida y si te la podrás con esta nueva personita que en un comienzo dependerá 100% de ti. No te preocupes, es un sentimiento que nos ha sucedido a todas y se puede enfrentar.
Goza al máximo cada etapa de tu embarazo porque verás como pasa de rápido.

Las células se siguen dividiendo rápidamente y los sistemas de su cuerpo comienzan a tomar forma. Lo más común es que en esta semana comiencen los malestares propios del embarazo y que ya no los confundas con los malestares premenstruales.
En esta semana el embrión ha crecido aproximadamente 6 milímetros. Si pudieras ver a través del útero, te encontrarías una cabeza enorme, manchas oscuras a los lados donde están sus ojos y las ventanas de la nariz que comienzan a tomar forma. Dos hoyos a los lados de su cabeza marcan sus oídos en crecimiento.

Debajo de la apertura que más tarde será la boca de tu bebé, hay pequeños pliegues que desarrollarán su cuello y la mandíbula inferior. Dentro, la lengua y las cuerdas vocales comienzan a formarse.

El cerebro aumenta de tamaño y el corazón ya late a un ritmo de 100 a 130 pulsaciones por minuto -casi dos veces más rápido que el tuyo.

Comienzan a brotarle lo que más adelante serán sus brazos y piernas. Sus manos y pies se parecen a palas y los dedos aún no están separados unos de otros, pero pronto empezarán a distinguirse.
También comienza a construir fibras de músculo y, a mitad de semana, probablemente empezará a mover sus miembros diminutos.La circulación de la sangre también inicia su funcionamiento.
En este período se diferencian los órganos genitales y se desarrollan los intestinos.

Cambios en la madre
Lo más común es que en esta semana comiencen los malestares propios del embarazo y que ya no los confundas con los malestares premenstruales. Sin embargo, no todas las mujeres se sienten mal durante los primeros meses.
Además, cada embarazo es distinto; si has tenido un embarazo anterior es posible que éste sea completamente diferente y que sientas cosas que en el otro no sentiste.
Comienzan los cambios de humor y es muy probable que un día te sientas malhumorada y al siguiente muy feliz. Estos cambios los provocan las hormonas y son normales en este periodo del embarazo.
Pero aparte de las hormonas, tu vida está a punto de cambiar y ¿quién no se sentiría intranquilo y alegre a la vez? Las manchas de sangre son comunes, pero a veces también son un signo de aborto espontáneo. Si las pérdidas son abundantes, acude en seguida al médico.

Tu bebé pesa menos de un gramo y ya tiene unos 2 centímetros de largo. Comienzan las náuseas matutinas; para evitarlas, te recomendamos que hagas muchas comidas pequeñas a lo largo del día y que no te levantes con el estómago vacío.

Las extremidades se desarrollan rápidamente y se parecen a brazos y piernas diminutas pero las manos y los pies son sólo esbozos. Ya tiene articulaciones en los codos y las rodillas.
Aunque aún no lo puedas notar, se mueve y da pequeños saltos todo el rato.
El bebé tiene labios y nariz visibles. Se forman los dientes y el interior de la boca y los oídos siguen en desarrollo.
Los pliegues del párpado cubren parcialmente el iris, que ya tiene color.Se desarrolla el cordón umbilical, que proporciona nutrición y elimina los desechos del bebé.
Además, continúan formándose el tracto digestivo y sus pulmones. También tiene un apéndice y un páncreas, que eventualmente producirá la insulina hormonal para ayudar en la digestión. El hígado ya está ocupado en la producción de glóbulos rojos.
Tu bebé todavía parece que tiene una pequeña cola, que en realidad es una extensión de su columna, que desaparecerá en las próximas semanas. La piel es extremadamente delgada, como de papel y las venas muy visibles.

Cambios en la madre
Esta semana se desarrollará el tapón mucoso que sella el útero con el fin de brindar protección contra las infecciones. Por lo general este tapón se pierde con la dilatación en el trabajo de parto.
Puedes sentirte mareada, especialmente si tienes que estar parada durante mucho tiempo, también experimentar calambres leves en la parte baja del abdomen y secretar manchas de sangre, las que tienden a confundirse con el período menstrual.
Comienzan las náuseas matutinas. Te recomendamos que tengas una caja de galletas en la mesilla de noche y que comas alguna antes de levantarte de la cama para evitarlas. También empezarás a tener que ir al baño más a menudo.Si aún no tienes médico, este es el momento de buscar uno que siga tu embarazo y tu parto.
Los órganos más importantes del bebé ya están formados y su corazón late con fuerza. Su cola embrionaria desaparece y va tomando aspecto humano. También tú notas más cambios en tu cuerpo: los senos aumentan, te sentirás más cansada, crece el volumen de tu sangre, etc.

Tu bebé mide ya 2,5 cm. Todos sus órganos mayores se han formado, aunque no completamente. Su cola embrionaria desaparece.

El corazón late con fuerza, cuando te realicen una ecografía podrás verlo latir rápidamente. Los ojos y las orejas crecen. Hay más desarrollos faciales como la formación de la punta de la nariz, el labio superior y los párpados.

El cerebro está completamente formado y las neuronas empiezan a dividirse formando el sistema nervioso.

Los dedos de manos y pies están comenzando a formarse. Sus manos ahora están dobladas en la muñeca y se encuentran sobre su corazón.
Los brazos crecen y los pies parecen excesivamente largos.

Los genitales externos todavía no se han desarrollado lo bastante para revelar si es niño o niña.

Cambios en la madre
Es normal que te sientas más cansada, sensible e irritable. En un principio estos cambios alteran un poco el entorno familiar, pero a medida que transcurren las semanas van desapareciendo, o al menos, se hacen más predecibles.
Los senos crecen más y la aureola se torna más oscura. Puede que desarrolles pequeños nódulos más conocidos como tubérculos de Montgomery. Desde el comienzo preocúpate de llevar un buen sujetador.
Aún no has ganado mucho peso, aunque ya empezarás a notar que tu cintura se ensancha y que la ropa muy ajustada te entra peor. Menos obvio es el aumento de tu volumen de sangre. Hacia el final del embarazo tendrás entre un 40 y un 50% más de sangre para satisfacer las exigencias del bebé.
Al aumentar el volumen de tu sangre, crecerá tu necesidad de hierro. Toma complejos vitamínicos para no sufrir anemia.
También es frecuente tener problemas a la hora de conciliar el sueño, sobre todo si estás incómoda o te tienes que levantar a menudo al baño. Intenta dormir 9 horas y, si es posible, echarte una pequeña siesta.

El bebé mide ya unos 3,8 cm y cada vez adquiere más forma humana, aunque la cabeza es inmensa en relación con el cuerpo. Tiene períodos de sueño y despertar. Tú puedes comenzar a tener problemas estomacales: acidez, estreñimiento, gases, etc.

Sus dedos se desarrollan formándose las huellas digitales. Tu futuro hijo puede cerrar la mano. Todas las articulaciones -sus hombros, codos, muñecas, rodillas y tobillos- trabajan, permitiendo a tu bebé mover sus miembros.

Sus párpados se han cerrado y no se abrirán hasta 27 semanas después.
Los lóbulos de la oreja ya se han formado y hacia el final de la semana las funciones de su oído estarán completas.

Su labio superior está totalmente formado y su boca, nariz, y las ventanas de la nariz van cambiando.

El corazón ya está dividido en 4 partes (las 2 aurículas y los 2 ventrículos) y comienzan a desarrollarse las válvulas.
Los órganos sexuales externos ya están formados pero aún no son visibles.

Cambios en la madre
Quizás sientas acidez estomacal y estreñimiento. También puedes sentirte hinchada y con gases. Esto sucede porque los alimentos se mueven más lentamente por los intestinos durante el embarazo porque las dosis principales de progesterona que tu cuerpo produce relajan el tejido de músculo liso en todas las partes de tu cuerpo, y esto incluye su extensión gastrointestinal. Aumenta la cantidad de fibra para evitarlo y bebe mucho agua.
A causa de las hormonas del embarazo puedes presentar más flujo vaginal. Esto es normal siempre y cuando no haya picazón ni dolor.
Los cambios bruscos de humor son más comunes ahora; es absolutamente normal sentirse o bien eufórico o bien aterrorizado ante la idea de ser madre. A pesar de que es probable que todavía no notes físicamente tu embarazo, cada día tomas más conciencia de que serás madre. Empezarás a fijarte en los bebés que están a tu lado. Verás como en la calle o en el supermercado aparecerán muchos niños y mujeres embarazadas.
Si tienes más de 35 años o una historia familiar de enfermedades genéticas, este es el momento de pensar si quieres hacerte alguna prueba especial para descartar posibles anomalías, como la amniocentesis o el estudio de vellosidades coriónicas, que se hacen entre la 10ª y la 12ª semana.

Tu bebé mide unos 5 cm de largo y pesa aproximadamente 7 gramos. Esta semana marca el final del periodo embrionario por lo que ya es un feto y ha completado la parte más importante de su desarrollo.

Los tejidos y órganos de su cuerpo maduran rápidamente. Sus órganos vitales -el hígado, el riñón, los intestinos, el cerebro y los pulmones- están ya colocados y comienzan a funcionar (aunque sigan desarrollándose durante todo el embarazo).

Su hígado continúa creando células de sangre y el saco que antes suministraba estas células comienza a desaparecer.

Escucha ruidos y mueve brazos y piernas.

El crecimiento del cerebro aumenta rápidamente. Aproximadamente 250.000 nuevas neuronas se producen cada minuto.

Si vas a tener un niño, esta semana sus testículos comenzarán a producir la hormona masculina: la testosterona. En las próximas 3 semanas la longitud del bebé va a crecer más del doble.

Su cabeza es proporcionalmente más pequeña ahora que hace unas semanas, pero todavía es casi la mitad de la longitud de su cuerpo. Su frente temporalmente se hincha por el desarrollo del cerebro y es muy prominente, aunque más tarde retrocederá para darle un aspecto más humano.

Cada día, más detalles minuciosos -incluyendo las uñas diminutas tanto de la mano como del pie y el pelo de pelusa de melocotón- comienzan a aparecer en su cuerpo. Sus dedos están ahora completamente separados. Sus piernas se alargan y sus pies pueden ser bastante grandes.

Si pudieras echar una miradita a tu bebé, serías capaz de ver claramente el contorno de su espina dorsal por su piel delgada como de pergamino. Los nervios espinales comienzan a estirarse en su médula espinal.
Cambios en la madre
Tu útero tiene el tamaño de una naranja aunque no se note todavía, es el doble de grande que antes de quedarte embarazada. La placenta comienza a producir progesterona y es posible que te salgan algunas espinillas o te aumente el vello.
¿Tienes más hambre? Tu cuerpo está trabajando "a mil", es por esto que quizás sientas que tienes más ganas de comer que lo habitual. Cuando se está hay que aumentar el consumo calórico diario en aproximadamente 300 calorías para satisfacer las necesidades del niño en desarrollo y afrontar los cambios que experimenta nuestro cuerpo. Pero ¡ojo!, que lo ideal es que estas calorías extras provengan de alimentos ricos en minerales y vitaminas y no de grasas o dulces.En su siguiente visita prenatal, puedes ser capaz de oír el latido del corazón de tu bebé con la ayuda de un Doppler.
No dejes de realizar alguna actividad física, te ayudará a estar en forma y más fuerte. Pasear o nadar son ejercicios muy recomendables para una embarazada.

A partir de esta semana y hasta la semana 20ª, tu bebé crecerá de forma acelerada. Las náuseas matutinas deberían comenzar a desaparecer con la llegada del segundo trimestre. Es importante que no engordes demasiado, según tu peso antes de quedarte embarazada, deberás aumentar más o menos kilos.

Su cabeza es más o menos la mitad de su longitud total. Los intestinos están creciendo y colocándose en posición. La glándula tiroidea, el páncreas y la vesícula están comenzando a funcionar a fin de preparar al bebé para digerir alimentos después de nacer.

Su piel es todavía transparente, permitiendo a que se vean muchos de sus vasos sanguíneos. Algunos de sus huesos comienzan a endurecerse. Sus dedos ya están totalmente separados y pronto será capaz de abrir y cerrar sus puños.

Ya da patadas y se estira, sus movimientos son fluidos. Estos movimientos aumentarán a la vez que su cuerpo crezca.Como su diafragma se ha desarrollado, puede comenzar a hipar, aunque tú aún no lo notes hasta la semana 16ª o 20ª.

Cambios en la madre
Cualquier molestia matinal que puedes haber tenido hasta ahora, debería comenzar a desaparecer, ya que con la llegada del segundo trimestre, llegará el periodo más tranquilo de la gestación. La cantidad de sangre que circula por tu cuerpo sigue aumentando.
Es posible que tu respirar sea más rápido y que traspires más de lo usual debido a la sangre extra en tu sistema.
Puede que hayas notado que se te ha agudizado el olfato y que produces más saliva, a veces con un sabor un poco metálico. Pueden ser cambios molestos pero no debes preocuparte por ellos.
Es importante que tengas cuidado con el peso.
Una mujer embarazada suele aumentar aproximadamente entre 1 y 2,5 kilos durante el primer trimestre, 6,5 kilos durante el segundo y 5,5 kilos durante el último trimestre.Sin embargo estos aumentos dependen también de cuál era tu peso antes de concebir.Si éste era normal, debes subir entre 9 y 15 kilos. Si el peso era bajo, deberías aumentar entre 13 y 18 kilos. Por el contrario, si estás con sobrepeso podrás aumentar un máximo de 9 kilos.

La carita de tu bebé comienza a formarse y ya podrás ver su perfil. Sus neuronas han estado multiplicándose rápidamente y se forman los nervios neurológicos. Tu útero ha crecido bastante y comienza a elevarse y a sobresalir.

Tu bebé mide cerca de 6,3 cm largo y pesa unos 14 gramos. La cabeza empieza a redondearse y la cara se forma completamente (ya se puede ver su perfil). Sus ojos, que al principio estaban a los lados de la cabeza, se han acercado sobre la cara y sus oídos están cerca de sus posiciones, a lados.

Sus neuronas han estado multiplicándose rápidamente y se forman los nervios neurológicos del cerebro.

El bebé puede haber adquirido más reflejos, incluyendo la capacidad de chupar e incluso se retorcerá si pinchas tu abdomen, aunque todavía no seas capaz de sentir su movimiento hasta dentro de varias semanas.Los dedos también se forman y las uñas tanto de manos como de pies comienzan a crecer.
El feto comienza a alimentarse en un 100% a través del cordón umbilical y la placenta. Se produce también la primera orina del bebé que será eliminada a través del saco amniótico.

Cambios en la madre
Tu útero ha crecido bastante y está comenzando a elevarse sobre el hueso pélvico por lo que la tripa empieza a sobresalir. El aumento del volumen sanguíneo, sumado a la hormona del embarazo, hace que tu piel luzca más brillante y tersa.
También es posible que ya no necesites orinar con tanta frecuencia. Sin embargo, esto volverá a suceder durante el tercer trimestre, cuando el peso de tu bebé haga presión contra la vejiga.
En este periodo aparecen los ardores de estómago, tanto por los cambios físicos como por los hormonales. Evita las comidas muy picantes y las grasas.
Puede que hasta el momento te hayas sentido un poco más cansada y con sueño, sin embargo a partir de esta semana deberías sentirte con más energías. Si es así disfruta de una buena caminata o nada un rato.

lunes, 25 de agosto de 2008

El mundo visto por sus ojos


Son bajitos, no paran quietos y nos cuesta pensar como ellos. Porque su mundo y el nuestro tienen poco que ver. Pero si nos acercamos, y les escuchamos, descubriremos un universo poblado de presente, curiosidad, juego y amor a raudales.


Comprendido, querido y seguro


Quizás nos cueste tanto comprender a los niños porque somos incapaces de bajar a su altura e intentar adivinar qué sienten y piensan. Damos por sentando que, como adultos, poseemos todas las respuestas de un mundo, el infantil, cargado de tópicos y lugares comunes.

Por ejemplo, no todos los niños son felices por el mero hecho de ser niños, depende mucho de su temperamento y de que los adultos no nos entrometamos en su camino, sobreprotegiéndoles o no prestándoles la atención debida.

Está claro que los niños necesitan siempre al adulto, a una persona de referencia que les dé seguridad, porque ellos, por sí mismos, no la tienen. Pero no vale sermonearles ni imponerles “porque sí” las cosas.

“Tienes que tener una sensibilidad especial para saber lo que piensa y lo que siente cada niño, que no es lo que tú quieres como adulto que ellos sientan o piensen”, comenta esta especialista con una larga trayectoria en educación infantil.

“Los niños sintonizan con los adultos que ven muy seguros y que conectan afectivamente con ellos. Pero tienen que actuar como adulto: no hay nada peor para un niño que el típico que va de coleguilla; ellos quieren que el adulto sea adulto, que les comprenda y estimule, pero también que le sepa decir que no. Te tienes que acercar a ellos a través del juego, de su propio lenguaje”.


Gran capacidad de disfrute, adaptación y desconexión


¿Y cuál es ese lenguaje, ese código particular que les aleja tanto del mundo adulto?

Su manera de aprovechar el presente, de vivirlo todo como un juego, su curiosidad innata, su gran sentido de la justicia o su escasa habilidad para mentir.

Por desgracia, y según nos vamos haciendo mayores, también vamos perdiendo esa capacidad de disfrute que tienen los niños, que lo viven todo sin medida, al extremo.

Cuando están alegres, todo es risa y carcajada; y cuando están tristes, parece que el llanto y el desconsuelo no tienen fin.

Lo mismo sucede a nivel físico: los pequeños no cuentan con detectores de cansancio, pasan de estar muy alborotados, a literalmente caerse de sueño, que es cuando se ponen más pesados. Y a nivel acústico, nuestro umbral de resistencia es por completo diferente.

Todos los padres se han preguntado desesperados alguna vez por qué gritan tanto los niños. Sencillamente, porque no les molesta. Chillar les estimula, es un juego más.

También nos dan mil vueltas en capacidad de adaptación: lo que para un adulto puede suponer un mundo, como mudarse, es pan comido para un niño. Pueden sobreponerse incluso a situaciones tan complicadas como la muerte del padre o la madre. Eso sí, siempre y cuando los adultos “no intervengan de manera negativa, como en el caso de muchas separaciones que se vuelven traumáticas por las peleas y acusaciones mutuas de los padres”, advierte la psicóloga. Aunque otra gran virtud de los niños es su capacidad de desconexión, de evitar las cosas que les resultan molestas o nocivas: para ello recurren a su imaginación y se aíslan muy bien, algo casi imposible para un adulto, a quien nunca se le van las preocupaciones de la cabeza.


Seguridad y estabilidad


Los niños necesitan, para su correcto desarrollo, pautas, límites y hábitos, que ocurra lo mismo todos los días les da muchísima tranquilidad.

También toneladas de cariño: que les toquen, abracen y besen desde que son muy pequeñitos y con mucha frecuencia e intensidad.

Pero sobre todo, que no les robemos su infancia. Y es que no son adultos en miniatura: a los pequeños no les interesan tus problemas de pareja o de trabajo y, desde luego, no pueden ayudarte a resolverlos, así que es mejor no usarles de catalizadores.

Tampoco debemos trasladarles nuestros temores, fobias o ambiciones, asustándoles yagobiándoles sin necesidad. Otro gran peligro es exigirles demasiado.

En épocas anteriores, los adultos nos adaptábamos a los niños, a sus horarios y necesidades.

Hoy en día ocurre lo contrario, les atiborramos de actividades, les sobreestimulamos, y no les dejamos espacio para la reflexión, para la tranquilidad, para escucharles sin prisas. “Les metemos en un mundo artificial con horarios dramáticos y además les pedimos que se preparen para ser adultos brillantes, sin dejarles que vayan cubriendo sus etapas”. Sin dejarles, en definitiva, ser niños.

domingo, 24 de agosto de 2008

Cuando estemos menos ocupados, ellos estarán demasiado grandes...

EN BRAZOS: la importancia del contacto físico y del apego

Biberones, chupetes, cochecitos, cómodos sillones regulables, adaptadores para el auto y la
bicicleta, cunas transportables, desarmables, sofisticados accesorios con sonidos, colores,
formas...sin duda alguna la industria ha diseñado todo tipo de implementos para transportar,
alimentar, dormir, entretener y estimular a nuestros bebés.
En unas pocas décadas se nos han vuelto necesarios, imprescindibles. Se han ligado
indisolublemente a la imagen del bebé sano y feliz. De algún extraño modo hemos
conseguido que hoy, un bebé que no usa chupete, que toma el pecho o va en brazos de su
madre sea la excepción y no la norma. Es tan inusual, que quienes optan por una crianza
con apego y con respeto por las necesidades de los bebés, se ven amenazados por toda clase
de teorías y condenas que aseguran que su hijo no está sano y que, de no intervenir a
tiempo, las consecuencias serán muy graves.

Brazos, ¿hasta cuándo?

La mayoría de los bebés comienzan a andar alrededor de los 12 meses de vida. Dan unos
pocos pasitos y la familia contenta celebra que “ya camina”.
Sin embargo, pasarán aún un largo par de años hasta que este niño que hoy a tientas logra
mantenerse unos segundos en pie, pueda caminar sin perder el equilibrio, correr, sostenerse
en un solo pie, retroceder, detenerse de pronto. De modo que caminar, lo que se dice
caminar, es algo que se aprende completamente pasados los 3 años de vida. A pesar de esto,
todos sabemos que aún luego de esa edad, los niños se cansan con gran facilidad y piden
brazos.
O sea que desde el aspecto físico, los niños necesitan ser cargados en brazos por lo menos
para trasladarse de un lado hacia otro hasta que estén en condiciones plenas de hacerlos por
sí mismos.
En la práctica, nuestros hijos piden brazos por muchos otros motivos además del que
acabamos de mencionar: al estar cansados, con sueño, cuando se lastiman, se asustan, se
intimidan, se cansan de mirar el mundo a la altura de rodillas y patas de las mesas, e incluso
por motivos que sólo ellos conocen.
En estos casos, nunca falta una tía (con las mejores intenciones, claro), una suegra, una
vecina o incluso una perfecta desconocida, que se siente en el deber de alertarnos: “lo vas a
malcriar”.
Esta sentencia abre varias cuestiones que podemos analizar.
La primera de ellas es la creencia de que estar en brazos es algo que no debe ocurrir, y
desde luego NUNCA en una “buena” crianza. Es algo malo, que se hace para darles el
gusto a los hijos, y parece imposible que para los papás resulte placentero o lo disfruten.
Otra cuestión interesante es la idea de que si le das algo a tu hijo que le gusta, luego nunca
dejará de pedirlo. Parecería que los bebés fueran adictos en potencia, que una vez que
satisfacen sus necesidades con algo, no podrán dejar de pedir más. Personalmente, no he
visto niños con problemas para dejar el cochecito o la sillita del auto cuando están maduros
para ello. Y tampoco niños de 10 años pidiendo ser alzados en brazos. En algún momento
de la evolución, simplemente dejan de pedir lo que ya no necesitan.
Las edades que tomamos como referencia para el desarrollo de nuestros hijos, están puestas
de un modo arbitrario y no coinciden con la realidad por mucho que intentemos forzarlos.
Otro mensaje que se desliza en estas sentencias es que el niño no necesita estar en brazos,
lo pide sólo para molestar, o por capricho, o porque nos “tomó el tiempo”.
Evolutivamente, un niño de tan corta edad, no tiene capacidad de elucubrar un plan tan
especulativo, ni puede aprender el concepto de tomar ventaja, de aprovecharse de los
demás.
Las cosas para ellos son más simples: me siento cansado, triste, inseguro, y busco refugio
en el lugar que me da más tranquilidad, junto al corazoncito de mamá, entre sus brazos,
acurrucado. La intención es clara y sencilla: pido aquello que necesito.
Un aspecto fuerte dentro de quienes desaprueban el contacto estrecho con los bebés o la
satisfacción de sus necesidades, es el fantasma de la dependencia que le generará al bebé
estar en brazos, tomar teta, compartir la cama con sus papás, etc. Veamos un poco de dónde
surge esta idea.

El apego

Esta dependencia de la que venimos hablando, tiene un nombre en la literatura
psicoanalítica, se llama apego.
El apego es la capacidad de formar y mantener relaciones. Como el ser humano vive en
comunidades y es interdependiente de los otros seres humanos, es importante que aprenda
desde pequeño a establecer lazos con los otros, y para preservar la especie, éstos deben ser
estrechos y estables.
Estos lazos otorgan bienestar, seguridad, consuelo, placer…
Y la amenaza de pérdida del objeto al cual nos hallamos apegados, provoca ansiedad,
angustia, temor.
La primera relación de apego que desarrollamos luego de nacer, es aquella que se da con
nuestra madre. En el momento del parto, mamá y bebé segregan hormonas –opiáceos- que
les facilitan –en condiciones de intimidad y contacto físico- este sentimiento de
dependencia mutua, de fusión que ambos necesitan.
En condiciones naturales, una mamá que acaba de parir, abrazará a su bebé, ambos se
mirarán a los ojos, emitirán sonidos, ella comenzará a acariciarlo suavemente, primero por
las extremidades, y luego de a poco se estrecharán e intentarán mantener este contacto piel
con piel durante todo el tiempo que les sea posible. La madre no puede dejar de mirar a su
bebé con los ojos bien abiertos, le hablará con un tono de voz agudo pero de baja
intensidad, con una gran sonrisa, y en pocos instantes este bebé estará listo para reconocer
el olor de su madre de entre muchos otros olores, para diferenciar su voz, y se calmará
mucho más rápidamente si es acunado por ella y no por otra persona.
Durante estas dos primeras horas de vida, el bebé estará en un estado de alerta máximo que
no volverá a repetirse hasta que hayan pasado algunos meses. Será incluso capaz de imitar
expresiones del rostro de una persona que establezca un contacto visual directo con él a una
distancia desde donde pueda verlo. Todo está preparado hormonalmente para que esta
mamá y este bebé se enamoren el uno del otro, y desarrollen una fuerte dependencia mutua.
Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, estas primeras horas son utilizadas para
realizar los primeros controles del recién nacido, a cargo de extraños, rodeados de
estímulos luminosos, sonoros, y también dolorosos e invasivos. Todos ellos evitables o por
lo menos, postergables.
Naturalmente, tanto si se produjo esta separación como si no, mamá y bebé querrán estar
juntos, reencontrarse, reconocerse, estrecharse y mantenerse muy cerca el uno del otro.
Ese bebé que hasta hace unas horas era parte del cuerpo de otra persona, cuyo cuerpo
estaba en contacto con un líquido tibio, con sonidos y movimientos, se encuentra perdido
en una cuna, lejos de todo lo conocido y por ello llorará intentando recuperar aquellas
sensaciones reconfortantes.
Esta relación primera, será el modelo sobre el cual se edificarán todas las posteriores
relaciones del niño. Si cada vez que necesitó consuelo lo obtuvo, si cada vez que necesitó a
su madre la encontró, si sus necesidades de afecto y cobijo fueron atendidas, será un
modelo que quedará incorporado como reasegurador, confiable, y cuando llegue el
momento de comenzar a independizarse, siempre le resultará mucho más fácil si sabe que
ante cualquier ansiedad o angustia, mamá estuvo allí.

La cultura del desapego

El apego y el desapego son pautas culturales. En aquellas culturas que funcionan
comunitariamente, se necesita criar a los niños de modo que sean solidarios, capaces de
compartir, generosos, para que puedan priorizar el bien común del grupo.
En culturas como la nuestra, se necesita que los niños sean independientes, y que aprendan
a autoabastecerse, porque al llegar a adultos, importará la competitividad, el
individualismo, el éxito personal y el poder.
Por eso se necesita comenzar desde temprano. Separar a los bebés de sus madres
precozmente, que aprendan rápidamente a sostener su biberón para que quienes lo cuidan
no tengan que estar tan atentos; que se adapten a las canguro o a las guarderías sin llorar;
que duerman solos toda la noche; que jueguen sin compañía; que dejen rápido los pañales;
que se queden a dormir en casas de parientes o amigos, etc.
Desde luego que estos requerimientos están pensados desde un mundo adulto que necesita
rápidamente volver a la “normalidad”, hacer de cuenta que “aquí no ha pasado nada”, y
amoldar a este bebé al ritmo de vida que tenía la casa antes de su llegada.
Si pudiéramos relatar en primera persona un día en la vida de un bebé, teniendo en cuenta
que sus necesidades básicas incluyen brazos gran parte del día, teta a demanda y presencia
materna constante, comprobaríamos sorprendentemente que la mayor parte del tiempo,
estas personitas de escasas semanas de vida-o incluso días-, postergan o renuncian a sus
necesidades para hacernos el favor de permitirnos continuar con nuestra vida adulta:
duermen solos en su cunita una o dos horas, se quedan en la guardería, aceptan un trozo de
silicona –sin duda una mala imitación del pezón de mamá- para succionar, y nos esperan
durante horas mientras hacemos nuestros quehaceres, o cumplimos con nuestra jornada
laboral.
Algunas mujeres sienten una gran preocupación por retomar su vida social, su silueta, sus
actividades recreativas, su vida amorosa, y para esto es necesario que el bebé se esté
quietecito, que duerma mucho, que no llore, que juegue solito y que se relacione con
cualquier persona que esté dispuesta a quedarse a su lado.
Esto es lo que se espera de un bebé casi desde las primeras semanas de vida.
Si entendemos esto como “criar”, por supuesto que cargar al bebé en brazos, amamantarlo,
dormir en la misma cama con él y satisfacer sus necesidades, será “malcriarlo”. Porque una
vez que se ha dormido plácidamente en los brazos de mamá, y se ha abierto un ojo entre
sueños y ella sigue estando allí, y al abrir la boca se encontró con su pecho dispuesto a
cobijarlo y así se ha pasado todo el día, es lógico, comprensible y hasta esperable, que
ningún bebé quiera conformarse con menos!!!
Los adultos también necesitamos abrazos. Nos demostramos el afecto con caricias, con
besos, con miradas, con palabras cariñosas. Nunca dejamos de necesitar este tipo de
comunicación.

Cómo crear vínculo

Poner al bebé al pecho, acunarlo, amamantarlo, acariciarlo, hablarle suavemente, sonreírle,
cuidarlo, protegerlo, son actitudes que promueven la experiencia del vínculo.
Los investigadores de estas temáticas, consideran que el factor más importante en la
constitución del apego es el contacto físico positivo -expresado por las actitudes
mencionadas anteriormente- ya que éste causa respuestas neuroquímicas en el cerebro que
permiten que los sistemas cerebrales responsables del apego se desarrollen normalmente.
Durante los tres primeros años de vida el cerebro alcanza el 90% del tamaño adulto y
coloca en su lugar la mayor parte de los sistemas y estructuras que serán responsables del
funcionamiento emocional, conductual, social y fisiológico para el resto de la vida. Por eso
las experiencias de vinculación repetitivas durante la infancia proveen una base sólida para
futuras relaciones saludables.
Por el contrario, la inconsistencia del vínculo emocional o la falta de satisfacción de estas
necesidades básicas de sostén, afecto y reconocimiento, generan conductas de ansiedad y
desconfianza de los bebés hacia sus cuidadores. Los bebés pueden reaccionar a esta
situación de múltiples maneras, que influirán ciertamente en la consolidación de un modelo
de vinculación que luego harán extensivo al resto de sus relaciones.
Que los niños se queden quietecitos en la cuna, que duerman toda la noche, que se valgan
por sí mismos, son conductas que fomentamos para comodidad de los adultos, pero no son
evolutivamente normales para niños pequeños. Si nuestros hijos pasan largas horas en
compañía de extraños, ensayan intentos de enfrentar el mundo lejos de los brazos de mamá,
hacen lo posible por dormirse en su cunita, están haciendo el máximo esfuerzo para
acomodarse a un mundo adulto que dispone de pocos instantes para conectar con ellos. Son
ellos quienes, a pesar de su pequeñez y su inmadurez, están sosteniendo nuestras
necesidades, y aceptan sin rencores que en nombre de las buenas costumbres, les tildemos
de caprichosos y malcriados.

CUANDO NOSOTROS ESTEMOS MENOS OCUPADOS, ELLOS ESTARÁN
DEMASIADO GRANDES...

sábado, 23 de agosto de 2008

10 deberes de padres conscientes...


Los padres conscientes satisfacen las necesidades de contacto físico de sus niños y saben que no los van "estropear" o a "malcriar" de esta manera.


Los padres conscientes aceptan toda la gama de emociones de sus hijos y los escuchan sin juzgarlos, permitiendo las expresiones de sus sentimientos. Se dan cuenta de que no pueden prevenir toda la tristeza, la rabia o la frustración de sus hijos, y no intentan parar las manifestaciones de sus sensaciones dolorosas, expresadas a través del llanto o las rabietas.


Los padres conscientes ofrecen el estímulo apropiado en función de la edad de sus hijos, y confían en la habilidad de sus hijos para aprender a su manera y a su propio ritmo. No intentan apresurar a sus hijos rápidamente hacia nuevas etapas en su desarrollo.

Los padres conscientes ofrecen motivación a sus hijos para que aprendan nuevas habilidades, pero no juzgan sus logros con críticas o "alabanzas evaluativas".


Los padres conscientes pasan tiempo todos los días con sus hijos, dándoles su completa atención. Durante este tiempo especial y cualitativo, observan, escuchan, responden, y participan en el juego de sus hijos (cuando son invitados), pero evitan dirigir sus actividades.


Los padres conscientes protegen a sus hijos contra los peligros, pero no intentan prevenir todos los errores, problemas, o conflictos de sus hijos.

Los padres conscientes animan a sus hijos a resolver sus problemas de forma autónoma y les ayudan solamente cuando están necesitados. No solucionan los problemas de sus hijos para su propia satisfacción.


Los padres conscientes fijan fronteras y límites razonables, dirigen suavemente a sus hijos hacia comportamientos aceptables, y consideran las necesidades de todos cuando solucionan un conflicto. No controlan a sus hijos con sobornos, recompensas, o amenazas de ninguna clase.


Los padres conscientes saben cuidar de sí mismos, y son honestos con sus propias necesidades y sentimientos. No se sacrifican hasta el punto volverse resentidos.


Los padres conscientes se esfuerzan en darse cuenta de las maneras en las cuales su propio dolor de la niñez interfiere con su capacidad para ser buenos padres, y hacen esfuerzos conscientes para evitar pasar sus propias desdichas a sus hijos.

viernes, 22 de agosto de 2008

Quince minutos


Las mamás que trabajamos, disponemos de contados minutos para estar con nuestros hijos. EL rato de verlos es entre cacerolas y sartenes, y el baño diario y el orden de la habitación.
Las que estamos todo el día con los peques, sentimos que estamos TODO EL DIA con ellos, pero si desmenuzamos la cosa, vemos que ellos anduvieron detrás nuestro durante toda la mañana y nosotras diciéndoles “espera, ahora no, en un ratito.” Luego llegó el momento de jugar, y sonó el teléfono y nos enganchamos media hora, y luego se hizo la hora de comer.
Los hemos bañado, les quitamos los piojos y los hicimos dormir la siesta.
Y llega la noche...

y estamos hasta la coronilla de ellos.
Pero no hicimos contacto.
Los quince minutos consisten en esto:
Nos sentamos CON LA COLA EN EL SUELO (esto es FUNDAMENTAL) no vale estar en una silla más alta, ni en otra parte. Es a su altura.
Durante este rato, estamos con ellos, EXCLUSIVAMENTE. Esto es que no tendremos el pollo en el horno, ni atendemos el teléfono, ni les enseñamos cómo se juega al dominó. Estamos allí, para ellos, a disposición.
SI eligen hacer un trencito con el dominó, pues bien. Allá vamos.
Esto va para los recién nacidos, y para el adolescente de 15 años. El tema es que cuando nos disponemos a hacerlo, no damos cuenta del escaso tiempo que pasamos con nuestros hijos, de que creemos que estuvimos pero no estuvimos, y comprendemos cuán pacientes y tolerantes son, porque viven aceptando nuestras postergaciones. Claro que cuando se hartan de nosotros y nos lo hacen saber, los tildamos de “caprichosos” y listo. Maravillas del poder adulto, que acalla todo aquello que le estorba.
PRIMER TEMA: La mitad más una de nosotras diremos que no tenemos tiempo.Y se los creo. Me incluyo. Pero si sacamos cuentas, pasamos mucho más tiempo aguantando berrinches, o discutiendo, o intentando que ordenen sus cuartos, que se bañen o que colaboren en la casa. Y todo esto es mucho más fácil de lograr cuando ellos ya han tenido lo que necesitaban: a nosotras.
SEGUNDO TEMA: Es prácticamente imposible tolerar media hora allí. Simplemente intolerable.
Se nos ocurren 400 cosas para hacer, para anotar, decimos “un segundito y vengo” y nos escapamos.
Es muy fuerte estar frente a este espejo que son nuestros hijos, simplemente no haciendo nada. Hagan la prueba, las invito!!!!
La consulta de moda son los niños con ADHD (que traducido es algo así como déficit de atención e hiperkinesia). Pero resulta que investigando, son niños que tienen que hacerlo todo “a mil” porque nunca nos tienen en exclusiva para ellos. Nos hablan rápido, juegan poquito rato y no pueden fijar la atención. Y nosotros…cuánto fijamos la atención en ellos??
A mi, como mamá, la primera vez que me senté con la cola en el piso, me pasó que terminé llorando. Me angustié muchísimo.
Simplemente no podía estar allí, sin hacer nada. Necesitaba enseñarle algo a mi hija, o decirle cómo se jugaba, o intervenir. Me costó -y me cuesta todavía- dejarme llevar, que ellos propongan las actividades, a su manera. Ser uno más, y no su mamá o su educadora. Estemos disponibles.
Con los más grandecitos (ideal cuando hay celos por el hermanito) es lindo salir a desayunar solos, o a la plaza, a donde sea, solos. Ocurren maravillas.
Tratemos a los niños como nos gustaría que nos traten a nosotros.
Si nuestro compañero nos tratara así… si nos escuchara mientras se afeita o fríe milanesas…si no se detuviera a mirarnos a los ojos un rato largo…sentiríamos que algo no anda bien. Pues algo no anda bien en la forma en que criamos a nuestros hijos.
Para relacionarnos, necesitamos hacer CONTACTO.
A todos nos es más fácil aceptar que el otro haga lo que tiene que hacer, si ya hemos tenido “nuestro ratito”. Los niños son seres humanos, y tienen la misma capacidad de comprensión desde que nacen hasta que mueren (F. Doltó)

Extraído de la página de la Lic. María Paula Cavanna

jueves, 21 de agosto de 2008

Extracción y conservación de leche materna


Extracción de leche materna (Técnica de Marmet)

Es conveniente que la madre que amamanta esté familiarizada con la técnica de extracción de leche. Hay diversas circunstancias en las que puede necesitar sacarse leche, entre ellas:o Si el bebé ha de estar separado de su madre por ser prematuro o estar enfermo.o Para aliviar la ingurgitación mamaria.o Para continuar con la lactancia al incorporarse al trabajo.La extracción de leche puede hacerse de forma manual o mecánicamente con una bomba extractora. En cualquier caso es importante conocer la técnica para conseguir una cantidad adecuada de leche así como para evitar dañar el pecho.Lavate siempre las manos antes de manipular el pecho. No es necesario lavarlo antes de la extracción. Es suficiente con tu ducha habitual.

Estimular la bajada de leche

Tanto sí se va a extraer la leche de forma manual como con bomba debes primero preparar el pecho para facilitar la extracción, provocando el reflejo de bajada o de eyección láctea. Para ello puedes seguir tres pasos:

MASAJEA, oprimiendo firmemente el pecho hacia la caja torácica (costillas), usando un movimiento circular con los dedos en un mismo punto, sin deslizar los dedos sobre la piel. Después de unos segundos ve cambiando hacia otra zona del seno.
FROTA el pecho cuidadosamente desde la parte superior hacia el pezón, de modo que produzca un cosquilleo.Continúa este movimiento desde la periferia del pecho hacia el pezón, por todo alrededor.
SACUDE ambos pechos suavemente inclinándote hacia delante.

Extracción Manual

1.- Coloca el pulgar y los dedos índice y medio formando una letra “C” a unos 3 ó 4 cm. por detrás del pezón (no tiene que coincidir forzosamente con el final de la aureola). Evita que el pecho descanse sobre la mano.
2.- Empuja los dedos hacia atrás (hacia las costillas), sin separarlos. Para pechos grandes o caídos, primero levántalos y después empuja los dedos hacia atrás.
3.- Rueda los dedos y el pulgar hacia el pezón, del modo en que se imprimen en un papel lashuellas digitales (rueda pero no deslices).
4.- Repite rítmicamente para vaciar los depósitos (coloque los dedos, empújelos hacia adentro, ruédalos).
5.- Ve rotando la posición de los dedos para vaciar otras partesdel pecho. Utiliza ambas manos en cada pecho.

No exprimas No deslices No estires

Procedimiento
Este procedimiento deberán usarlo las madres que están extrayendo su leche en lugar de amamantar al bebé, y por aquellas otras que desean establecer, aumentar o mantener la producción cuando el bebé no puede mamar.
o Extrae la leche de cada pecho hasta que el flujo de leche se haga más lento.
o Provoca el reflejo de bajada en ambos pechos (masajea, frota, sacude). Puede hacerse simultáneamente.
o Repite todo el proceso de exprimir y provocar el reflejo de bajada en ambos pechos, una o dos veces más. El flujo de leche, generalmente, se enlentece más pronto la segunda y tercera vez, a medida que los reservorios se van vaciando.

Tiempo
El procedimiento completo debe durar entre 20 y 30 minutos.
o Extrae la leche de cada pecho de 5 a 7 minutos.
o Masajea, frota y sacude.
o Extrae nuevamente de cada pecho de 3 a 5 minutos.
o Masajea, frota y sacude.
o Extrae una vez más de 2 a 3 minutos.
Si tu producción de leche ya está establecida, utiliza los tiempos anteriores sólo como una guía.
Si aún no hay leche o hay poca, sigue los tiempos anteriores cuidadosamente.

Extracción con bomba
El procedimiento que debes seguir es el mismo que para la extracción manual, salvo que la leche la extraerás con una bomba; es decir, comienza con el lavado de manos, estimula la bajada de leche como se ha explicado anteriormente, y aplica la bomba al pecho siguiendo las instrucciones del apartado“Procedimiento”.
Los tiempos de extracción de cada pecho son los mismos que se explican en el apartado“Tiempo”, provocando el reflejo de bajada (masajea, frota y sacude) intercalado con la extracción.
En cuanto a los tipos de bombas, existen varios modelos. Como norma general una bomba deberealizar la succión de modo intermitente, y la fuerza de succión debe ser regulable. Las hay manuales de pilas y con conexión a la red eléctrica. Si vas a tener que extraerte leche de forma habitual durante un tiempo, te resultarán más cómodas estas últimas.
Sigue las instrucciones del fabricante. En la mayoría de las bombas, hay que situar el pezón en el centro de la copa de modo que no toque las paredes. No debes hacerte daño, empieza con potencias de succión baja.
Si al principio no sale leche, vuelve a provocarse el reflejo de eyección.Evita los sacaleches manuales, que consisten en una perilla de goma unida a un embudo de plástico que se adapta al pecho. Son poco eficaces, la recogida de leche que permiten es difícil, así como su esterilización, que no se puede asegurar
Conservación y almacenamiento de la leche

Leche madura recién exprimida y guardada en un recipiente cerrado se mantiene a temperatura ambiente, a 25º C o menos, durante 8 horas y en el frigorífico, a 4ªC o menos durante unos dos días.
La leche congelada se conserva durante:
o 2 semanas en el congelador incluido dentro delfrigoríficoo 3 meses en el congelador de puerta separada delfrigorífico.
o 6 a 12 meses en congeladores de tipo comerciala (-20ºC)

Manipulación de la leche materna

o La leche que ha sido descongelada dentro del frigorífico (pero no calentada ni usada antes) se conserva a temperatura ambiente 4 horas y en el frigorífico 24 horas.
o No volver a congelar leche que ha sido descongelada.
o La leche que ha sido descongelada bajo el grifo de agua tibia, sólo se conserva a temperatura ambiente mientras dura la toma.
o La leche descongelada bajo el grifo de agua tibia sólo se conserva en el frigorífico durante unas 4 horas.
o Desechar la leche que sobra de la toma.

Cómo descongelar y calentar la leche

o Se recomienda, siempre que sea posible, descongelar despacio en el refrigerador.
o Si no es posible descongelar despacio, se puede poner el recipiente con la leche congelada, debajo del grifo, empezando con el agua fría y se va poco a poco aumentando a tibia y a más caliente hasta alcanzar la temperatura adecuada.
o No dejar hervir la leche.
o Agitar antes de probar la temperatura.
o No usar microondas para calentar la leche materna.

Cuando esperás a tu segundo hijo...

La felicidad y el amor que su primer hijo trajo a su vida son inconmensurables, y ahora el hecho de enterarse de que está esperando un segundo bebé le colma de ilusión pero también de cierta inquietud. Aunque ya ha pasado antes por un embarazo y un parto, ahora tiene responsabilidades añadidas a la hora de prepararse para la llegada de su segundo hijo.
Afortunadamente, prepararse para la llegada del segundo hijo puede ser tan gratificante y especial como la primera vez. Ayudar a su hijo mayor a entender qué puede esperar puede mitigar la ansiedad de ambos, y ser consciente de los cambios que supondrá el hecho de tener otro hijo es la mejor forma de prepararse y de preparar a su hijo mayor para el feliz acontecimiento.

¿Qué cambiará?

Traer al mundo a un segundo hijo y cuidar de dos hijos puede imponer bastante al principio. Su mejor opción será organizarse bien antes de que nazca el bebé, aunque esto pueda parecer un poco más desafiante de lo que le pareció la primera vez que tuvo un hijo.
Puesto que tendrá el tiempo más limitado, estará más ocupada y tendrá que hacer malabarismos con sus horarios, las horas de dormir y de comer fluctuarán y dependerán en gran medida de la edad que tenga su hijo mayor.
También se cansará más fácilmente, incluso antes de que nazca el bebé, ya que cuidar de su hijo mayor estando embarazada consumirá gran parte de su energía. Tras el nacimiento, las primeras seis a ocho semanas pueden ser particularmente agotadoras, porque su principal tarea consistirá en intentar que su hijo menor desarrolle un patrón regular de alimentación y de sueño, al tiempo que anticipa las necesidades y emociones cambiantes de su hijo mayor.
Uno de los cambios positivos que traerá consigo el nacimiento de su segundo hijo será una mayor confianza en sus habilidades, experiencia y conocimientos relacionados con la maternidad. Es decir, cosas que le parecían tan complicadas cuando nació su primer hijo –amamantarlo, cambiarle los pañales, bañarlo, cuidarlo cuando se ponía enfermo- le parecerían “coser y cantar” en vez de obstáculos infranqueables.


¿Cómo le afectará a usted?


La llegada de un nuevo bebé a la familia le afectará de muchas formas diferentes –algunas físicas y otras emocionales. Estar agotada y sentirse un poco ansiosa es algo normal cuando nace un segundo hijo.
La "tristeza posparto" puede ser una experiencia un tanto intimidante, pero usted no tiene que afrontar sola esos sentimientos de desaliento y depresión. Hable con su médico sobre sus síntomas. Es importante distinguir entre un caso típico de "tristeza posparto", que se suele superar en pocas semanas, y la depresión posparto, un trastorno grave que puede desembocar en problemas afectivos y de de sueño si no se trata correctamente. Si empieza a sentirse muy deprimida o ansiosa o a pensar en hacerse daño a sí mismas o hacerle daño al bebé, pida ayuda a su médico inmediatamente.
Desde el punto de vista físico, lo más probable es que se sienta dolorida y agotada, particularmente si tiene un parto difícil o un parto por cesárea. Esto convertirán las tomas nocturnas en algo especialmente duro, sobre todo si opta por la lactancia materna.
Pedir ayuda a una “doula” o acompañante durante el día puede permitirle descansar y a dormir, dos necesidades fundamentales durante el posparto. En muchos países existe la figura de la “doula” que es una mujer cuya formación especializada en cuidados maternales y perinatales la capacita para cuidar de la madre y el bebé durante el par de semanas inmediatamente posterior al parto.
Si usted trabaja fuera de casa, tal vez le asalten dudas sobre su futuro profesional. Tomar una decisión sobre cuándo reincorporarse al trabajo es algo muy importante; pida apoyo a su familia y a sus amigos a la hora de sopesar todas las opciones posibles.
No se sorprenda si le preocupa el proceso de formación del vínculo con su nuevo hijo. Tal vez le resulte difícil hacerse a la idea de que sentirá tanto amor por el recién llegado como el que ahora siente por su hijo mayor –pero lo hará. Como suelen comentar tanto las madres como los padres, el amor paterno se duplica cuando nace un segundo hijo.
Se dará cuenta de que tendrá muy poco tiempo para sí misma o nada de tiempo en absoluto durante los meses inmediatamente posteriores al parto. Es posible que las noches sin dormir y las tensiones de cada día le superen, de modo que asegúrese de reservarse un tiempo "de soledad" y hacer de ese tiempo una prioridad. Asimismo, usted y su pareja se darán cuenta de que apenas pasan tiempo los dos a solas, así que asegúrese de programar alguna cita ocasional en cuanto se normalice la situación y se asienten las cosas.

Ayude a su hijo mayor a adaptarse a la nueva situación

Su hijo mayor experimentará diversas emociones; se sentirá celoso e ilusionado al mismo tiempo, y hasta es posible que sienta cierto rencor o resentimiento contra el recién llegado. Los niños pequeños no son capaces de verbalizar sus sentimientos y pueden manifestar regresiones en su comportamiento tras el nacimiento de un hermanito. Pueden volver a chuparse el dedo, empeñarse en volver a tomar el biberón, volverse a orinar encima y comunicarse utilizando el habla infantil propia de los bebés para llamar la atención.
Los niños pequeños también pueden expresar sus sentimientos poniendo a prueba la paciencia de sus padres, portándose mal, teniendo rabietas o negándose a comer. Estos problemas suelen ser transitorios, pero el hecho de preparar a un niño con antelación puede ayudarle a hacerse a la idea de que va a atener un hermanito y a adaptarse mejor a la nueva situación familiar. Una buena idea es instarle a desempeñar el papel de hermano mayor.

Puede conseguirlo de muchas formas diferentes, por ejemplo:

* Deje que su hijo mayor elija artículos para decorar la habitación de su nuevo hermanito. Si los dos hermanos van a compartir habitación, esto será especialmente importante.
* Encuentre un regalo especial que su hijo mayor quiera compartir con el bebé, como uno de sus libros o juguetes preferidos, o una fotografía suya que le haga ilusión colocar en la habitación del bebé. También puede apetecerle regalarle algo a su hijo mayor, como una silla especial para que se siente en ella mientras usted amamanta al bebé.

* Resérvese un tiempo especial para estar a solas con su hijo mayor. Pueden acercarse a la biblioteca, ir a comprar al supermercado o, simplemente, puede leerle unos cuantos cuentos más a la hora de acostarlo. Su pareja puede colaborar encargándose del cuidado del bebé durante esos ratos.
* Léale cuentos a su hijo o represéntele historias que le darán a entender los cambios que van a ocurrir en la familia. Hay varios libros escritos especialmente para niños pequeños que van a tener un nuevo hermanito que pueden ser de gran ayuda. Vaya a una librería y pídale al librero que le recomiende títulos específicos.
* Prepare a su hijo mayor para lo que podrá esperar cuando llegue a casa el bebé. Esto implica explicarle que el bebé llorará, dormirá y necesitará que le cambien los pañales frecuentemente, así como asegurarle que, a pesar de que el bebé reclamará gran parte de su atención, seguirá quedando mucho tiempo y mucho amor para él.
* Refuerce el papel de su hijo mayor en la familia. Dígale a su hijo que será el “hermano mayor” o la “hermana mayor” del nuevo bebé, y deje que vaya haciendo sus pinitos con su nuevo rol. Considere la posibilidad de que su hijo mayor la acompañe a alguna de las visitas prenatales o de dejarle estar presente en alguna ecografía. Si va a dar a luz en un hospital, infórmese sobre la política de visitas tras el nacimiento del bebé.

La llegada de un nuevo bebé a la familia representa un gran cambio en la vida de un niño, de modo que sería sensato que pospusiera la introducción de otros cambios importantes en la vida de su hijo. Probablemente no sea el mejor momento para enseñarle a usar el váter, empezar a hacer la transición del biberón al vaso o matricular a su hijo mayor en un centro de preescolar donde estará separado de usted gran parte del día por primera vez. La consistencia ayudará muchísimo a que su hijo se adapte sin problemas a la llegada de un nuevo miembro a la familia.

Los hermanos mayores desempeñan un papel muy especial en la vida de cualquier niño, de modo que no deje a su hijo mayor al margen de la toma de decisiones. Con tanta atención centrada en el recién nacido (las visitas de los familiares, muebles nuevos, ropita nueva para el bebé, juguetes…), es fácil que su hijo mayor se sienta ignorado o dejado de lado. Asegúrele a su hijo mayor que es tan especial como el recién llegado dejándole participar en las actividades relacionadas con el cuidado del bebé.

Consejos para afrontar mejor la situación

Hay varios consejos que le pueden ayudar a afrontar las responsabilidades añadidas de tener un segundo hijo. Algunos de ellos se refieren a cosas que podrá hacer antes del nacimiento del bebé.

* Llene la casa de alimentos listos para comer o de preparación rápida. Si tiene ganas de cocinar, haga el doble de comida y congélela porque, cuando haya nacido el bebé, le resultará sumamente difícil encontrar energía al final del día para ponerse a cocinar. Tenga en casa los menús de algunos restaurantes u otros establecimientos que preparen comida para llevar, incluyendo unos pocos que repartan la comida a domicilio.
* Reorganice la habitación de la colada, reservando un cesto para cada niño a fin de que le resulte más fácil encontrar y doblar la ropa. La acumulación de coladas suele ser la principal queja de las madres que tiene bebés de pocos meses –parecen cuadruplicarse cuando llega un nuevo bebé, de modo que ahora es el momento de organizarse.
* Si es posible, utilice artículos que ya tenga en casa o que otros miembros de su familia estarán deseosos de compartir con usted, en vez de verse obligada a salir a comprarlo todo nuevo. Los artículos de segunda mano, como las cunas, los moisés, los cochecitos, las tronas y la ropita del bebé, pueden ayudarle a ahorrar tiempo y dinero.
* Agasájese con unos cuantos vídeos, y no los vea hasta que haya nacido el bebé. Le ayudarán a aceptar las tomas a altas horas de la noche.
* Guarde en el coche una bolsa de pañales llena de todos los extras necesarios para estar siempre preparada. Muchas madres guardan también en el coche una bolsita de juguetes para el hermano mayor y una bolsa de pañales, toallitas limpiadoras y una manta extra para el bebé.
* Tenga un libro o una caja de juguetes a mano en su habitación, el cuarto de estar e incluso el lavabo o la habitación de la colada, para poder ofrecerle a su hijo mayor algo con que entretenerse si surgiera algún problema inesperado.
* Pida a algún familiar que pase varios días en su casa tras el nacimiento del bebé si a usted no le incomoda su presencia. Esa persona no solo lo hará encantada, sino que usted podrá disfrutar del descanso que tanto necesita.
* Si se lo pude permitir, contrate a un canguro o a una persona que se encargue de las tareas domésticas para que venga a su casa una vez por semana durante un par de meses después del parto para que le eche una mano con tareas que son demasiado agotadoras para su estado.
* Infórmese en el centro de servicios sociales o religiosos más cercano. Hay una gran cantidad de programas y clases que ofrecen actividades y apoyo social para familias con niños pequeños.
* No se olvide de cuidarse y de atender a sus propias necesidades. Mímese un poco, incluso con algo tan simple como cortarse el pelo o darse un baño con velas y música, para ayudarse a relajarse tras un día agotador.

Una vez usted y los demás miembros de la familia se acostumbren a la idea de tener otro niño en casa, podrán disfrutar de los muchos aspectos positivos de tener una gran familia..

miércoles, 20 de agosto de 2008

Náuseas en el embarazo


Es una sensación bien conocida por muchas mujeres gestantes. Se suele producir por la mañana, de forma inesperada y de manera intensa.
Si recurrimos a las estadísticas, nos damos cuenta de que las naúseas afectan al 85% de las futuras mamás, concretamente, a las que están embarazadas de su primer hijo.

La desagradable sensación comienza alrededor de la sexta-séptima semana de embarazo, desapareciendo hacia finales del tercer mes. Pero, no siempre sucede de esta manera, ya que, es frecuente que continúe hasta el cuarto mes. Aún así, son pocas las mujeres que sufren naúseas durante todo el período de embarazo.

Respecto a los factores que pueden causar este trastorno, comentaremos que son variados: los elevados niveles de gonadotropina coriónica, la hormona del embarazo presente en la sangre pero, también, una reacción psicológica de inconsciente disgusto ante el hecho de afrontar un embarazo.

Cómo prevenirlas?

Cuando las naúseas resultan insoportables, bastará con no dejar el estómago vacío.

Se pueden comer tostadas, un trozo de pan o grisines, entre una comida y la siguiente. Una buena estrategia es dejarlos en la mesita de noche para poderlos tomar, incluso, de madrugada.

Por otra parte, también se deben evitar los alimentos ricos en grasas o templados (en este caso, será mejor tomarlos fríos o calientes). Se deberá beber abundante agua durante las comidas, considerando que las bebidas sin gas no quitan las naúseas, mientras que las gasificadas lo único que hacen es “llenar el estómago” (como es el caso de la tónica o la limonada).

Cómo combatirlas?


Aunque no siempre representan un verdadero problema, es común que muchas mujeres experimenten esta sensación y lo vivan como la peor etapa de la gestación. Existen algunos consejos que pueden reducir las náuseas.El helado de limón ayuda a calmarlas en muchos casos. También se puede probar con agua gasificada. Muchas veces las náuseas se producen por problemas de hipoglucemia (niveles bajos de azúcar en la sangre). Por esto, es importante consultar al médico para asegurarse de no sufrir esta condición o alguna otra que el afecte el embarazo.
Nunca se debe tomar remedios contra las náuseas a menos de que sean recetados por su médico: los efectos de sus componentes sobre el bebé pueden ser muy maliciosos. Los olores de los alimentos muy grasosos y fuertemente condimentados son los disparadores más comunes de las náuseas y es mejor evitarlos.
Como durante el embarazo se aumenta la producción de estrógenos, el sentido del olfato se vuelve hipersensible y provoca mareos y descomposturas a partir de aromas que antes no tenían ningún efecto nocivo.Lo mejor para combatir las náuseas es probar cuidadosamente que alimentos las provocan y cuales las alivian. Es muy difícil generalizar porque el sentido del olfato se puede ver afectado por diversos factores en casa mujer.


Cuando aparezcan las naúseas, es recomendable tumbarse o sentarse en una habitación con poca iluminación. Algunas mujeres gestantes recurren a remedios caseros para aliviar estos síntomas tan desagradables. Algunas recurren a los caramelos de menta sin azúcar. Otras, sin embargo, recurren a las tostadas integrales

martes, 19 de agosto de 2008

Concepto del Continuum



Según Jean Liedloff, el concepto del continuum se basa en la idea de que para conseguir el desarrollo físico, mental y emocional óptimo, los seres humanos, especialmente los bebés, necesitan el tipo de experiencia a la que nuestra especie se ha ido adaptando durante el largo proceso de nuestra evolución. Para un niño, esto incluye experiencias como:
- Contacto físico constante con su madre (o algún otro cuidador) desde el nacimiento.
- Dormir en la cama de sus padres, en constante contacto físico, hasta que la abandona por propia voluntad (habitualmente hacia los dos años).
- Amamantar a demanda, respondiendo a las señales que emita el bebé con su cuerpo.
- Ser cargado constantemente en brazos o de otra manera (pero siempre en contacto con alguien, normalmente su madre), y que pueda observar (o alimentarse o dormir) mientras la persona porteadora hace sus quehaceres habituales, hasta que el bebé empieza a desplazarse por su propio instinto, arrastrándose o gateando, normalmente a los seis u ocho meses.
- Hacer que los cuidadores respondan inmediatamente a las señales del bebé (lloros, quejidos, etc.), sin juzgarlo ni obviar sus necesidades, y sin convertirlo en el centro constante de atención.
- Sentir (y satisfacer) sus expectativas de que se trata de un ser social y cooperativo por naturaleza, de sus fuertes instintos de autoconservación, y de que es bien recibido y útil.

En contraste, un bebé sujeto a las prácticas de nacimiento y cuidados de la sociedad occidental normalmente experimenta lo siguiente:
- Separación traumática de su madre debido a intervenciones médicas e internamiento en nurseries, en aislamiento físico, excepto por el sonido de otros recién nacidos llorando.
- En casa, durmiendo a solas, aislado, a menudo “dejado que llore para que aprenda a dormir”.
- Alimentación con horarios, usando el chupete o ignorando los impulsos naturales de necesidad de alimento.
- Excluido y separado de las actividades normales de un adulto, relegado durante horas en una guardería, cuna o corralito siendo inadecuadamente estimulado por juguetes y otros objetos inanimados.
- Cuidadores que a menudo ignoran, desalientan, desprecian o incluso agreden al bebé cuando llora o muestra de alguna manera sus necesidades; o que, por el contrario, responden con excesivo cuidado y ansiedad, convirtiéndolo en el centro de atención.
- El bebé nota (y debe conformarse) que las expectativas de sus cuidadores son que él no es capaz de cuidarse a sí mismo, es antisocial por naturaleza y no puede aprender el comportamiento correcto sin estrictos controles, amenazas y una serie de “técnicas educativas” que minan su proceso de aprendizaje exquisitamente evolucionado.



La evolución no ha preparado al bebé humano para este tipo de experiencia. Él no puede entender porque sus lloros desesperados para cumplir con sus expectativas innatas no se ven satisfechos. Es entonces cuando desarrolla una sensación de estar equivocado y de vergüenza sobre sí mismo y sus deseos. Si, por lo contrario, sus expectativas de continuum son satisfechas, especialmente al principio y con más variación a medida que crece, exhibirá un estado natural de confianza en sí mismo, de bienestar y satisfacción. Los bebés cuyas necesidades de continuum han sido satisfechas durante el principio, en la fase de ir en brazos, crecen con mayor autoestima y se convierten en más independientes que aquellos cuyos lloros han sido insatisfechos por miedo a “malcriarlos” o hacerlos demasiado dependientes.



Aquí citamos algunas partes del libro que definen el concepto del continuum:



"...No es un secreto que los “expertos” no han descubierto como vivir satisfactoriamente, pero cuanto más fracasan, más intentan llevar los problemas bajo la única influencia de la razón y rechazan lo que la razón no puede comprender o controlar."



"Ahora es el intelecto el que realmente nos dicta las órdenes; nuestro sentido inherente de lo que es bueno para nosotros ha sido minado hasta el punto de que apenas somos conscientes de su funcionamiento y no podemos distinguir un impulso original de otro distorsionado."



"...[El determinar que es lo mejor para nosotros] ha sido dirigido durante muchos millones de años por ciertas áreas de la mente infinitamente más refinadas y con mayor conocimiento llamadas instinto. ... [El] inconsciente puede hacer cierto número de observaciones, cálculos, síntesis y ejecuciones simultánea y correctamente."



"...Lo que se entiende aquí como "correcto" es lo que resulta adecuado para el antiguo continuum de nuestra especie, ya que se adapta a las tendencias y expectativas con que hemos evolucionado. Las expectativas, en este sentido, se encuentran tanto en el hombre como en su propio diseño. Sus pulmones no solo contienen aire, sino que puede decirse que son una expectativa de él; sus ojos, una expectativa de luz… [etc.]"



"...El continuum humano también puede definirse como la secuencia de experiencias que corresponde a las expectativas y tendencias de nuestra especie en un entorno consecuente con aquello en lo que esas expectativas y tendencias se formaron. Incluye, además, que las otras personas que forman parte de aquel entorno se comporten y nos traten adecuadamente."



"El continuum de un ser es completo. Sin embargo, forma parte del continuum de su familia, el cual a su vez forma parte del continuum de su clan, comunidad y especie, al igual que el continuum de la especie humana forma parte del continuum de la vida."



"...la resistencia al cambio, que no está en absoluto en conflicto con la tendencia a evolucionar, es una fuerza indispensable para mantener la estabilidad de cualquier sistema."



"Sólo podemos intentar adivinar qué fue lo que interrumpió nuestra resistencia innata al cambio hace algunos miles de años. Lo importante es comprender la importancia que tiene la evolución frente al cambio (sin evolucionar). … [Lo último] reemplaza aquello que es complejo y adaptado con aquello que es más simple y menos adaptado."



"No hay ninguna diferencia esencial entre una conducta puramente instintiva, con sus expectativas y tendencias, y nuestras expectativas igual de instintivas de vivir en una cultura adecuada en la que podamos desarrollar nuestras tendencias y satisfacer nuestras expectativas: en primer lugar, las de recibir un trato preciso en la primera infancia, y más tarde, las de ir experimentando gradualmente una clase de trato más flexible, unas situaciones y una serie de condiciones que permitan que la adaptación pueda, desee y sea capaz de llevarse a cabo.".

Consejos no deseados...


"¡Ayuda! ¡Me estoy frustrando tanto con la lista de consejos que recibo de mi suegra y mi hermano! No importa lo que haga, lo hago siempre mal. Los quiero mucho a los dos, ¿pero como puedo parar estos consejos que no deseo?"
De la misma manera que tu bebé es una parte importante de tu vida, él es también importante para los demás. Estas personas que aman a tu bebé tienen un vínculo contigo y con el bebé de una manera tan especial que invita a dar consejos. Sabiéndolo, tienes un motivo para manejar esta interferencia amablemente, de modo que los sentimientos de los demás no se vean afectados.

Independientemente del consejo, es tu bebé, y al final, le educarás de la manera que tú consideres mejor. Así que, normalmente, no vale la pena empezar una discusión por sus comentarios con una persona que te quiere bien. Puedes responder a consejos no deseados de varias formas:

Escucha primero
Es natural estar a la defensiva si te sientes juzgada; pero normalmente no estás siendo criticada. De hecho, la otra persona habitualmente está compartiendo contigo lo que siente que es importante para ella. Intenta escucharla, puedes aprender algo interesante.

Ignora
Si sabes que no hay manera de convencer a la otra persona para que cambie de parecer, simplemente sonríe, asiente y responde con frases sin compromiso, como "Interesante". Luego, sigue tus propias ideas, a tu manera.

Asiente
Puedes encontrar una parte del consejo que sea de tu aprobación. Si es el caso, comunícale que estás completamente de acuerdo con ese tema.

Elige tus discusiones
Si tu suegra insiste en que el bebé lleve un gorrito para pasear por el parque, ponle uno. No le causará ningún mal a largo plazo, y calmará a tu suegra. Sin embargo, no cedas en otras cuestiones que sí son importantes para ti, o para la salud o bienestar de tu hijo.

Deja las cosas claras
Si tu hermano te presiona para que dejes llorar al bebé hasta que se duerma, algo que tú nunca harías, no te quejes delante de él de que tienes que levantarte varias veces por la noche. Si él saca el tema, la distracción es tu mejor arma, como "¿te apetece un café?"

Edúcate a ti misma
El conocimiento es el poder; protégete a ti misma y a tu familia leyendo acerca de opciones de crianza. Confía siempre en que estás haciendo lo mejor para tu bebé.

Educa a la otra persona
Si tu "maestro" te está dando información que sabes que está desfasada o es errónea, comparte lo que has aprendido sobre el tema. Puedes conseguir que la otra persona abra su mente. Menciona el libro, estudio o artículo que has leído.

Menciona un médico
Mucha gente sólo acepta un punto de vista si un profesional lo ha validado. Si tu propio pediatra está de acuerdo con tu posición, di "mi doctor me dijo que esperara hasta que ella tenga seis meses antes de darle papillas". Si tu propio pediatra no está de acuerdo con la idea, refiérete a otro médico, tal vez el autor de un libro sobre cuidado de bebés.

Usa términos vagos
Puedes evitar la confrontación con una respuesta elusiva. Por ejemplo, si tu hermana te pregunta si ya habéis empezado a retirarle el pañal (pero estáis todavía muy lejos de incluso empezar), puedes contestar "estamos en ello".

¡Pide ayuda!
Tu "consejero" es probablemente un experto en algunos temas con los que puedes estar de acuerdo. Búscalos e invítale a que te guíe. Se sentirá muy feliz por ayudarte y tú estarás contenta por haber encontrado una manera de no enfrentarte con él sobre aquellos temas en que, definitivamente, no estás de acuerdo.

Memoriza una respuesta estándar
Este es un comentario que se puede usar como respuesta a casi cualquier consejo: "Esta puede no ser la mejor manera para ti, pero sí es la mejor manera para mí."

Se honesta
Intenta ser honesta con tus sentimientos. Busca un momento tranquilo, libre de distracciones, y elige tus palabras cuidadosamente, como "Sé cuanto quieres a Daniel, y estoy muy contenta de que pases tanto tiempo con él. Sé que crees que me ayudas cuando me das un consejo sobre esto, pero estoy a gusto con mi propia decisión y realmente me gustaría mucho que lo entendieras."

Busca un intermediario
Si la situación está haciendo que la relación con el consultor sea insostenible, puede ser necesario preguntar a otra persona para que medie en la situación.

Busca otros amigos con ideas similares
Únete a un grupo de soporte o a un foro de Internet con personas que compartan tu filosofía de crianza. Hablar con otros que están también criando a sus hijos de una manera parecida a la tuya te puede dar la fortaleza que necesitas para enfrentarte a personas que no comparten tus puntos de vista.